Lanzados

Desde su fundaci¨®n, hace 10 a?os, la Real Filharmon¨ªa de Galicia ha crecido de manera espectacular. Y que la elecci¨®n como titular de Antoni Ros Marb¨¤, sustituyendo a Helmut Rilling, fue una decisi¨®n impecable lo corrobora el estado actual de la formaci¨®n gallega, que es, ni m¨¢s ni menos, una orquesta magn¨ªfica. Lo demostr¨® el viernes con un sonido brillante, redondo, bien coloreado. Su tama?o, adem¨¢s, obliga a que cada atril d¨¦ el m¨¢ximo, se sienta solista, y sus miembros responden con atenci¨®n y limpieza admirables. Tiene a su mando a un maestro de verdad, al que se le nota feliz casi como nunca. Ese formato medio permite que obras como la Segunda Sinfon¨ªa de Beethoven, que cerraba el programa, suenen especialmente bien. Ros Marb¨¤ plante¨® la p¨¢gina con energ¨ªa en los tiempos extremos, resolvi¨® con elegancia el larghetto e hizo un scherzo bien pimpante.

La primera parte se dedic¨® a dos hermosos ciclos de canciones espa?olas. Las playeras de Espl¨¢ y las Negras de Montsalvatge. Las del alicantino se escuchan hoy muy poco y fue un placer revisitarlas. Las del catal¨¢n son, simplemente, una obra maestra. Mar¨ªa Bayo cant¨® espl¨¦ndidamente, con una madurez expresiva que le hace dar a cada p¨¢gina su car¨¢cter exacto. Y Ros-Marb¨¤ le acompa?¨® con un cuidado exquisito, atendiendo escrupulosamente a cada matiz. Bayo y Ros-Marb¨¤ regalaron una canci¨®n de Toldr¨¢ orquestada por el propio director y dos de las piezas del Tr¨ªptico de Garc¨ªa Leoz. Al final de la sesi¨®n, una sensacional obertura de Don Giovanni de Mozart. Lo dicho: esta orquesta est¨¢ lanzada.