Ocho a?os en coma y esperando justicia

Cada vez que se pronuncian las palabras mar o playa, Ana Bel¨¦n Hern¨¢ndez, de 27 a?os, suelta una carcajada sorda. Es uno de los pocos est¨ªmulos a los que esta joven, en estado vegetal desde hace ocho a?os por un accidente laboral, puede responder. "Poco antes de aquello estuvimos en Torrevieja. Le encantaba meterse en el agua. Por eso se pone tan contenta al escuchar esas palabras", comenta su madre, Mar¨ªa Luisa. El suceso ocurri¨® hace ocho a?os, el 1 de julio de 1998. Desde esa fecha, los familiares de Ana esperan que la justicia resuelva si la empresa para la que trabajaba, Manufacturas Pl¨¢sticas El As, en Arganda del Rey, es la responsable de su situaci¨®n. Ana, que entonces ten¨ªa 19 a?os, sufri¨® una descarga el¨¦ctrica al intentar desatascar con una varilla de lat¨®n la m¨¢quina que operaba. D¨ªas despu¨¦s de llegar al hospital, los m¨¦dicos emitieron el diagn¨®stico que la ha condenado a la cama de por vida.

La demora en la fecha del juicio, que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo 10 de mayo, se remonta a la misma instrucci¨®n del caso. La falta de jueces y la cantidad de casos acumulados son algunas de las razones que apuntan desde los juzgados de Arganda para explicar los retrasos.

El abogado de Ana, UGT y CC OO, que comparecen como acusaci¨®n particular, y el fiscal piden entre tres y cinco a?os de c¨¢rcel para el jefe de la empresa y una indemnizaci¨®n de entre 1,5 y 3,8 millones de euros por incumplir la Ley de Prevenci¨®n y Riesgos Laborales. Aseguran que la compa?¨ªa no dispon¨ªa de calzado y guantes aislantes para operar con las m¨¢quinas. La defensa asegura que no hay responsabilidad penal y que su cliente siempre ha estado dispuesto a ayudar econ¨®micamente a la familia.

Hoy es el D¨ªa Internacional de la Salud y Seguridad en el Trabajo. El caso de Ana Bel¨¦n es uno m¨¢s en la larga lista de accidentes laborales que se producen en Espa?a (entre enero y febrero de 2006 se produjeron 151.144 accidentes, 9.700 m¨¢s que en los mismos meses de 2005). La madre de Ana se?ala que su caso puede servir para que las empresas cumplan las medidas de seguridad en el trabajo. "Lo hago por eso. Casi no entiendo que pidamos dinero. Eso no va a devolverme a Ana tal como era hace ocho a?os". Desde entonces, su hija se alimenta por una sonda, sufre incontinencia de los esf¨ªnteres, respira por un agujero en la tr¨¢quea y s¨®lo se mueve cuando sus familiares le cambian de postura para evitar que se haga heridas.