Nivel fant¨¢stico

Con la precisi¨®n de un reloj suizo, Luz Casal volvi¨® a generar una de esas noches de m¨²sica en las distancias cortas, esta vez en el escenario de un teatro, un marco id¨®neo para su forma de abordar la m¨²sica. La cantante estuvo radiante en cuanto a voz, simp¨¢tica en su modo de estar sobre las tablas y suelt¨ªsima en sus movimientos sobre el escenario, con baile de cabellera incluido.

El concierto estuvo planteado en un crescendo que comenzaba en plano ac¨²stico y finalizaba con los instrumentos el¨¦ctricos a toda corriente e, incluso, una versi¨®n de Triana: Tu frialdad. Tal vez en la primera parte los t¨¦cnicos hubieran podido confiar m¨¢s en las posibilidades ac¨²sticas de un teatro como es el Espa?ol, ofreciendo un sonido quiz¨¢ m¨¢s natural, m¨¢s de madera. Pero es de ley reconocer que esto en nada perjudic¨® la ¨ªntima relaci¨®n entre la cantante y sus temas, genuina raz¨®n del ¨¦xito de esta gallega a la que la madurez le sienta divinamente.

Exquisita en sus interpretaciones de Entre mis recuerdos, No me importa nada o la solemne Negra sombra, en el segundo tramo de la actuaci¨®n se solt¨® la melena e hizo levantarse al p¨²blico que abarrotaba el teatro para bailar Plantado en mi cabeza, Rufino, Pedazo de cielo o Loca.

Con actuaciones como la presenciada, en la que parece que Luz lo hace todo con una facilidad encomiable, queda claro que la cantante no tiene ya nada m¨¢s que demostrar a estas alturas. Su nivel, desde luego, sigue siendo fant¨¢stico; uno de los m¨¢s altos en nuestro pa¨ªs.