Poder de clase, poder de g¨¦nero
Seg¨²n los ¨²ltimos datos provistos por la Agencia Estad¨ªstica de la Uni¨®n Europea, Espa?a es, junto con Portugal, el pa¨ªs que tiene el gasto p¨²blico por habitante m¨¢s bajo de la UE-15 (la Uni¨®n con 15 miembros); esta situaci¨®n deficitaria se presenta en pr¨¢cticamente todos los componentes de tal gasto. El gasto p¨²blico por habitante en temas sociales (que incluyen los servicios p¨²blicos del Estado del bienestar, como sanidad, educaci¨®n, servicios sociales y vivienda social, entre otros, as¨ª como las pensiones y otras transferencias sociales) es, tambi¨¦n, el m¨¢s bajo de la UE-15. En realidad, Espa?a se gasta mucho menos en su Estado del bienestar de lo que le corresponde por el nivel de riqueza econ¨®mica que tiene. Nuestro PIB per c¨¢pita (que mide el grado de desarrollo econ¨®mico del pa¨ªs) es ya el 90% del PIB del promedio de la UE-15 y, sin embargo, el gasto p¨²blico social por habitante es s¨®lo el 62% del promedio de la UE-15. Espa?a deber¨ªa gastarse alrededor de 66.000 millones de euros anuales m¨¢s para alcanzar el gasto social per c¨¢pita que le corresponde por su nivel de riqueza. Una situaci¨®n semejante, por cierto, ocurre en el cap¨ªtulo de infraestructuras como carreteras, ferrocarriles y otras comunicaciones.
Una de las causas m¨¢s importantes de esta pobreza del gasto p¨²blico social es el enorme poder que el 25-30% de renta superior de la poblaci¨®n espa?ola (que incluye los sectores sociales que sol¨ªan llamarse la burgues¨ªa, la peque?a burgues¨ªa y clases profesionales de renta alta) ha tenido hist¨®ricamente y contin¨²a teniendo en la cultura medi¨¢tica y pol¨ªtica del pa¨ªs y en los aparatos econ¨®micos del Estado (ver Navarro V. El subdesarrollo social de Espa?a. Causas y consecuencias. 2006). La enorme influencia que este grupo social tiene sobre el Estado y sobre los medios de informaci¨®n y persuasi¨®n, y su resistencia a pagar impuestos es lo que explica el bajo gasto p¨²blico. La baja presi¨®n fiscal de Espa?a, la m¨¢s baja de la UE-15, 34,8% del PIB, comparado con un 41% en el promedio de la UE-15, se debe, en gran parte, a que la contribuci¨®n al erario p¨²blico de este sector pudiente de la poblaci¨®n es tambi¨¦n de los m¨¢s bajos de la UE-15, mucho menor que la de sus hom¨®logos. Este sector pudiente de la poblaci¨®n no es consciente de este d¨¦ficit de gasto p¨²blico social, pues no lo sufre en carne propia: lleva a sus hijos a las escuelas privadas (gestionadas en su mayor¨ªa por la Iglesia, que reciben los subsidios p¨²blicos m¨¢s altos de la UE-15) y va a la sanidad privada (o bien reciben trato preferencial en la p¨²blica) cuando cae enfermo. Mientras tanto, informe tras informe de la OCDE y de la UE que analizan la situaci¨®n de los distintos componentes del Estado del bienestar de sus pa¨ªses miembros se?alan el gran retraso social de Espa?a, retraso que se debe, en gran parte, a la citada pobreza de recursos en sus servicios p¨²blicos.
Otro indicador del enorme poder de clase de tales sectores (al cual hay que a?adir el poder de g¨¦nero, que determina que dentro de la pobreza del gasto p¨²blico social el m¨¢s bajo sea precisamente el que se gasta en los servicios p¨²blicos como escuelas de infancia y servicios de dependencia, que benefician particularmente a las mujeres) es la creencia liberal de que hay que bajar los impuestos; creencia reproducida incluso en sectores liberales de las izquierdas, incluidos algunos economistas del Gobierno socialista espa?ol, uno de los cuales, a ra¨ªz de una reflexi¨®n sobre el futuro del socialismo cuestion¨® recientemente "si hoy alguien puede defender a estas alturas del siglo que un programa socialdem¨®crata debe estar a favor de m¨¢s impuestos y m¨¢s gasto p¨²blico".
Este dogma liberal va acompa?ado de otro que se?ala la necesidad no s¨®lo de equilibrar las cuentas del Estado, sino incluso de alcanzar un super¨¢vit en tales cuentas. Consecuencia de esta creencia, estamos viendo hoy en Espa?a (el pa¨ªs de la UE-15 que tiene un gasto p¨²blico m¨¢s bajo) un super¨¢vit mayor (un 1,1% del PIB) que el que cualquier Gobierno tenga en dicha Uni¨®n; lo cual se justifica refiri¨¦ndose a la experiencia de las socialdemocracias escandinavas (y, muy en particular, de la sueca) que tradicionalmente han tenido super¨¢vit en sus presupuestos estatales, olvid¨¢ndose, sin embargo, que tales pa¨ªses tienen el gasto p¨²blico (53,3% del PIB) y la presi¨®n fiscal m¨¢s elevados de la UE-15 (47,5% del PIB). Tener un super¨¢vit en el presupuesto del Estado y, a la vez, bajar los impuestos es condenar a Espa?a a estar a la cola de Europa, pues el enorme d¨¦ficit de gasto p¨²blico social no puede resolverse s¨®lo a base del elevado crecimiento econ¨®mico. En realidad, ha sido el elevado gasto p¨²blico de los pa¨ªses escandinavos de tradici¨®n socialdem¨®crata lo que les ha permitido un extenso Estado de bienestar (que ha ofrecido seguridad a la poblaci¨®n, incluyendo la laboral) y unas potentes infraestructuras que han facilitado su respuesta a los retos de la globalizaci¨®n (estos pa¨ªses son los m¨¢s globalizados de la UE-15), siendo los pa¨ªses m¨¢s competitivos de esa Uni¨®n. La escasa calidad del crecimiento econ¨®mico espa?ol (con escaso valor a?adido) y la elevada inseguridad en su mercado de trabajo derivan precisamente de la pobreza de su gasto p¨²blico. Esta pobreza de gasto p¨²blico, por cierto, est¨¢ tambi¨¦n contribuyendo a las enormes tensiones interterritoriales en Espa?a. Es sorprendente que barones en todos los partidos pol¨ªticos, que sacan pecho en defensa de su territorio, hayan guardado durante todos estos a?os un silencio ensordecedor sobre el enorme d¨¦ficit de gasto p¨²blico existente en toda Espa?a, d¨¦ficit que es mucho mayor que la suma de todos los d¨¦ficit fiscales territoriales existentes en nuestro pa¨ªs. Y ninguno de ellos ha levantado la voz pidiendo un aumento de los impuestos.
En Catalu?a, al enorme d¨¦ficit de gasto p¨²blico se le han sumado en esta Comunidad Aut¨®noma unas pol¨ªticas de clase llevadas a cabo con gran dureza por el Gobierno de derechas anterior, resultado de las cuales, la escuela privada (en su mayor¨ªa religiosa, que recibe el subsidio m¨¢s elevado de Espa?a) ha estado ofreciendo 1.050 horas m¨¢s al a?o que la escuela p¨²blica; con lo cual los graduados de la privada (pertenecientes a los sectores m¨¢s pudientes de la sociedad catalana), al terminar la escuela, han ido nada menos que un a?o m¨¢s que los graduados de la escuela p¨²blica (pertenecientes en su gran mayor¨ªa a las clases populares). Estamos viendo ahora una gran movilizaci¨®n de clase (que incluye el mundo financiero, empresarial y medi¨¢tico) para que el Gobierno socialista espa?ol cambie de alianzas, reproduciendo la alianza del periodo 1993-1996 (PSOE-CiU), cuando, bajo la direcci¨®n del mismo equipo que dirige hoy las pol¨ªticas econ¨®micas del Gobierno espa?ol, se redujo el gasto p¨²blico social por habitante, inici¨¢ndose una pol¨ªtica de austeridad social que fue continuada por la alianza PP-CiU que le sigui¨®.
Tal sensibilidad liberal -reflejada tambi¨¦n en los nombramientos econ¨®micos hechos o propuestos por parte del Gobierno, incluyendo el de consejeros del Banco de Espa?a- est¨¢ dificultando todav¨ªa m¨¢s la realizaci¨®n de la promesa realizada en el programa del PSOE de converger con el gasto p¨²blico social por habitante del promedio de la UE-15.
Vicen? Navarro es catedr¨¢tico de Pol¨ªticas P¨²blicas de la Universitat Pompeu Fabra.
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