Dos a?os de onda expansiva
Los vecinos de un inmueble que sufri¨® una explosi¨®n de gas en 2004, v¨ªctimas de la burocracia municipal y del silencio de una aseguradora
Hace casi dos a?os, la ma?ana del 26 de mayo de 2004, una explosi¨®n de gas destrip¨® el edificio de la calle de Calvo Asensio, n¨²mero 13, y dio inicio el calvario de 19 vecinos de Chamber¨ª. Los escombros cayeron sobre la cuna de la hija peque?a, a¨²n beb¨¦, de Maite Rodr¨ªguez; tambi¨¦n sobre la habitaci¨®n de Manfred Freund, que fue despertado por el estruendo y por los gritos de sus vecinos: "?Hay que salir!". No le dio tiempo a Mar¨ªa ?ngeles Gonz¨¢lez Usero, que hoy cuenta 84 a?os y esa ma?ana estaba a punto de salir a comprar leche. "La puerta se atasc¨®, y eso me salv¨®. Cuando por fin la abr¨ª, di un paso y son¨® ??brumm!!". Mar¨ªa ?ngeles pas¨® ocho d¨ªas en el hospital: el susto le provoc¨® un infarto minutos despu¨¦s de la explosi¨®n.
La indemnizaci¨®n no llega y los residentes han tenido que endeudarse para pagar las obras
El suceso fue recogido por televisiones y peri¨®dicos. No hubo muertos, aunque s¨ª dos heridos. Pero las llamas medi¨¢ticas se apagaron pronto, y a ellos, los vecinos, les qued¨® lo que vino despu¨¦s: una onda expansiva que dura dos a?os y amenaza con llevarlos a la ruina.
La historia es ¨¦sta. Los 19 propietarios del bloque de Calvo Asensio ten¨ªan que realizar obras de rehabilitaci¨®n del inmueble para cumplir con la Inspecci¨®n T¨¦cnica de Edificios (ITE). Esas obras iban a comenzar en junio de 2004. Pero el 26 de mayo, la buhardilla del 4? A salta por los aires. El Ayuntamiento desaloja a los vecinos, encarga la reconstrucci¨®n de urgencia a una empresa y le dice que, ya que est¨¢, acometa tambi¨¦n los trabajos de la ITE.
En diciembre llega la factura de las obras: el Ayuntamiento reclama a los vecinos un primer pago de 496.000 euros. El problema no es s¨®lo que la factura sea abultada, sino que en ella no se detalla qu¨¦ parte corresponde a las obras de la ITE (y, por tanto, deben pagar los vecinos) y cu¨¢l es exclusivamente consecuencia de la explosi¨®n y posterior incendio del edificio. El inmueble est¨¢ asegurado con Mapfre, as¨ª que ser¨¢ la empresa, piensan los vecinos, la que asumir¨¢ el coste de esa segunda reparaci¨®n.
"Nos dirigimos al Ayuntamiento para pedirle que nos desglosara la factura. Y la respuesta fue el silencio. Durante a?o y medio", explica Manfred Freund. ?l decidi¨® pronto que si los vecinos no se movilizaban nadie lo har¨ªa por ellos, y empez¨® a mandar escritos al gobierno municipal: a la Concejal¨ªa de Hacienda, a la de Estudios y Programas, y hasta al alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n. "Sin respuesta", apunta. En octubre de 2005, la Agencia Tributaria de Madrid env¨ªa a los vecinos una notificaci¨®n de cobro advirti¨¦ndoles de que deben pagar antes de dos meses. Ellos no tienen tanto dinero, y no pueden reclamar su parte a Mapfre porque no tienen el desglose. Pero piden pr¨¦stamos, se hipotecan hasta las cejas, y pagan.
B¨¢rbara D¨ªaz-Caneja, profesora de 34 a?os, hab¨ªa comprado la casa un mes antes de la explosi¨®n y se iba a casar la semana siguiente. "Mi casa desapareci¨®", recuerda. Ella no estaba en la vivienda cuando ocurri¨®. La llam¨® un amigo y le hizo dos preguntas. La primera: "B¨¢rbara, ?tienes ya alg¨²n papel que acredite que tu casa es tuya?". "Le dije 's¨ª, s¨ª, pero ?qu¨¦ pasa?". Y ¨¦l le hizo la segunda pregunta: "?Est¨¢s sentada?".
A los seis meses pudo subir a su vivienda, ya reconstruida. "Yo hab¨ªa dejado un piso amueblado, con vigas vistas, perfecto. Y me devolvieron una casa vac¨ªa, con hierro en lugar de madera, con los techos m¨¢s bajos, una ventana tapiada...". Ella ha hecho ya dos pagos: en total, 18.000 euros que le prest¨® su familia. "No puedo arriesgarme a que encima caiga sobre m¨ª la Hacienda P¨²blica por no pagar".
No a la familia, sino a los bancos hubo de recurrir Mar¨ªa ?ngeles Gonz¨¢lez, que a sus 84 a?os tuvo que hipotecar la casa para pagar los primeros 45.000 euros. Su prima hermana, Julia Usero Zurdo, de 76 a?os, decidi¨® no pagar y poner el asunto en manos de su abogado. "El Ayuntamiento me manda cartas, pero yo tengo una pensi¨®n que no da para estas cosas", afirma.
Por fin, en diciembre de 2005 llega la factura desglosada, seg¨²n la cual Mapfre debe pagar 340.000 euros. Va acompa?ada de una ampliaci¨®n del presupuesto: el coste final son 640.000 euros, dice el Ayuntamiento, y el plazo para liquidar los 144.000 euros que quedan vence el 20 de abril de 2006. Para esa fecha los vecinos tendr¨¢n que haber reunido el dinero.
Ellos se lo cuentan a Mapfre, pero la empresa se limita a ofrecerles repetidas veces una indemnizaci¨®n de 195.000 euros, seg¨²n denuncian los propietarios. Se suceden entonces cuatro meses de angustia en los que los habitantes del 13 de Calvo Asensio se sienten entre la espada del Ayuntamiento y la pared de una aseguradora que no responde. "Si tengo que pagar otros 12.000 euros, ?qu¨¦ hago?", se pregunta Mar¨ªa ?ngeles en la sala de estar de su casa.
Un portavoz de Mapfre no quiso aclarar los extremos de este expediente; s¨®lo apunt¨® que el procedimiento "est¨¢ abierto".
In extremis, cuando est¨¢ a punto de vencer el plazo, la gerente de la Agencia Tributaria, Rosana Navarro, informada del asunto por EL PA?S, se re¨²ne con los vecinos. "Lo que ha pasado no tiene sentido. Seg¨²n nuestros datos, el Ayuntamiento no tard¨® tanto en contestarles. Pero, en cualquier caso, ellos han quedado en una situaci¨®n dura e injusta. Vamos a hacer lo que est¨¢ en nuestras manos: aplazarles el pago, al menos un a?o, mientras solucionan el problema con la aseguradora", explica.
"El desgaste emocional que ha vivido esta comunidad no tiene compensaci¨®n. Ha sido una cadena de agravios, entre la burocracia de unos y el desprecio de otros", se lamenta Erun P¨¦rez, propietaria del 1? D. A la espera de que el ¨²ltimo cap¨ªtulo de la pesadilla se resuelva, los vecinos de Calvo Asensio tratan de aumentar a¨²n sus dosis de paciencia. Llevan dos a?os peleando con la Administraci¨®n p¨²blica y la empresa privada para intentar poner punto final a aquella explosi¨®n de gas.
Las angustias de Aurora
Aurora Casta?o Bar¨®n, de 66 a?os, en silla de ruedas desde los cuatro por polio, tiene una pensi¨®n mensual de 400 euros, m¨¢s los 200 de su madre de 92 a?os, con la que vive. El d¨ªa del siniestro s¨®lo pens¨® en una cosa: qu¨¦ ser¨ªa de los inquilinos de su casa, una pareja de inmigrantes con una hija peque?a que ocupaban los 30 metros cuadrados del 4? D de Calvo Asensio 13, la buhardilla gemela a la que explot¨®.
"Primero fue angustioso pensar en si les habr¨ªa ocurrido algo, lo pas¨¦ fatal hasta que supe que estaban bien. Y luego fue angustioso pensar en que no ten¨ªan ad¨®nde ir", cuenta.
Aurora lleva pagados 8.000 euros al Ayuntamiento, y le quedan "otros 2.136". Ha tenido que pedir un pr¨¦stamo a un banco. No pierde la confianza en que todo se arregle, porque su discapacidad del 80% la convirti¨® ya desde ni?a en una persona "fuerte y luchadora". "Las primeras noches despu¨¦s de la explosi¨®n me despertaba sin saber qu¨¦ hacer, qu¨¦ pensar. Pero yo es que no quiero dar pena. Cada uno tiene sus armas, y yo no voy a rendirme".
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