Tony Blair se niega a fijar el calendario para su sucesi¨®n
El primer ministro hace frente a la derrota laborista en las municipales
Tony Blair se neg¨® ayer a fijar un calendario de su salida del poder, como le exigen sus cr¨ªticos, pero lanz¨® un mensaje conciliador al prometer que se marchar¨¢ con la antelaci¨®n suficiente para dar a su sucesor "el tiempo necesario para que se afiance". El primer ministro, que parece capaz de superar la crisis que vive el laborismo tras la derrota electoral en las municipales de la semana pasada, afirm¨® que quienes buscan su marcha quieren el retorno del viejo laborismo, y asegur¨® que eso llevar¨ªa al partido a la oposici¨®n.
En su rueda de prensa mensual, Blair compareci¨® descansado tras el fin de semana y adelant¨® en p¨²blico el mensaje que transmitir¨ªa horas despu¨¦s en privado al grupo parlamentario laborista. Dej¨® claro que no piensa dimitir ni fijar un calendario sobre su retirada, porque a su juicio "lo ¨²nico que har¨ªa es paralizar el trabajo habitual del Gobierno, pondr¨ªa en cuesti¨®n los necesarios cambios que estamos haciendo por Gran Breta?a y da?ar¨ªa al pa¨ªs. No s¨®lo no significar¨ªa el final de las actuales distracciones sino que las llevar¨ªa a un nuevo nivel".
Blair empez¨® su intervenci¨®n dando cuenta de la agenda de trabajo que le espera al Gobierno tras los profundos cambios introducidos el viernes pasado, pero estuvo conciliador al dejar claro que no tiene intenci¨®n de seguir en el cargo de manera indefinida y no se refiri¨® en ning¨²n momento a sus anteriores comentarios de que piensa servir "un mandato completo". Al contrario, dio se?ales claras de que podr¨ªa dejar el cargo uno o incluso dos a?os antes de acabar la legislatura al enfatizar que dar¨ªa a su sucesor "el tiempo necesario para establecerse por s¨ª mismo". "Cualquiera que sea mi sucesor ha de tener tiempo para prepararse y liderar las pol¨ªticas de cambio de cara a las elecciones generales", previstas para 2009, aunque legalmente podr¨ªan retrasarse a 2010.
En otro gesto conciliador, dej¨® claro que considera a Gordon Brown "ciento por ciento" su sucesor natural y que la llegada de ¨¦ste no significar¨¢ el retorno al viejo laborismo que, a su juicio, persiguen quienes intentan precipitar su marcha cuanto antes. "No tengo la menor duda de que va a ser absolutamente nuevo laborista hasta la m¨¦dula y va a mantener la pol¨ªtica transatl¨¢ntica", dijo en referencia al canciller del Exchequer.
Mercados abiertos
Aunque a la izquierda de Blair a la hora de recurrir al mercado en los servicios p¨²blicos y m¨¢s preocupado por la pobreza y menos obsesionado por la clase media que el primer ministro, es sobradamente conocida la apuesta de Brown por mercados flexibles y abiertos y su absoluto pro americanismo.
Con su intervenci¨®n de ayer, el primer ministro quiso sobre todo dirigirse al segmento m¨¢s centrista del laborismo, que puede estos d¨ªas empezar a dudar de ¨¦l tras varias semanas catastr¨®ficas para el Gobierno y los malos resultados electorales del jueves. Seg¨²n una encuesta de la BBC entre 172 diputados laboristas, 26 quieren que Blair se vaya de inmediato, 26 que se vaya dentro de un a?o, 29 que se vaya cuando quiera, 4 que agote la legislatura y 62 no se pronuncian. Hay un amplio segmento de indecisos y bastantes apoyos todav¨ªa.
Blair record¨® que los Gobiernos siempre pierden las elecciones municipales y que las de este a?o no han sido mucho peores que las de hace dos a?os. La diferencia es que en esta ocasi¨®n los conservadores han salido mucho m¨¢s fortalecidos que en los comicios de 2004. El primer ministro acept¨® la mejor¨ªa de los conservadores desde que David Cameron lleg¨® al liderazgo, pero invit¨® a un an¨¢lisis m¨¢s detallado del resultado electoral. De ese an¨¢lisis, Blair concluy¨® que el laborismo sigue estando fuerte en sus bastiones del norte de Inglaterra pero est¨¢ perdiendo simpatizantes entre las clases medias de Londres y la regi¨®n del sureste. Y lo atribuy¨® no a la necesidad de volver al viejo laborismo, sino, al contrario, a que la gente tiene la sensaci¨®n de que el Gobierno est¨¢ menos comprometido que antes con su agenda reformista. La soluci¨®n es, concluy¨®, perseverar en las reformas del nuevo laborismo.
![Tony Blair, ayer durante su rueda de prensa mensual.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DBZ62TZFK5KJ2XYK4RA24HOTC4.jpg?auth=6f3004548dcddfc9c63e6b9a9d40df006cae56386493b0b39fbfc91e1b225c28&width=414)
El silencio de Straw
El primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, desminti¨® con palabras muy duras las informaciones de prensa de que Jack Straw ha sido separado del Foreign Office por presiones del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, debido a su oposici¨®n a una intervenci¨®n en Ir¨¢n.
El primer ministro calific¨® las informaciones de "basura" y asegur¨® que ambos acordaron durante las pasadas elecciones que dejar¨ªa el Foreign Office "en alg¨²n momento" de la legislatura y que fue el propio Straw el que sugiri¨® a Blair la posibilidad de hacerse con el cargo de l¨ªder de la C¨¢mara de los Comunes, a medio camino de lo que en Espa?a ser¨ªa ministro de Relaciones con las Cortes y portavoz del grupo parlamentario.
El caso es que Jack Straw ha guardado un escrupuloso silencio y la perspectiva de lidiar con la crisis de Ir¨¢n era m¨¢s una patata caliente que un reto pol¨ªtico. De ambici¨®n ilimitada y h¨¢bil en los pasillos, el nuevo cargo supone para ¨¦l un term¨®metro ideal sobre los humores de Westminster.
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