"Mosc¨² confunde los intereses del pa¨ªs con los de Gazprom"
La UE y Rusia deben reanudar su di¨¢logo energ¨¦tico "sobre una base m¨¢s racional", tras la "diplomacia de meg¨¢fono" que ambas han ejercido desde que Rusia cortara el suministro de gas a Ucrania en enero y, en un d¨ªa, dilapidara su fama de suministrador fiable de energ¨ªa. As¨ª ve uno de los temas clave en las relaciones entre Mosc¨² y Bruselas el jefe de la delegaci¨®n de la Comisi¨®n Europea en la capital rusa, Marc Franco, en v¨ªsperas de la cumbre que celebrar¨¢n el d¨ªa 25 en Sochi, en el mar Negro. La energ¨ªa tendr¨¢ un lugar destacado en el evento, en el cual los representantes de la UE volver¨¢n a defender que Rusia, por su propio inter¨¦s, ratifique la Carta Energ¨¦tica y firme el Protocolo de Tr¨¢nsito.
"La econom¨ªa rusa en conjunto se beneficiar¨ªa de la apertura en el mercado del gas"
"Al no ratificar la Carta Energ¨¦tica, Rusia se castiga a s¨ª misma"
El lenguaje jactancioso de Rusia hacia la UE no expresa fortaleza, sino "temor", opina Franco. Seg¨²n ¨¦l, los rusos se asustaron de la reacci¨®n occidental ante la crisis de Ucrania, ya que sus exportaciones de gas dependen al 100% del mercado europeo. La firma rusa Gazprom, la mayor productora de gas del mundo, est¨¢ obligada a entenderse con sus socios europeos "durante 10 a?os m¨¢s por lo menos", se?ala. Para construir un gasoducto de la pen¨ªnsula de Yamal (en Siberia Occidental) a China, por ejemplo, hay que atravesar monta?as, y para desarrollar el mercado de gas licuado se necesita tambi¨¦n tiempo. Hoy por hoy, "la UE puede diversificar sus fuentes de energ¨ªa con m¨¢s facilidad que Rusia, sus clientes", afirma.
Rusia no tiene ninguna planta de gas licuado e inaugurar¨¢ la primera en 2007 en la isla de Sajal¨ªn, en el Pac¨ªfico, una zona demasiado alejada de la UE. En su parte europea, Rusia tendr¨¢ una planta de licuefacci¨®n cuando comience a explotarse el yacimiento de Shtokman, en el mar de Barens, que contiene las mayores reservas de gas del planeta. Por sus dificultades t¨¦cnicas y f¨ªsicas, este proyecto no tiene precedentes y Gazprom, controlado por el Estado ruso, no lo ha adjudicado a¨²n a ninguno de los concursantes occidentales.
"Los dirigentes rusos confunden el inter¨¦s de su pa¨ªs con los intereses de Gazprom", opina Franco. Gazprom ejerce como monopolista de la red de gasoductos que hoy son casi la ¨²nica v¨ªa de exportaci¨®n del gas ruso. "La ratificaci¨®n de la Carta Energ¨¦tica y la negociaci¨®n del Protocolo de Tr¨¢nsito van en inter¨¦s de Rusia, porque crear¨ªan m¨¢s competici¨®n en su mercado interno, al margen de que haya o no compa?¨ªas europeas en ¨¦l", se?ala Franco. Rusia ha firmado, pero no ratificado la Carta, de principios de los noventa, que regula las relaciones entre productores y consumidores de energ¨ªa. El protocolo regula el acceso a las redes de transporte.
Vetados de la exportaci¨®n, los otros productores de gas rusos operan a escala regional o venden a Gazprom a precio de mercado interior, inferior al internacional. Si la exportaci¨®n se liberalizara, "la econom¨ªa rusa en su conjunto se beneficiar¨ªa de la apertura del mercado, porque las compa?¨ªas tendr¨ªan est¨ªmulo para producir, invertir y diversificar", dice Franco.
"Al no ratificar la Carta y no negociar el protocolo, Rusia se castiga a s¨ª misma", opina el representante de la Comisi¨®n. Los dirigentes rusos rechazan ambos documentos, pero medios cercanos al Kremlin insin¨²an que ¨¦ste podr¨ªa mostrarse m¨¢s flexible. En abril, el vicepresidente de Gazprom, Alexandr Medv¨¦dev, dijo que el protocolo deber¨ªa tener m¨¢s en cuenta los derechos de los productores e incrementar la responsabilidad de los pa¨ªses de tr¨¢nsito.
El mercado del gas exige enormes inversiones en infraestructura y largos plazos de amortizaci¨®n. Entre 2003 y 2020, el sector energ¨¦tico ruso requiere 735.000 millones de d¨®lares (572.876 millones de euros) de inversi¨®n, hasta el 25% de origen internacional, seg¨²n la Comisi¨®n. Es l¨®gico que Rusia quiera garantizar sus contratos.
A los dirigentes rusos les cuesta entender que la legislaci¨®n antimonopolista europea no va dirigida contra ellos, sino que afecta a toda la UE. "Nadie intenta impedir que Gazprom opere en la UE, pero no puede atentar contra los puntos del Tratado de Roma que establecen las reglas de la competencia", se?al¨® Franco, seg¨²n el cual, el consorcio ruso trata de "crear divisiones" en el mercado europeo.
Gazprom negocia operaciones individuales, en ocasiones mod¨¦licas, como la que contempla el intercambio de participaciones industriales con la alemana BASF. Pero una cosa son los tratos aislados y otra una pol¨ªtica generalizada de compras. Si las transacciones con socios europeos se generalizaran y "si la UE comenzara a negociar con los rusos un acuerdo marco en el terreno de la energ¨ªa, la Comisi¨®n inevitablemente pondr¨ªa sobre la mesa las condiciones de la Carta, como la transparencia de mercado, la liberalizaci¨®n, el acceso de otros a los sistemas de transporte y la desmonopolizaci¨®n", puntualiza Franco. Se tratar¨ªa de "pedir a Rusia que se comprometiera a algunas reformas en el mercado interno del gas".
"Para Rusia ser¨ªa bueno que la Comisi¨®n forjara un trato equilibrado que integrara un cierto grado de reforma del mercado del gas, lo que obligar¨ªa a Gazprom a ser m¨¢s eficiente, incrementar¨ªa la inversi¨®n y beneficiar¨ªa a la econom¨ªa rusa y a los consumidores", se?ala Franco.
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