Educaci¨®n: la zorra en el gallinero

Dice el refr¨¢n que "la mujer del C¨¦sar no s¨®lo ha de ser decente, sino tambi¨¦n parecerlo". Esto es especialmente v¨¢lido en pol¨ªtica y en la gesti¨®n de los bienes p¨²blicos, donde las formas son a menudo tan importantes como el fondo. Pero nuestro consejero de Educaci¨®n, Tontxu Campos, no parece darle mucha importancia.

As¨ª, recientemente ha nombrado presidente del Consejo Escolar de Euskadi a quien tambi¨¦n ejerce como su propio consejero personal en el departamento. Curiosa elecci¨®n si tenemos en cuenta que la independencia ha de ser el valor principal de este organismo, tambi¨¦n consultivo pero conformado por representantes de toda la comunidad educativa y que en los ¨²ltimos a?os se ha destacado por sus informes muy cr¨ªticos con la pol¨ªtica educativa de nuestros responsables. Si la intenci¨®n que se persigue, y as¨ª parece, es controlar un ¨®rgano plural e inc¨®modo, ni ¨¦sta ni el propio nombramiento son leg¨ªtimos.

?Debemos hacer un acto de fe y presumir objetividad y justicia en quien hoy es juez y hasta ayer fue parte?

Del mismo modo, tampoco parece acertada ni socialmente presentable la elecci¨®n para el cargo de director de Centros Educativos del gerente de una ikastola privada y con un destacado papel en el sector asociativo de estos centros. Teniendo en cuenta que entre sus nuevas atribuciones se encuentra la planificaci¨®n de la oferta educativa de todos los centros p¨²blicos (distribuci¨®n de matr¨ªculas, apertura o cierre de aulas, concesi¨®n o denegaci¨®n de grupos...), resulta m¨¢s que evidente el conflicto de intereses entre lo que el nuevo director ha representado hasta la fecha y lo que a partir de ahora debe gestionar.

?Debemos hacer un acto de fe y presumir objetividad y justicia en quien hoy es juez y hasta ayer fue parte? ?Y en quien es las dos cosas a la vez? ?No ser¨ªa ¨¦ticamente reprobable que se nombrara ministro de econom¨ªa al director de un banco o de una gran empresa? ?Y legalmente? ?No existe una norma que impide a los altos cargos p¨²blicos desempe?ar con posterioridad otros privados en el mismo sector que gestionaron? ?Y con anterioridad?

Realmente, no tenemos ninguna objeci¨®n de tipo personal que hacer a estas dos personas. Ni ninguna cr¨ªtica a sus competencias y capacidades para asumir tales cargos, al menos hasta que comiencen a ejercerlos y a demostrarlas en la pr¨¢ctica. S¨ª tenemos objeciones, en cambio, a la torpeza y, cuando menos, falta de delicadeza del se?or consejero. Porque, sin entrar en todav¨ªa imposibles valoraciones de actuaciones futuras, resulta obvio que nuestro m¨¢ximo responsable educativo ha perdido totalmente el respeto por la ¨¦tica y la imagen p¨²blica a que su responsabilidad le obliga, ya que con estos nombramientos s¨®lo da la impresi¨®n de que le interesa meter la zorra en el gallinero. ?Por qu¨¦?

Pedro J. Macho es miembro del Secretariado Nacional de STEE-EILAS