Las 'Malvinas' de Kirchner

La construcci¨®n de las papeleras de las empresas Botnia y ENCE en Fray Bentos, Uruguay (a orillas del r¨ªo Uruguay y a seis kil¨®metros de la localidad argentina de Gualeguaych¨²), ha convertido a esta regi¨®n en el epicentro de la vida pol¨ªtica de ambos pa¨ªses. Los vertidos de las papeleras al caudal del r¨ªo podr¨ªan afectar a los pobladores de Gualeguaych¨² (en la provincia argentina de Entre R¨ªos), que se han manifestado contra el proyecto y bloquearon durante un mes seguido el puente internacional de San Mart¨ªn, que une ambas localidades (aunque el corte ya se levant¨®).

La relaci¨®n entre Uruguay y Argentina, hist¨®ricamente cordial, se tens¨® de un modo dr¨¢stico: Uruguay amenaz¨® con salir del bloque del Mercosur y el presidente argentino, N¨¦stor Kirchner, transform¨® la causa de Gualeguaych¨² en un tema nacional, y logr¨® reunir a gobernadores oficialistas y opositores el viernes pasado.

Hay activistas en Entre R¨ªos que amenazan con quemar los bosques uruguayos

En Entre R¨ªos ya hay quienes comparan el conflicto fronterizo -y los posibles da?os futuros- con la Guerra de las Malvinas. "Entre Gualeguaych¨² y Fray Bentos, que siempre fueron buenos vecinos, se est¨¢ despertando una especie de xenofobia. A¨²n sin llegar a complejidades como el enfrentamiento armado, hay grupos de personas que amenazan con quemar los bosques uruguayos. Un desastre. La historia de estos pueblos tardar¨¢ mucho en recomponerse", afirma Jorge Giacobbe, de la encuestadora Giacobbe y Asociados.

La gente de Gualeguaych¨² subrayan que el problema es con el Gobierno y no con los pobladores, aunque la hostilidad se palpa en ambas orillas del r¨ªo. "Lamentablemente se ha perjudicado much¨ªsimo la relaci¨®n con Fray Bentos. Tengo muchos amigos y personas all¨¢, sol¨ªa ir seguido, y noto que ahora hay una frialdad grande con nosotros. Estamos metidos en un laberinto del que no s¨¦ como saldremos" se lamenta el entrerriano Jorge Rovira.

La historia de las papeleras empez¨® en octubre de 2003, cuando el entonces presidente uruguayo Jorge Batlle autoriz¨® el emplazamiento de la planta espa?ola de la empresa ENCE, para producir 500.000 toneladas de celulosa al a?o. A seis kil¨®metros de esa planta apareci¨® la finlandesa Botnia con un proyecto para construir otra papelera, con capacidad para procesar un mill¨®n de toneladas anuales.

Los ciudadanos de Gualeguaych¨² comenzaron a organizarse y en octubre de 2003 4.000 personas se movilizaron. Dos a?os y medio m¨¢s tarde el n¨²mero creci¨® en forma exponencial: entre 2005 y 2006 los manifestantes cortaron el paso fronterizo durante 80 d¨ªas (26 consecutivos) y el 30 de abril de 2006 m¨¢s de 100.000 argentinos marcharon hasta el comienzo del puente San Mart¨ªn, lo que dio lugar a la manifestaci¨®n ambientalista m¨¢s importante en la historia argentina. Seg¨²n el Gobierno de Tabar¨¦ V¨¢zquez, los cortes al paso fronterizo han generado p¨¦rdidas de 400 millones de d¨®lares a Uruguay.

Ambos pa¨ªses tienen mucho en juego: la instalaci¨®n de las plantas de celulosa le supone a Uruguay una inversi¨®n de unos 1.800 millones de d¨®lares, la mayor en su historia (que representar¨¢ el 2,5% de su Producto Nacional Bruto). En Argentina creen que los proyectos podr¨ªan ocasionar da?os irreparables al ecosistema del r¨ªo Uruguay y afectar la salud de los lugare?os. "No somos campeones en ecolog¨ªa, pero desde hace 30 a?os tenemos un proyecto tur¨ªstico de playa, termas y Carnaval, que da de comer a toda la ciudad, y queremos conservarlo" explica Jorge Rivero, de la Asamblea Ambientalista de Gualeguaych¨².

N¨¦stor Kirchner ha tomado las riendas del problema ecologista con una vehemencia, para muchos, novedosa. El pasado viernes anunci¨® que el tema ambientalista ser¨ªa, de ahora en adelante, una "pol¨ªtica de Estado". El anuncio lo hizo en Gualeguaych¨², en el acto al que acudieron 19 gobernadores oficialistas y opositores (s¨®lo faltaron cinco), un qu¨®rum suficiente para que Kirchner mostrara un amplio respaldo a su decisi¨®n de demandar a Uruguay ante la Corte Internacional de La Haya. La demanda se basa en que Uruguay viol¨® tratados internacionales cuando autoriz¨® unilateralmente las obras en un r¨ªo fronterizo, una versi¨®n que no comparte el Gobierno de Tabar¨¦ V¨¢zquez, que afirma que Argentina aval¨® el proyecto en 2004.

La concentraci¨®n del viernes pasado se realiz¨® en el Cors¨®dromo de Gualeguaych¨²: un espacio donde se realizan los desfiles de Carnaval, y que en este caso se prest¨® para iron¨ªas: para muchos, la jugada de Kirchner es otra variante de circo. "No quise prestarme al megashow que est¨¢n montando el presidente y sus colaboradores", asegura Mauricio Macri, presidente del partido conservador Compromiso Para el Cambio, en la oposici¨®n. "No hay que mentirle a la gente. Las papeleras se van a construir porque los uruguayos tienen una posici¨®n tomada, as¨ª que cualquier presentaci¨®n en La Haya es est¨¦ril".

El rechazo a las papeleras no es s¨®lo argentino. En Uruguay tambi¨¦n se han manifestado contra el levantamiento de las f¨¢bricas. El escritor y periodista Eduardo Galeano encabez¨® una de ellas. "En Uruguay, las palabras ecologista y ambientalista siempre fueron calificativos honrosos, pero ahora pareciera que se han convertido en insultos, se usan para definir al enemigo de la patria, a los enemigos del progreso, a los enemigos del trabajo", opin¨® Galeano. "Eso es un enmascaramiento de la realidad, una gran mentira contra la que es necesario luchar".

Galeano dijo estas palabras en Historia de dos Orillas, un documental independiente estrenado en Argentina esta ¨²ltima semana, donde se busca analizar el origen y las consecuencias del conflicto de las papeleras. "Este trabajo muestra qu¨¦ est¨¢ pasando en otras f¨¢bricas de este tipo, y cu¨¢les son los da?os ambientales que se est¨¢n provocando", explica su director Emilio Cartoy D¨ªaz. "En el documental hay varios casos parecidos, entre otros el de una f¨¢brica en Pontevedra (Galicia). All¨ª tambi¨¦n a la gente le promet¨ªan trabajo y una mejora sustancial de su situaci¨®n econ¨®mica; pero los testimonios que hoy recogemos en esa zona demuestran que nada de eso se cumpli¨®. Esta es una de las cuestiones fundamentales que se deber¨ªa difundir en Uruguay, porque all¨¢ la gente est¨¢ eligiendo perjudicar la salud con tal de tener un trabajo, y no saben que ese trabajo es ef¨ªmero".

La construcci¨®n de la papelera de ENCE a¨²n no comenz¨® (por eso es que la empresa espa?ola est¨¢ algo m¨¢s lejos del litigio). Pero en Botnia, el levantamiento del edificio est¨¢ empleando a 2.000 habitantes de Fray Bentos. Y si bien dentro de dos a?os, cuando termine la edificaci¨®n, s¨®lo podr¨¢n trabajar 300 pobladores altamente calificados, las papeleras irradian en la zona una enardecida sensaci¨®n de esperanza y progreso.