Nucleares

Aprovechando que el petr¨®leo parece acabarse, ya surgen voces que reivindican lo sublime de la energ¨ªa nuclear y de las instalaciones que la procuran, adem¨¢s, muy limpia y barata. Ahora resulta que hemos estado equivocados durante muchos a?os, pues los peligros, contaminaciones, enfermedades... son inapreciables en comparaci¨®n con lo satisfecho que puede quedar el consumidor y todo nuestro Estado del bienestar. Tanto es as¨ª que lo aconsejable es construir m¨¢s centrales nucleares seguras y abandonar los utopismos de otras energ¨ªas renovables: ¨¦stas s¨®lo llevan a tal encarecimiento del coste de la vida que, en vez de renovables, se convierten en inviables. As¨ª de claro lo dicen quienes parecen saber mucho del tema, o lo escriben, desde Alemania, por toda Europa y, claro, en Espa?a. Podr¨ªamos decir: "El debate est¨¢ servido". Pero no, el debate -si es que lo hay- es muy restringido, el ciudadano se enterar¨¢ (lamentablemente, como casi siempre) con la ley de los hechos consumados de la aprobaci¨®n de proyectos de construcci¨®n de nuevas centrales nucleares en toda Europa. Ojal¨¢ me equivoque. Lo que s¨ª ser¨ªa profundamente preocupante es que, en definitiva, al ciudadano el tema le diese igual o incluso lo bendijese como imprescindible para su bienestar, porque un Chern¨®bil con la tecnolog¨ªa actual ser¨ªa inexistente.