C¨¦sar Jim¨¦nez, por la puerta grande
C¨¦sar Jim¨¦nez cort¨® una oreja en cada toro y sali¨® a hombros despu¨¦s de emocionar, sobre todo en el quinto de la tarde, un toro de imponente cabeza y pitones muy astifinos, al que el diestro plant¨® cara con arrojo y gallard¨ªa y consigui¨® momentos verdaderamente extraordinarios al arrancar naturales de enorme profundidad. Lo mejor, sin duda, su enorme decisi¨®n a la hora de matar: se tir¨® encima del morrillo y cobr¨® una estocada hasta la bola de efectos fulminantes.
Fue Jim¨¦nez m¨¢s torero en ¨¦ste que en su primero, un toro bravo, noble y templado, al que s¨®lo cort¨® otro ap¨¦ndice cuando la boyant¨ªa del animal regalaba las dos. Inici¨® la faena de rodillas en el centro del ruedo y lo tore¨® por redondos emotivos. Ya de pie, lo pas¨® con la derecha despegado y sin mando. Un par de profundos naturales, un largo pase de pecho y otra buena estocada le otorgaron un ap¨¦ndice que se antoja barato.
Del R¨ªo / Encabo, Jim¨¦nez, Gallo
Toros de Victoriano del R¨ªo, muy bien presentados, bravos, nobles y encastados. Muy bravo el primero e inv¨¢lido el tercero. En l¨ªneas generales, una gran corrida de toros. Luis M. Encabo: cuatro pinchazos y bajonazo (pitos); estocada ca¨ªda (oreja). C¨¦sar Jim¨¦nez: estocada (oreja); estocada (oreja). Sali¨® a hombros por la puerta grande. Eduardo Gallo: tres pinchazos y estocada baja (silencio); estocada trasera y ca¨ªda (oreja). Plaza de Las Ventas. 11 de mayo. Segunda corrida de feria. Lleno.
Lo m¨¢s interesante, sin duda, ocurri¨® en el primero de la tarde. Se ven pocos toros bravos y cuando sale uno, ?ay amigo!, impone su mando en el ruedo y protagoniza la esencia m¨¢s bella de este espect¨¢culo. Adinerado se llamaba, de 615 kilos, de seria presencia, un toro guapo, muy bravo en el caballo y que galop¨® en banderillas hasta comerse crudo al torero. Lleg¨® a la muleta retador e impuso su ley. Y no fue un toro f¨¢cil. Por el contrario, muy encastado, se adue?¨® de la pista cuando comprob¨® que el torero carec¨ªa de confianza y recursos. As¨ª son las cosas cuando aparece un toro bravo en el ruedo.
Encabo tuvo, no obstante, una justificaci¨®n muy seria. Le toc¨® el toro m¨¢s bravo en el peor momento, justo cuando hac¨ªa un aut¨¦ntico vendaval en la plaza que convert¨ªa los enga?os en banderolas. Parec¨ªa imposible confiarse en tan adversas circunstancias, porque Encabo deb¨ªa estar m¨¢s pendiente de la muleta que del toro. Fue una pena, sin embargo, que el toro se marchara con las orejas y sin torear. Pero todo no es mala suerte. Encabo tuvo en cuarto lugar a un nobil¨ªsimo animal al que dio muchos pases y tore¨® algo menos. Algunas tandas tuvieron gusto y ligaz¨®n, pero los pases resultaron muy cortos y sin mando. Faena elegante, sin arrebato ni emoci¨®n, como ped¨ªa el toro, que fue de dos orejas, y s¨®lo le cortaron una.
Emocionant¨ªsima fue la faena de Eduardo Gallo al sexto de la tarde. Valiente, elegante y fino torero, todo el trastero fue por la mano derecha en tandas largas, ligadas con hondura y mando. Lo volte¨® el toro sin consecuencias y cort¨® una muy merecida oreja. Inv¨¢lido fue su primero con el que se justific¨® sobradamente.
Una gran corrida, en l¨ªneas generales, convivencias imborrables de toros bravos y nobles, excelentemente presentados todos, y con toreros j¨®venes, fr¨¢giles, finos, con empaque y prestancia, pero sin la necesidad, al parecer, de romper la fiesta con faenas grandiosas. C¨¦sar Jim¨¦nez se march¨® a hombros por la puerta grande con algunos m¨¦ritos, pero menos que los toros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.