Sobre la escolarizaci¨®n obligatoria

?Constituye la obligatoriedad siempre un beneficio? Como profesora de Educaci¨®n Secundaria, hace ya a?os que pienso que no. La obligaci¨®n (y el derecho) de un alumno a permanecer escolarizado hasta los 16 a?os fue, en su momento, recibida como signo de progreso social, pero la experiencia nos ha dicho y nos sigue diciendo cada d¨ªa a voces, que no necesariamente es as¨ª. Prolongar hasta los 16 a?os la vinculaci¨®n de un alumno con el sistema educativo en los casos en que, de manera manifiesta, este no quiere, equivale a sostener una situaci¨®n ag¨®nica para todos, incluidos los compa?eros de ese alumno que, de forma sistem¨¢tica, ven conculcado su derecho a una ense?anza digna.

Aunque cuestionar los beneficios de que todos los miembros de una sociedad est¨¦n escolarizados hasta los 16 a?os no es pol¨ªticamente correcto y se interpreta como una regresi¨®n, he o¨ªdo que el Defensor del Pueblo andaluz, Jos¨¦ Chamizo, se ha atrevido a hacerlo. Sugiero que, en aquellos casos en los que las partes directamente implicadas (padres, profesores y alumno en cuesti¨®n) est¨¦n de acuerdo, se puedan incluir excepciones a la norma universal. Concretamente, en lo que se refiere a la ense?anza, tal universalizaci¨®n, lejos de mejorarla, la est¨¢ minando.