Pisando en peque?ito
Alguien dijo alguna vez que la infancia es una etapa de la vida en la que hay que escalar pelda?os muy altos con huellas de pisadas muy peque?itas. Ismael, el menor de Ronda que falleci¨® hace dos domingos en un incendio cuando se encontraba s¨®lo en su casa, ten¨ªa apenas seis a?os, pero ya le hab¨ªa dado tiempo a saber que hay escalones inalcanzables y que la vida no es un juego de ni?os. Mientras otros cr¨ªos descubr¨ªan que la felicidad se puede alcanzar llevando una simple rana en el bolsillo, este ni?o se daba de bruces con la gran mentira de la sociedad de la opulencia a la que su madre inmigrante le hab¨ªa tra¨ªdo: mam¨¢ s¨®lo pod¨ªa estar con ¨¦l si ella ten¨ªa un trabajo que le garantizara medios econ¨®micos para mantenerlo, pero Ismael no pod¨ªa estar con ella y se quedaba s¨®lo porque su madre ten¨ªa que ir a trabajar para poder seguir con ¨¦l.
No tengo demasiados datos sobre la historia de Ismael y de su madre, pero no estoy dispuesto a aceptar que una madre pobre tiene que ser por naturaleza una mala madre. En todo caso si lo fuera, la responsabilidad de las administraciones ser¨ªa a¨²n m¨¢s grave, ya que fueron alertadas con premeditaci¨®n y sin alevos¨ªa. He escuchado las explicaciones ofrecidas por el ayuntamiento de Ronda, por Asuntos Sociales de la Junta y por la Fiscal¨ªa del Menor y la conclusi¨®n es evidente: hicieron muchas cosas para no cambiar absolutamente nada. A no ser que se asuma como inevitable que un ni?o de seis a?os puede pasar en solitario interminables horas y que el riesgo asumido con ello no puede acabar en tragedia, esto es un drama anunciado que se pod¨ªa haber evitado. Ismael lleg¨® a Ronda con su madre cuando apenas ten¨ªa cuatro meses de edad. Nada m¨¢s llegar, una entidad religiosa advirti¨® a la Junta sobre la situaci¨®n de esta familia monoparental, que se encontraba sin recursos econ¨®micos y sin trabajo. A partir de entonces intervinieron todas las administraciones posibles. Y en varias ocasiones, durante seis a?os.
Dicen que lo hicieron con celeridad, en cuanto conocieron los hechos. Pero lamentablemente no sirvi¨® de mucho. Por eso, hay tantos otros ejemplos como Ismael. El sistema de protecci¨®n se pone en marcha, pero es evidente que falla. Y eso ocurre demasiadas veces. Los servicios sociales est¨¢n destinados a las personas sin recursos pero penaliza a los pobres, que son los que no tienen recursos. Seguramente Ismael no hubiera muerto si a su madre le quitan la custodia de su hijo. Hubiera sido la soluci¨®n m¨¢s f¨¢cil. Pero hab¨ªa otras, algunas al parecer tan dif¨ªciles como ¨¦sta: Ismael u otro Ismael cualquiera quiz¨¢s estar¨ªa vivo si su madre hubiera dispuesto de una guarder¨ªa p¨²blica donde llevar a su hijo cuando ella no pod¨ªa estar en casa; o si hubiera recibido ayuda; o si los servicios sociales no tuvieran horario de oficina y cerraran los fines de semana, que era cuando ella tambi¨¦n trabajaba. Pero eso resulta demasiado complicado. A veces el sistema enmascara sus carencias deteniendo a los padres y acus¨¢ndoles de abandono de un menor, en vez de ayudarles a cuidarlo. Otras veces a la administraci¨®n estos casos la pillan de sorpresa. Mirando para otro lado.
Es evidente que faltan recursos, pero igual los recursos que cada uno tiene por separado son m¨¢s recursos si los unen y los racionalizan. En vez de cuatro administraciones distintas con distintas pol¨ªticas sociales -Estado, Comunidad Aut¨®noma, Diputaci¨®n y Ayuntamiento-, es evidente que ser¨ªa m¨¢s razonable una respuesta ¨²nica para cualquier situaci¨®n de riesgo. Es dif¨ªcil entender, con el est¨®mago lleno, que unos padres dejen s¨®lo en casa a su hijo de seis a?os. Pero asumimos con normalidad que en Asia o ?frica haya ni?os que desde los cuatro a?os vuelven solos a sus casas despu¨¦s de trabajar, hartos de colocar cordones a zapatillas de deportes que luego compramos los occidentales. Esta sociedad deber¨ªa preocuparse de tantas personas que se ven obligadas a pasar de puntillas por este mundo. Y especialmente de que los ni?os, a pesar de que transitan con pisadas peque?itas, no desaparezcan de la tierra sin apenas dejar huella.
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