Un puro murmullo de la vida
Julio Estrada es un creador musical at¨ªpico, ha transitado por las matem¨¢ticas musicales (lleg¨® a tener responsabilidades importantes en el laboratorio que cre¨® Xenakis en Par¨ªs), investiga en la Universidad de M¨¦xico con algoritmos musicales, y sin embargo un impulso intuitivo casi tel¨²rico late en su trabajo, como si el mundo vibrara en ondas misteriosas y la raz¨®n debiera quedar al margen para escucharlas. No es casual que durante quince a?os, este mexicano apasionado haya estado "pose¨ªdo" por los sonidos que evoca la m¨¢s c¨¦lebre novela de su pa¨ªs, Pedro P¨¢ramo.
La ¨®pera no ha dejado de ser un terreno abierto en el ¨¢mbito de la creaci¨®n contempor¨¢nea, un lugar inclasificable que, gracias a ello, permite imaginar mundos expresivos personales a artistas con bagajes de toda ¨ªndole. Esta apertura, quiz¨¢ ca¨®tica pero tambi¨¦n rica y generosa, casa mal con descripciones apresuradas que alg¨²n iluminado de ocasi¨®n podr¨ªa estar tentado de formular. La ¨®pera de hoy sigue siendo libre y salvaje, aunque plantee problemas de acomodo, y pocas muestras son m¨¢s ilustrativas de ello que el trabajo desmesurado de Estrada sobre la novela m¨ªtica de Rulfo.
M¨¢s que un espacio narrativo o una ilustraci¨®n, es un grito prolongado y modulado que surge, quiz¨¢, de las entra?as de una tierra hecha carne
La ¨®pera de hoy sigue siendo libre y salvaje, aunque plantee a veces problemas de acomodo
Estrada ha desarrollado una investigaci¨®n musical sobre esta historia fantasmag¨®rica desde el temprano 1990, tras concluir un trabajo de t¨ªtulo esclarecedor: El sonido en Rulfo. En sus or¨ªgenes, Estrada realiz¨® un estudio anal¨ªtico de estas relaciones: sonoridades literarias, ambientales, sonoridades de la m¨²sica en la novela, sonoridades imaginarias, etc¨¦tera. Lleg¨® a conclusiones sorprendentes, como que personajes de la ficci¨®n, Doloritas P¨¢ramo y Abundio Mart¨ªnez, coinciden con los nombres de dos m¨²sicos reales mexicanos. Pero, sin duda, las conclusiones m¨¢s fecundas le han llevado a recrear un universo de sonidos nacidos de la oralidad. Es conocido que el primer t¨ªtulo que Rulfo quer¨ªa poner a su novela era Murmullos, y el abanico de atm¨®sferas sonoras del alucinado espacio de Comala evoca desde el silencio ("ahora estaba aqu¨ª, en este pueblo sin ruidos") hasta sonidos y ruidos de personajes que transitan entre el universo de los muertos y el de los que apenas se sabe si est¨¢n vivos.
Para Estrada, esta ¨®pera es una especie de caverna plat¨®nica cuya sombra sonora surge desde el molde de los cuerpos, como si el aullido de la atormentada tierra mexicana coincidiera con las dimensiones de los cuerpos de la madre, Doloritas, el padre buscado y s¨®lo encontrado en un plano fantasmal, Pedro P¨¢ramo, y el propio narrador, Juan Preciado, que va descubriendo poco a poco que est¨¢ muerto. Por ello, la idea misma de una ¨®pera se convierte, en la inmersi¨®n de Estrada, en un mapa de sonidos vocales y ruidos extra¨ªdos de alg¨²n instrumento, el contrabajo, tendido sobre una mesa, como un muerto.
Estrada ha ido avanzando en
su ¨®pera con la misma lentitud exasperante del tiempo de la novela. Hace apenas quince a?os propon¨ªa una pieza musical, Doloritas, nacida como una "cuasi ¨®pera radiof¨®nica". En estos a?os, diversos movimientos o piezas del puzle han ido surgiendo, pero el proyecto, a veces denominado multi¨®pera por su autor, puede no s¨®lo crecer sino diversificarse en diversas opciones de representaci¨®n; aunque es posible que esta versi¨®n madrile?a (que tiene previsto viajar despu¨¦s a Alemania) sea la formulaci¨®n m¨¢s acabada del retrato del p¨¢ramo de Comala. El interesado en esta aventura har¨¢ bien en olvidarse de un espacio narrativo o una ilustraci¨®n, es m¨¢s un grito prolongado y modulado que surge, quiz¨¢, de las entra?as de una tierra hecha carne. Para ello, Estrada cuenta con colaboradores tan fieles como excepcionales, como es el caso de la singular cantante F¨¢tima Miranda que desvela el tormento de Doloritas a trav¨¦s de una singular peripecia vocal, o el trabajo "ruidista" de Lloren? Barber. Sin olvidar la propia aportaci¨®n vocal de Estrada, consumado maestro de la emisi¨®n sonora y desvelador del complejo mundo de Juan Preciado, el huidizo detonante de la aventura de Pedro P¨¢ramo.
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