Los parecidos se atraen
La teor¨ªa cl¨¢sica indica que el chimpanc¨¦ y el ser humano iniciaron hace cerca de 7 millones de a?os sus caminos evolutivos diferentes. Pero, seg¨²n los ¨²ltimos descubrimientos, esos recorridos son complejos, y con alg¨²n momento de encuentro no programado, cuando todav¨ªa las diferencias eran tan pocas que permitieron la hibridaci¨®n.
De los grandes monos, el chimpanc¨¦ es el m¨¢s cercano gen¨¦ticamente al hombre. Ello puede explicar algunos rasgos comunes. Los chimpanc¨¦s tienen personalidades que les identifican. Los hay agresivos y t¨ªmidos, mandones y pelotas. Tambi¨¦n tienen una capacidad para comunicarse oralmente. Usan palabras que les sirven para diferenciar si el peligro que se les acerca lo hace a ras de suelo o por el aire.
Los chimpanc¨¦s aprenden a cascar nueces y otras semillas con piedras y palos que les sirven de martillos y yunques. Se ha comprobado que, cuando viajan, los llevan con ellos. Las cr¨ªas tardan a?os en aprender a usarlas, y su manejo cambia de una tribu a otra. Entre los bonobos, una especie de chimpanc¨¦ m¨¢s peque?o, las relaciones sexuales sirven para calmar los conflictos.
Cuando est¨¢n en cautividad, algunos de estos animales han aprendido a usar un rudimentario lenguaje de signos parecido al de los sordomudos. Incluso son capaces de juntar significados (peine y pincho) para nombrar objetos nuevos (cepillo).
La base del parecido entre humanos y simios est¨¢ en los genes. Pero ah¨ª est¨¢ tambi¨¦n su diferencia. No basta con tener iguales un 99% de las bases (las letras qu¨ªmicas que forman las instrucciones para todos los procesos de la vida). La diferencia est¨¢ en las frases. El genoma funciona mediante un sistema de repeticiones y delecciones de combinaciones de letras, que son las que marcan la diferencia. Si se mide esto, los chimpanc¨¦s nos quedan un poco m¨¢s lejos. Ahora, un 4% nos separa.
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