Por Chicho

Siempre canta con el coraz¨®n abierto de par en par, pero esta vez el gran trovador de El Bierzo se dej¨® el alma. Tocaba rendir homenaje a Chicho S¨¢nchez Ferlosio, cantante, amigo, poeta, artista inclasificable: un hombre al que el amor, el humor y la ternura le brotaba siempre a borbotones. Y Amancio le brind¨® un tributo desde la emoci¨®n y la complicidad, repasando su cancionero poli¨¦drico y brindando algunas an¨¦cdotas memorables, descacharrantes, de sus aventuras compartidas.

Hab¨ªa muchos Chichos dentro de la figura, seguramente irrepetible, de este S¨¢nchez Ferlosio. Estaba, claro, ese Chicho socarr¨®n y sandunguero, a menudo emparentado con Krahe, que tan pronto despellejaba a la autoridad competente como enaltec¨ªa la vagancia en Hoy no me levanto yo. Estaba el p¨ªcaro y mordaz (Canci¨®n ad¨²ltera) o el t¨ªmido que confiesa ese amor imposible (y casi universal) con la temperamental vecina del piso de al lado. Estaba el hombre concienciado, capaz de escribir versos acongojantes contra la pena de muerte ("Que vean matar a un bicho / que lo tienen ya sujeto"). Y estaba, desde luego, el Chicho enamorado (T¨² cuya mano) y el vibrante, como en ese El mundo que yo no viva que Amancio, con los ojos empa?ados, cant¨® a d¨²o sobre unas im¨¢genes datadas en 1998.

Este tributo tiene tambi¨¦n forma de disco, El cantar tiene sentido, pero Prada ya se encarg¨® de anotar, burl¨®n, que ser¨¢ poco probable escucharlo por la radio. As¨ª son, a veces, las cosas: re¨ªmos las gracias m¨¢s tontas y luego terminamos despilfarrando nuestros mejores filones de poes¨ªa e ingenio.