'Ejercicios empresariales' en Sitges
O¨ª el comentario de boca del ex canciller alem¨¢n Helmut Schmidt. Ante el hecho realmente ins¨®lito de que 450 empresarios, altos directivos y profesionales relacionados con el mundo de la econom¨ªa y la empresa permanecieran nueve horas seguidas sentados (con breves interrupciones para tomar caf¨¦) escuchando atenta y disciplinadamente las intervenciones de diversos ponentes, el canciller coment¨®: "Me sorprende lo que veo, esta disciplina es imposible en Alemania".
El hecho se produjo el fin de semana pasado en Sitges, en lo que podr¨ªamos llamar la jornada de ejercicios empresariales que anualmente organiza el C¨ªrculo de Econom¨ªa. El tema monogr¨¢fico era el papel de Europa en el mundo que emerge en los inicios del siglo XXI. El canciller fue uno de los m¨¢s de docena y media de expertos, pol¨ªticos y empresarios convocados para analizar el papel de Europa en la econom¨ªa y la pol¨ªtica internacional, as¨ª como las estrategias de las grandes empresas espa?olas frente a la globalizaci¨®n.
Aun cuando los organizadores no lo hab¨ªan previsto en el programa inicial, en el desarrollo de las jornadas se col¨® un invitado imprevisto: el Estatuto.
De lo visto y o¨ªdo en este foro econ¨®mico y empresarial se puede sacar una primera conclusi¨®n. Las intervenciones y los debates sobre econom¨ªa y pol¨ªtica internacional fueron seguidos con inter¨¦s y premiados con largos y calurosos aplausos. Por el contrario, las intervenciones sobre el Estatuto fueron escuchadas, en el mejor de los casos, con educada resignaci¨®n y despedidas con aplausos de cortes¨ªa. Aunque quiz¨¢ el motivo de esto ¨²ltimo haya sido que, como ocurre en el refectorio de conventos, seminarios y lugares donde se hacen ejercicios espirituales, sobre el Estatuto se habl¨® durante las cenas, desayunos y comidas, y quiz¨¢ el tema estatutario no sea un ingrediente que facilite la digesti¨®n.
Una posible interpretaci¨®n del diferente grado de inter¨¦s y receptividad del mundo econ¨®mico catal¨¢n es que todos estamos deseando saber qu¨¦ est¨¢ pasando en el mundo, c¨®mo nos van afectar los cambios que est¨¢n teniendo lugar en la econom¨ªa y en la pol¨ªtica, as¨ª como conocer la capacidad de nuestras empresas para tomar posiciones en los nuevos mercados globalizados. Por el contrario, estamos un poco hastiados de contemplarnos nuestro ombligo estatutario.
Quiz¨¢ por eso, porque lo que realmente interesa es ver c¨®mo est¨¢ nuestra capacidad de afrontar retos, algunas de las estrellas del retiro empresarial de Sitges fueron Pep Oliu, presidente del Banc Sabadell, que se pase¨® por pasillos y salas mostrando orgulloso su reciente pieza adquirida del Banco Urquijo, e Isidro Fain¨¦ y Salvador Alemany, presidente y consejero delegado de Abertis, recientemente fusionada con la italiana Autoestrade para crear el mayor operador de autopistas de peaje.
En resumen, los catalanes necesitamos ¨¦xitos empresariales bien gestionados para fortalecer nuestra autoestima.
Una segunda conclusi¨®n es que los mercados emergentes para nuestras operaciones societarias no est¨¢n ya en Am¨¦rica Latina, sino en los pa¨ªses desarrollados de Europa y de Estados Unidos. ?sa es al menos una lectura posible de la operaci¨®n de Abertis.
La tercera se puede extraer de lo manifestado por Joan Roig, presidente de Mercadona -una formula singular y exitosa de distribuci¨®n comercial que integra en su cadena a sus proveedores-, y por Pablo Isla, vicepresidente y consejero delegado de Inditex (Zara). Se podr¨ªa resumir de esta manera: producir lo puede hacer cualquiera y en cualquier parte del mundo; lo importante es tener marca y red de distribuci¨®n propia.
Por ¨²ltimo, el pa¨ªs estrella de la jornada fue China. Todos estuvieron de acuerdo. La reaparici¨®n de China en la escena internacional, despu¨¦s de varios siglos dormida, y, en menor medida, de la India, har¨¢ que la econom¨ªa y la pol¨ªtica del siglo XXI no tenga nada que ver con el mundo que hasta ahora hemos conocido.
Bueno, ?y qu¨¦ decir de lo o¨ªdo sobre el Estatuto? Da la sensaci¨®n de que todo el mundo presente en Sitges est¨¢ esperando que llegue lo antes posible el 19-J, el d¨ªa siguiente.
Por lo o¨ªdo durante las cenas, los almuerzos y las comidas, lo que se propuso en el refectorio fue alguna de estas tres cosas: Pasqual Maragall y Antoni Castells, un suma y sigue; Mariano Rajoy, un borr¨®n y cuenta nueva, y Artur Mas, un punto seguido.
Lo de Rajoy es una pena. Se ha apuntado al no en todo y la irritaci¨®n con la que habla hace perder fuerza a sus argumentos. El centro de su discurso fue que el Gobierno no tiene objetivos y que por eso a ¨¦l le es dif¨ªcil pactar cualquier cosa. Algo de raz¨®n tiene. Zapatero se parece a esos j¨®venes que conducen de maravilla, pero que no saben muy bien ad¨®nde van. La tiene tambi¨¦n cuando critica algunos aspectos del Estatuto y del Pacto del Tinell. Pero no se puede afirmar, como hizo, que el no es el voto de la libertad y el s¨ª el de la sumisi¨®n sin ofender a muchos de los presentes, posiblemente tambi¨¦n a alguno de los suyos.
A Artur Mas se le ve plet¨®rico y ganador. Habla convencido y sin prejuicios. Argumenta bien las ventajas del s¨ª y el rechazo al no. Si la cosa del refer¨¦ndum sale bien, lo capitalizar¨¢. Si sale mal, podr¨¢ decir que el hizo todo lo que pudo, pero que lo que mal comienza mal acaba. Es decir, tiene cartas en todas las barajas.
Pasqual Maragall posiblemente se equivoc¨® de discurso en Sitges. Vendi¨® la labor de gobierno del tripartito. No era el auditorio ni el momento adecuado. Ya se sabe que el dinero no es muy proclive a los experimentos, y m¨¢s cuando el primer ensayo no ha sido precisamente un encaje de bolillos. Pero la reacci¨®n, amplificada en los medios, ha sido un poco exagerada. Antoni Castells lleg¨® para corregir un poco el rumbo. Y lo consigui¨®. En todo caso, conviene no olvidar que Pasqual Maragall tiene algo de ave f¨¦nix.
Lo dicho, que llegue pronto el 19-J para poder dedicar todas nuestras energ¨ªas y fuerzas a enfrentarnos a los nuevos retos de un mundo distinto del que hasta ahora hemos conocido.
Ant¨®n Costas es catedr¨¢tico de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la Universidad de Barcelona.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.