Imparable Wade
Los Pistons, favoritos en el Este, no encuentran c¨®mo frenar a la joya de Miami
Hace apenas unas semanas, los hinchas de verdad de los Miami Heat, los de mentira (que en el sur de Florida son muchos m¨¢s) y el periodismo especializado, se lam¨ªan los dedos ante la posibilidad de ver a Pat Riley fracasar una vez m¨¢s como entrenador de los Heat. Su equipo hab¨ªa sufrido para eliminar a unos jovenc¨ªsimos Chicago Bulls en una serie que parec¨ªa entre promesas y veteranos. Pero los Heat vencieron, luego arrasaron a los New Jersey Nets en la segunda ronda y en la final de conferencia lo tienen todo a favor para alcanzar una final que nunca han visitado. Los Heat vencieron ayer 98 a 83 unos frustrados Detroit Pistons, que parecen mortales por primera vez en mucho tiempo, para colocarse con ventaja de 2 a 1 en la eliminatoria, en la final del Este.
El poco querido Pat Riley hab¨ªa dado a sus hinchas razones para querer ver su fracaso. Durante la pretemporada descompuso el equipo de arriba abajo, forz¨® la renuncia de su entrenador, Stan Van Gundy, que tras ver la edad de sus refuerzos prefiri¨® irse a la playa, y tom¨® las riendas del equipo en una sustituci¨®n anunciada desde el verano. Con los veteranos Antoine Walker y Gary Payton causando problemas todo el a?o en la pista y en el vestuario, han tenido que llegar los playoffs para que se conviertan en piezas importantes de los Heat y ver la influencia de Pat Riley en el quipo, especialmente en el aspecto defensivo.
Sin embargo, todos ellos son personajes secundarios en una historia donde todo el protagonismo ha reca¨ªdo en Dwyane Wade, uno de los cuatro mejores jugadores de la Liga, y Shaquille O'Neal, que a sus 34 a?os sigue siendo el hombre alto con m¨¢s impacto.
Wade se ha convertido en un cap¨ªtulo aparte. Debe ser su aspecto mortal, ese lado humano el que ha llevado a su camiseta a convertirse en la m¨¢s vendida de la Liga, por encima incluso a la del genio de los Cavaliers, LeBron James. Mientras LeBron es la perfecci¨®n convertida en baloncesto, una mezcla entre Jordan y Magic que podr¨ªa ser el mejor realizando ¨²nicamente entradas a canasta, Wade, con todo su dinamismo, no tiene la pinta de s¨²per h¨¦roe de LeBron. Wade se cae, se levanta con un gesto de dolor que contagia y vuelve a hacer m¨¢s de lo mismo. Su versatilidad y energ¨ªa no tienen comparaci¨®n en la Liga y ello lo acusan los Pistons, que juegan de memoria y que gozan de mucho m¨²sculo y mucho tiro exterior. Lo que no tienen es una respuesta para frenar a Wade (que promedia en las finales 24,3 puntos, 6,2 asistencias y cinco rebotes).
Shaq, a quien los ¨¢rbitros no le pasan una bajo el tablero y que a cambio esta obligado a sufrir una llave de jujitsu para visitar la l¨ªnea de personal, vuelve a recordar al mejor O'Neal de los Lakers. Agarrones, ahorcamientos, patadas..., Shaq lo ha visto todo en el poste bajo. Sus peleas con los defensores rivales m¨¢s que mano a mano son codo a mand¨ªbula. Y O'Neal que ha perdido velocidad, que no puede doblar las rodillas, ha aguantado todo el abuso con una nobleza pasmosa. En el tercer partido de la serie ante Detroit, anot¨® el 75% de sus tiros de campo y domin¨® a placer al mejor defensa de la Liga, Ben Wallace. Cuando Shaq y Wade estan calientes, son malas noticias para cualquier equipo, incluidos los peligrosos Pistons.
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