Berlusconi presenta la dimisi¨®n y deja paso al Gobierno de centro-izquierda
Il Cavaliere defiende la reelecci¨®n de Carlo Azeglio Ciampi como jefe del Estado
Silvio Berlusconi reuni¨® por ¨²ltima vez a sus ministros y subi¨® por ¨²ltima vez al palacio del Quirinal. Fue el d¨ªa de la dimisi¨®n, el d¨ªa de las despedidas. Berlusconi, acostumbrado a ganar, tuvo que cumplir con el ritual del vencido. Pero no se mostr¨® hosco ni abatido. "Hemos sido el mejor Gobierno en la historia de la Rep¨²blica, nos echar¨¢n en falta", les dijo a sus ministros. A¨²n como primer ministro en funciones, pero ya como jefe de la oposici¨®n, Il Cavaliere pidi¨® en nombre de todo el centro-derecha la reelecci¨®n de Carlo Azeglio Ciampi como jefe del Estado.
El adi¨®s de Berlusconi podr¨ªa ser largo, o muy largo. Podr¨ªa durar hasta el fin de semana, si Ciampi acelerara los tiempos constitucionales y el viernes encargara a Romano Prodi la formaci¨®n de un nuevo Gobierno. O podr¨ªa durar casi dos semanas, si Ciampi prefiriera esperar hasta despu¨¦s de la elecci¨®n presidencial del d¨ªa 8 (la sesi¨®n conjunta de las c¨¢maras fue convocada anoche).
Los ritmos ya no depend¨ªan de Berlusconi. Todo estaba en manos de Prodi y sus aliados. Prodi quer¨ªa tener su Gobierno cuanto antes. El mayor partido de su coalici¨®n, los Dem¨®cratas de Izquierda, quer¨ªa por el contrario que se resolviera primero la cuesti¨®n del presidente, y luego la del Gobierno.
El proyecto de los Dem¨®cratas de Izquierda consist¨ªa en colocar como jefe del Estado al presidente del partido, Massimo d'Alema, y aplazar lo dem¨¢s hasta la segunda quincena del mes.
La llegada de un poscomunista como D'Alema al palacio del Quirinal tendr¨ªa una fuerte carga simb¨®lica. Tambi¨¦n constituir¨ªa un nuevo factor de crispaci¨®n pol¨ªtica, ya que dejar¨ªa en manos del centro-izquierda todos los grandes cargos institucionales, pese al ajustad¨ªsimo resultado electoral. Por otra parte, D'Alema podr¨ªa ser el ¨²nico legado duradero (un septenio) de la victoria de Romano Prodi, si en uno o dos a?os no hubiera m¨¢s remedio que convocar de nuevo elecciones.
El objetivo prioritario de Berlusconi, como jefe de la oposici¨®n, se centraba en impedir que el pr¨®ximo d¨ªa 8 el Parlamento elevara a D'Alema al cargo de presidente de la Rep¨²blica. Ayer mismo reuni¨® a sus principales aliados en el palacio Chigi, sede de la Presidencia del Gobierno, y emiti¨® un comunicado con el siguiente contenido: "La Casa de las Libertades hace un llamamiento al Parlamento y a los representantes de las Regiones [que tienen voto en la elecci¨®n presidencial] para que interpreten el sentimiento coral de los italianos y, m¨¢s all¨¢ de las conveniencias partidistas, reelijan a Carlo Azeglio Ciampi, que en estos siete a?os ha representado un s¨®lido punto de referencia moral e institucional para toda la naci¨®n".
Ciampi, de 85 a?os, se convirti¨® ayer mismo en bisabuelo. No mostraba el menor inter¨¦s en seguir residiendo en el Quirinal. Al contrario, parec¨ªa contar los d¨ªas que le quedaban a su mandato. Su inmensa popularidad, sin embargo, y el inter¨¦s de Berlusconi por cerrar el paso a D'Alema podr¨ªan desembocar en su reelecci¨®n.
Romano Prodi declar¨®, tras conocerse el comunicado de los berlusconianos, que estar¨ªa "encantado" de que Ciampi siguiera. "Pero depende del propio Ciampi", precis¨®. Tras la tensi¨®n de los d¨ªas posteriores a las elecciones y las acusaciones de Berlusconi sobre supuestas irregularidades en el recuento, las relaciones entre el Gobierno saliente y el entrante estaban normaliz¨¢ndose con rapidez.
Il Cavaliere respet¨® ayer todas las normas de cortes¨ªa pol¨ªtica, empezando por un apret¨®n de manos con Romano Prodi durante el funeral por los soldados italianos muertos el jueves en Irak. Tras su dimisi¨®n, presentada hacia las 13.30 en el Quirinal, inform¨® personalmente a los presidentes del Senado, Franco Marini, y de la C¨¢mara, Fausto Bertinotti. Y en su visita a la C¨¢mara fue m¨¢s all¨¢ de la cortes¨ªa. Vio a la cronista pol¨ªtica del diario de izquierdas L'Unit¨¢, con la que durante cinco a?os mantuvo intercambios muy agrios, y se le acerc¨® con una sonrisa: "Contenta, ?no?", le pregunt¨®. "S¨ª, presidente", respondi¨® ella, sorprendida y tambi¨¦n sonriente, "pero le deseo mucha suerte".
Ante el palacio Chigi, dos grupos, compuestos cada uno por unas 100 personas, dedicaron horas a despedirse de Berlusconi. Unos, con banderas rojas y pu?os en alto, gritaban: "?A casa, a casa!" y cantaban Bella, ciao. Otros utilizaban el coro con el que la afici¨®n romanista aclama a su ¨ªdolo, Francesco Totti ("Un capitano, c'e solo un capitano"), para loar a Berlusconi: "Un presidente, hay s¨®lo un presidente".
LA GESTI?N DE IL CAVALIERE
- Reforma del sistema de pensiones, con elevaci¨®n de la pensi¨®n m¨ªnima hasta los 516 euros mensuales
- Creaci¨®n de 1,5 millones de puestos de trabajo y reforma del mercado laboral, con contratos menos precarios que los establecidos por el antiguo Gobierno de centro-izquierda
- Reforma constitucional para hacer de Italia un Estado federal y para fortalecer los poderes del jefe de Gobierno (a votar en refer¨¦ndum el 28 de junio)
- Reforma de la justicia para impedir la apelaci¨®n por parte de los fiscales (favorece al propio Berlusconi)
- Nuevo cuadro legal para la industria de la comunicaci¨®n (favorece al propio Berlusconi)
- Introducci¨®n del euro (con fuerte aumento de los precios y descenso de la competitividad industrial)
- Agravamiento del d¨¦ficit presupuestario, del 1% del PIB (2001) al 4,1% (2005)
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