Otra vuelta de tuerca: la emigraci¨®n elegida
EL MODELO DE GLOBALIZACI?N VIGENTE acent¨²a sus caracter¨ªsticas: libertad absoluta de movimientos de capitales, libertad amplia de bienes y mercanc¨ªas (con las dificultades que se producen en el seno de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio) y, por el contrario, restricciones crecientes a la libertad de circulaci¨®n de personas. La mayor parte de los pa¨ªses desarrollados ponen m¨¢s trabas a los movimientos de personas, a veces an¨¢rquicos e incontrolados.
La ¨²ltima vuelta de tuerca se da en Francia, lo que tiene mucha relevancia al haberse considerado siempre un pa¨ªs de inmigraci¨®n. Como explica en su libro Sami Na?r (Y vendr¨¢n... editorial Bronce), desde el siglo XIX, Francia, m¨¢s que cualquier otro pa¨ªs europeo y a semejanza de EE UU y Australia, se convierte en un pa¨ªs compuesto por una gran parte de ciudadanos de origen inmigrante. Hace unos d¨ªas, la Asamblea Nacional ha comenzado a discutir un proyecto de ley sobre la inmigraci¨®n, cuyo autor intelectual es el ministro del Interior (lo que no deja de ser significativo), Nicol¨¢s Sarkozy.
Desde el a?o 2002, la mitad de los cuatro millones de empleos creados en Espa?a han sido ocupados por inmigrantes. En 2000, la poblaci¨®n inmigrante de entre 16 y 64 a?os era el 4,2% del total; el a?o pasado, el 11,6%
Este proyecto de ley ha sido definido como el instrumento que permitir¨¢ a Francia escoger a sus inmigrantes en vez de padecerlos. ?En qu¨¦ consiste la inmigraci¨®n elegida?: elegimos cu¨¢ntos y quienes son aceptados, y los dem¨¢s tendr¨¢n que ir a los nuevos pa¨ªses de inmigraci¨®n. El Ejecutivo determina cada a?o en qu¨¦ sectores de la actividad econ¨®mica se necesita mano de obra para admitir a un n¨²mero determinado de inmigrantes cualificados que puedan trabajar en ellos. En ¨²ltima instancia, se trata de cambiar el tradicional modelo humanitario por otro directamente relacionado con el mercado de trabajo y la eficiencia econ¨®mica.
Las limitaciones crecientes a la entrada de inmigrantes tambi¨¦n tienen que ver con sus nuevas caracter¨ªsticas: cada vez con mayor frecuencia, las poblaciones se van de sus pa¨ªses de origen sin intenci¨®n de volver; el trabajo ya no se concibe como una posibilidad de mejorar la vida de los familiares que se quedan en el pa¨ªs de origen, sino como un medio para intentar cambiar de vida y echar ra¨ªces en el pa¨ªs de destino. El viaje es s¨®lo de ida, y el objetivo es el reagrupamiento familiar y el permiso indefinido de residencia en donde se les acoge.
Tan importante como la pol¨ªtica de inmigraci¨®n es la de integraci¨®n -ser¨ªa mejor decir "de acceso a la ciudadan¨ªa"- en los pa¨ªses de acogida. Para ello es b¨¢sica la evoluci¨®n del mercado laboral. Los datos de la Encuesta de Poblaci¨®n Activa del primer trimestre de 2006 en Espa?a son inquietantes: a pesar de que nuestro pa¨ªs crece a una tasa interanual del 3,5% (m¨¢s que los pa¨ªses de nuestro entorno), el paro repunt¨® porque ese crecimiento no es suficiente para dar trabajo a todos los que lo buscan. En ese periodo entraron en el mercado laboral 180.000 personas m¨¢s, mientras que s¨®lo se crearon 85.900 empleos. Es decir, la econom¨ªa espa?ola crea empleo, pero es incapaz de absorber toda la nueva mano de obra. Las perspectivas para la econom¨ªa espa?ola en 2007, tanto de la Comisi¨®n Europea como del Fondo Monetario Internacional, indican que el pr¨®ximo ejercicio el PIB crecer¨¢ menos. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ entonces?
La multinacional del trabajo temporal Manpower acaba de publicar su ¨²ltimo ¨ªndice laboral, elaborado por el catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada Joan Oliver. Muchos de sus datos son sugerentes: la mitad de los cuatro millones de empleos generados por la econom¨ªa espa?ola desde 2002 han sido ocupados por inmigrantes. Para explicar la dependencia de la poblaci¨®n inmigrante, Oliver declar¨®: "Ser¨ªa inimaginable sacar del mercado laboral a m¨¢s de dos millones de trabajadores y eliminar a cuatro millones de consumidores". Estas cifras son una media desde 2002, pero el proceso se ha ido intensificando: la poblaci¨®n inmigrante de entre 16 y 64 a?os era en 1992 el 1,9% del total; en 2000, el 4,2%; en 2002, el 6,9%, y el 11,6% en 2005.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.