Grass afirma que los escritores est¨¢n obligados "a contar los muertos"
El Nobel abre en Berl¨ªn el 72? Congreso del PEN Internacional, que re¨²ne a 450 autores
"Los escritores estamos obligados a contar los muertos y a sacarlos uno a uno de las masas de personas enterradas que no tienen nombre", afirm¨® ayer G¨¹nter Grass en la apertura del 72? Congreso del PEN Internacional en Berl¨ªn. El encuentro re¨²ne en la ciudad a 450 autores de todo el mundo hasta el pr¨®ximo domingo. En su discurso, Grass hizo un estremecedor recorrido por un mundo que no ha conocido otra cosa que la guerra, el hambre, la opresi¨®n, la censura, el exilio..., se detuvo en la Guerra Civil espa?ola, cit¨® a Harold Pinter y fue muy cr¨ªtico con Bush y Blair.
?Pueden contribuir los escritores a la paz mundial? ?Los pol¨ªticos toman en cuenta las observaciones y los comentarios de poetas, ensayistas y novelistas? En un mundo que no encuentra la paz, estas preguntas preocupan a creadores de todos los continentes. Unos 450 miembros de la organizaci¨®n de escritores PEN Internacional se re¨²nen desde ayer y hasta el pr¨®ximo domingo en Berl¨ªn para analizar la situaci¨®n actual de la libertad de expresi¨®n.
El 72? congreso del PEN fue inaugurado ayer bajo el t¨ªtulo La literatura en un mundo sin paz por el presidente de Alemania, Horst K?hler; el presidente del centro alem¨¢n del PEN, Johano Strasser, y el premio Nobel de Literatura G¨¹nter Grass.
El autor de El tambor de hojalata y A paso de cangrejo, uno de los autores alemanes m¨¢s comprometidos con la cultura, la pol¨ªtica y los derechos humanos, manifest¨® durante su discurso que la paz jam¨¢s existi¨® y se?al¨® que los escritores son veh¨ªculos que transportan las im¨¢genes e historias de las guerras, porque sus letras mantienen viva la memoria de las atrocidades humanas. "Nosotros, los escritores, despedazamos cad¨¢veres, vivimos de cosas halladas y tambi¨¦n de los residuos oxidados de la guerra. Buscamos campos de batalla que fueron construidos hace tiempo y monta?as de escombros, y encontramos el bot¨®n de un uniforme de soldado olvidado, la milagrosamente sana mu?eca de pl¨¢stico. Restos como ¨¦stos nos hablan del soldado hecho pedazos y de la ni?a enterrada", dijo Grass.
Destac¨® el escritor que la guerra no significa exclusivamente lucha armada. "Tambi¨¦n el hambre es guerra", se?al¨® citando las palabras que pronunciara Willy Brandt ante Naciones Unidas durante la guerra fr¨ªa tres d¨¦cadas atr¨¢s. Ello significa, seg¨²n Grass, que "no necesita hacer una guerra com¨²n quien controla el mercado de los alimentos b¨¢sicos y decide sobre las deficiencias y la abundancia, porque ¨¦ste fija los precios".
Grass denunci¨® la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos. "Estamos a merced de una sola potencia, que encontr¨® al nuevo enemigo que buscaba", dijo el premio Nobel en referencia al terrorismo en Oriente Pr¨®ximo, pero cont¨® c¨®mo ella misma lo aliment¨® mediante personas como Bin Laden. El escritor denunci¨® la ayuda estadounidense durante d¨¦cadas a gobiernos militares de pa¨ªses como Indonesia, Grecia, Uruguay, Brasil, Paraguay, Hait¨ª, Turqu¨ªa, Filipinas, Guatemala, El Salvador, Chile... Cit¨® un p¨¢rrafo del discurso que Harold Pinter pronunci¨® cuando recibi¨® el Nobel de Literatura el pasado diciembre y que desat¨® una ola de protesta en la prensa alemana. Pinter defini¨® entonces la ignorancia de la gente ante las intervenciones estadounidenses en todo el mundo como consecuencia de "un acto hipn¨®tico extremadamente exitoso" de EE UU. Se uni¨® Grass a esta cr¨ªtica al decir que "nadie cuenta los cad¨¢veres que quedan despu¨¦s de un ataque de bombas o misiles" de EE UU. La tarea de los escritores es as¨ª el servir de mediadores entre los pol¨ªticos y la sociedad. Por tanto, argument¨® Grass, "los escritores estamos obligados, debido a nuestro talento, a contar los muertos y a sacar a cada muerto de las masas de personas enterradas que no tienen nombre, sean ¨¦stos amigos o enemigos, mujeres o ni?os". Concluy¨® el autor que George Bush y Tony Blair llevan "la hipocres¨ªa pintada en la cara", y dijo: "Cuando sus mentiras necesitan m¨¢s fuerza argumental se aprovechan de Dios".
Record¨® Grass tambi¨¦n sus reflexiones sobre la guerra civil espa?ola que present¨® en otro congreso del PEN hace 20 a?os, en Hamburgo. Resalt¨® entonces la importancia que tienen los testimonios literarios de Neruda, Hemingway, Orwell, Malraux... Desat¨® con ello un debate, porque los escritores nombrados ten¨ªan como intenci¨®n "pagar cualquier precio con tal de decir la verdad".
El escritor alem¨¢n -de quien se acaba de publicar en Espa?a L¨ªrico bot¨ªn: poemas y dibujos de cincuenta a?os (Bartleby), con traducci¨®n de Miguel S¨¢enz- advirti¨® al final de su discurso que tras cada guerra se suele proclamar: "?Nunca m¨¢s!", pero, a?adi¨® que a la guerra "nunca se le acab¨® el aire".
El presidente del PEN, el checo Jiri Gruša, destac¨® el lunes que m¨¢s de 1.000 autores sufren opresi¨®n de sus gobiernos. Muchos est¨¢n en la c¨¢rcel y 200 cumplen condenas de m¨¢s de 20 a?os. Nombr¨® el presidente del PEN a Cuba, Ir¨¢n y Turqu¨ªa como pa¨ªses que quieren callar a sus escritores y subray¨® que "los motivos no son pol¨ªticos, porque escriben literatura hermosa. Es porque escriben dentro de otro sistema que el proclamado por sus reg¨ªmenes est¨²pidos".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.