La carrera cient¨ªfica est¨¢ en crisis, seg¨²n la OCDE
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Nunca hubo en los pa¨ªses desarrollados tanto personal volcado en la ciencia y la tecnolog¨ªa como hoy en d¨ªa. En el a?o 2002, 8,3 de cada mil trabajadores estaban dedicados a la investigaci¨®n, cuando este promedio no pasaba en 1990 de 5,9. Sin embargo, a pesar de esta progresi¨®n, la OCDE alerta: la carrera cient¨ªfica resulta muy poco atractiva. Y es que no se trata tanto de una cuesti¨®n de n¨²meros como de la forma de aprovechar mejor todo este talento. As¨ª lo asegur¨® el director de Ciencia, Tecnolog¨ªa e Industria de la OCDE, el japon¨¦s Nobuo Tanaka, recientemente en Madrid en un seminario organizado por este organismo y el Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia espa?ol. "La forma de atraer a los j¨®venes es cada vez m¨¢s importante y vemos con preocupaci¨®n lo poco atractivas que parecen hoy las carreras cient¨ªficas", se?al¨® Tanaka, quien destac¨® tambi¨¦n la escasez de mujeres en este campo.
La obenci¨®n de la licenciatura, el doctorado, unos a?os de postdoctorado (postdoc) en trabajos m¨¢s o menos temporales y, finalmente, una plaza fija en la universidad ha sido, con diferentes variantes, condiciones laborales y plazos m¨¢s o menos largos, el recorrido tradicional de la carrera cient¨ªfica en los pa¨ªses de la OCDE. Ahora bien, como puso de manifiesto la mayor parte de los expertos en el seminario Carreras Investigadoras para el siglo XXI, esta v¨ªa se encuentra en crisis, pues ha derivado por lo general en una excesiva temporalidad y, en algunas partes, incluso, una grave precariedad. "El modelo de carrera cient¨ªfica lineal ha muerto, hay que dar paso a nuevos sistemas m¨¢s abiertos, con un pie en la universidad y otro en la industria, y con m¨¢s movilidad", subray¨® Mario Cervantes, de la divisi¨®n de Pol¨ªticas Cient¨ªficas y Tecnol¨®gicas de la OCDE.
Esta tendencia resulta especialmente relevante en Estados Unidos, que hasta ahora se hab¨ªa guiado por el sistema de tenure track: un joven cient¨ªfico consigue su contrato fijo en la universidad despu¨¦s de aproximadamente cinco a?os con continuas evaluaciones de su trabajo de investigaci¨®n. De este modo, se intenta estimular al investigador en su ¨¦poca m¨¢s creativa antes de que acceda a un puesto permanente. Sin embargo, como expuso Peter Henderson, del Consejo Nacional de Investigaci¨®n, organismo dependiente de las Academias Nacionales de EE UU, lo cierto es que hoy en d¨ªa los centros universitarios de este pa¨ªs dan cada vez menos plazas permanentes para investigar y prefieren los postdoc.
Este experto habl¨® de una "explosi¨®n de la ciencias biom¨¦dicas" en EE UU como consecuencia de los avances en biolog¨ªa molecular y el descifrado del genoma humano, y constat¨® justamente un especial aumento de los postdoc en este ¨¢rea cient¨ªfica. "Hay que dar m¨¢s oportunidades a los j¨®venes, que son los m¨¢s creativos", recalc¨® Henderson, "pero ¨¦stos deben recibir un reconocimiento y unas prestaciones laborales apropiadas, y su trabajo como postdoc no debe superar los cinco a?os". De hecho, el estadounidense llam¨® la atenci¨®n sobre un dato: la edad media a la que los cient¨ªficos del pa¨ªs obtienen su primer proyecto como investigadores principales es ahora de 42 a?os. Si antes de 1980, el 50% de los investigadores principales era menor de 40 a?os, en la actualidad ¨¦stos representan s¨®lo un 17%.
El debate en los pa¨ªses de la OCDE est¨¢, por lo tanto, entre ofrecer una mayor estabilidad y seguridad a los cient¨ªficos u optar por una mayor flexibilidad. Ulrich Techler, director del Centro de Investigaci¨®n sobre Ense?anza Superior y Trabajo de la Universidad de Kassel (Alemania), se?al¨®: "Se deben buscar posiciones intermedias entre estos dos polos, pues sin algo de seguridad investigar no puede ser atractivo y tampoco son buenas las plazas de por vida, no tiene que ser todo o nada". En el caso de Alemania, Techler indic¨® que s¨®lo un 11% de los doctores se convierten en profesores fijos, aunque los contratos temporales pueden llegar a ser muy ventajosos y muchos investigadores se decantan por el sector privado o los grandes centros de investigaci¨®n en lugar de las universidades. "Esta es una de las grandes diferencias con Espa?a, la investigaci¨®n en el sector industrial", incidi¨® el alem¨¢n.
Lo cierto es que son sustanciales las diferencias entre el personal dedicado a la ciencia y la tecnolog¨ªa entre los distintos pa¨ªses desarrollados. De acuerdo con un estudio de la OCDE basado en encuestas, Europa produce m¨¢s talento y un mayor suministro de futuros profesores, pues sus universidades son las que generan proporcionalmente m¨¢s doctores en ciencias e ingenier¨ªas. No obstante, Estados Unidos aprovecha mejor ese talento, dado que all¨ª trabaja un mayor n¨²mero de postdoc, siendo m¨¢s de la mitad extranjeros, en especial asi¨¢ticos.
En lo que respecta a las condiciones laborales, los estudiantes de doctorado est¨¢n considerados trabajadores en pa¨ªses como Dinamarca, Finlandia, Noruega o Hungr¨ªa. En Austria, B¨¦lgica, Alemania, Jap¨®n o Espa?a, pueden o no serlo en funci¨®n de la fuente de financiaci¨®n y el tipo de contrato. Y en otros como Australia, Italia o Reino Unido no lo son, aunque suelen tener acceso a prestaciones sociales. El estatus y las ventajas sociales mejoran de forma evidente en el caso de los postdoc. El estudio de la OCDE subraya que Espa?a y Reino Unido son los pa¨ªses en los que las diferencias en este ¨¢mbito entre los estudiantes de doctorado y los postdoc resultan m¨¢s "sorprendentes".
Por otro lado, si bien las mujeres obtienen m¨¢s del 50% de las titulaciones universitarias en la mayor¨ªa de los pa¨ªses, este porcentaje desciende al 30% en las disciplinas cient¨ªficas y tecnol¨®gicas. Para Laura Cruz-Castro (CSIC), quien abord¨® la situaci¨®n espa?ola, uno de los indicadores m¨¢s llamativos de la carrera cient¨ªfica es la escasa movilidad: "Uno de cada dos profesores espa?oles se licenci¨®, se doctor¨® y obtuvo su plaza fija en la misma universidad". Adem¨¢s, esta experta llama la atenci¨®n sobre otro promedio: "En EE UU ocho de cada 10 investigadores trabajan en empresas, la media de Europa es de cinco de cada 10 y Espa?a est¨¢ en tres de cada 10".

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