Ser joven y artista, una dif¨ªcil combinaci¨®n
La competencia por obtener una ayuda de instituciones p¨²blicas o privadas es cada vez mayor entre los creativos noveles
"Esto se parece cada vez m¨¢s a participar en la loter¨ªa y esperar a que te toque el gordo". El fot¨®grafo Daniel Vega, de 29 a?os, lleva 10 participando en exposiciones colectivas. A pesar de haber obtenido becas y premios por sus fotograf¨ªas retocadas digitalmente, ten¨ªa la sensaci¨®n de que depender de los cert¨¢menes para poder vivir de su trabajo le hac¨ªa perder el control sobre su carrera art¨ªstica. Por ello, en 2003 fund¨® con otros tres compa?eros Feedback, una asociaci¨®n de apoyo y promoci¨®n de propuestas art¨ªsticas contempor¨¢neas. "Decidimos abandonar el papel de actores pasivos y ser protagonistas; de paso tambi¨¦n abr¨ªamos posibilidades a otros que empezaban".
Como ¨¦l, otros j¨®venes se debaten entre el optimismo que genera la proliferaci¨®n de ayudas p¨²blicas o privadas y la constataci¨®n de que si quieren vivir de su trabajo, el arte, est¨¢n atados a estos programas. Adem¨¢s, coinciden todos, la competencia entre ellos es cada vez mayor.
El cr¨ªtico Julio C¨¦sar Abad teme que los premios tengan un efecto "domesticador"
La Comunidad carece de becas de artes pl¨¢sticas para nuevos creadores
A las becas de instituciones privadas como Caja Madrid, La Caixa o la fundaci¨®n Bot¨ªn, hay que sumar el inter¨¦s de las instituciones p¨²blicas por apuntarse un tanto y hacer ver que apoyan el arte contempor¨¢neo. Es el caso de Certamen de J¨®venes Creadores o de las seis becas para artistas en la Residencia de Estudiantes que concede en el ¨¢rea de Educaci¨®n y Juventud del Ayuntamiento de Madrid. El Gobierno regional, en cambio, no dispone de ninguna beca de artes pl¨¢sticas destinada a los j¨®venes.
Uno de los proyectos culturales estrella del Ayuntamiento es Intermedi? para el que este a?o ha destinado 700.000 euros. El pasado mes de marzo este programa ech¨® a andar con la concesi¨®n de 180.000 euros en ayudas a la creaci¨®n contempor¨¢nea.
Trescientos treinta y seis artistas se presentaron con la esperanza de ser uno de los 16 afortunados. Daniel Lupi¨®n, profesor de Bellas Artes de un centro superior de Aranjuez, obtuvo 9.000 euros para poner en marcha Espacio F, una galer¨ªa en el mercado de Fuencarral "en la que no se mira el curr¨ªculo de los que exponen y que carece de un fin comercial". Seg¨²n Lupi¨®n, existe una nueva generaci¨®n de artistas con ideas "mucho m¨¢s poderosas de las que se suelen ver en las galer¨ªas y cuyo nombre no se potencia".
El comisario y cr¨ªtico de arte -y tambi¨¦n joven- Julio C¨¦sar Abad detecta el peligro de que los premios y becas tengan un efecto "domesticador" sobre los nuevos creadores. "Echo de menos una mayor contaminaci¨®n entre artistas de distintas generaciones. No creo que ser joven sea un m¨¦rito en s¨ª, el m¨¦rito es crear enunciados que cuestionen la comunidad pol¨ªtica", concluye.
M¨¢s optimista se muestra el director de Intermedi? y del centro Cultural Conde Duque, Juan Carrete: "Las ayudas m¨¢s interesantes son las que no se limitan a entregar una cantidad, sino que conllevan un seguimiento del becado". Seg¨²n Carrete, estos programas abren nuevas perspectivas para que los galardonados viajen y entren en contacto con el circuito internacional. "Otra cosa es que todos ellos vayan a poder vivir del arte; eso es como el podio, s¨®lo algunos deportistas lo alcanzan", asegura.
Despu¨¦s de los premios y becas, el acceso a las galer¨ªas es el siguiente paso, y el siguiente quebradero de cabeza para las nuevas generaciones. Estos centros se presentan como fortificaciones inexpugnables para los que carecen de un extenso curr¨ªculo.
La Nave del Arte naci¨® en 1998 como una alternativa a las galer¨ªas consagradas del centro de Madrid. Construida en el pol¨ªgono industrial de San Sebasti¨¢n de los Reyes, en sus 500 metros cuadrados se expone simult¨¢neamente la obra de una veintena de artistas que pretenden hacerse un hueco en el mundo de la pintura, de la escultura, de la fotograf¨ªa... Una vez al mes se re¨²ne un comit¨¦ que elige a las personas que expondr¨¢n, en su mayor¨ªa j¨®venes sin el curr¨ªculo imprescindible para acceder a otros espacios. La variedad de precios de las obras -desde 60 euros hasta 4.000- atrae a un p¨²blico, en gran medida menor de 40 a?os, con un poder adquisitivo medio.Ana Mu?oz, una de las trabajadoras, recalca que La Nave del Arte siempre ha tenido una "vertiente comercial muy clara". "No s¨®lo queremos que la gente compre, pretendemos educar a un p¨²blico que no conoce el sector", explica Mu?oz.
My Name's Lolita Art es una de las galer¨ªas del centro de Madrid que apuestan por j¨®venes valores. As¨ª lo hizo hace ocho a?os con la pintora Teresa Moro, que hoy tiene 36. ?sta recuerda que nada m¨¢s terminar Bellas Artes obtuvo una beca de la fundaci¨®n Banesto que le permiti¨® dedicarse a pintar durante un a?o y exponer por primera vez en Arco. "Ahora hay much¨ªsima m¨¢s competencia; para que me dieran la beca entonces, s¨®lo tuve que presentar mi curr¨ªculo y un dossier; hoy tendr¨ªa que haberles dado un proyecto completo", asegura.
A pesar de reconocer que le ha ido bien en su carrera, Moro denuncia el "escu¨¢lido" mercado del arte en Espa?a y la escasa voluntad de arriesgar de los galeristas. Elvira Gonz¨¢lez, preside la asociaci¨®n que engloba a m¨¢s de 40 galer¨ªas de la capital y es la due?a del centro que lleva su nombre. En su opini¨®n, el panorama actual est¨¢ mejor que nunca, ya que "antes no exist¨ªan todas las ayudas de ahora". Gonz¨¢lez considera "normal" que los propios artistas j¨®venes sepan qu¨¦ galer¨ªas le son m¨¢s "afines" y se dirijan a ellas. "No es muy corriente que un espacio programe una exposici¨®n de un creador novel", agrega.
El fot¨®grafo Daniel Vega dibuja un panorama poco alentador: "Est¨¢ claro que el mercado del arte no puede absorber a todos los que queremos estar. En otra profesi¨®n, una persona con mi curr¨ªculo y formaci¨®n tendr¨ªa una seguridad econ¨®mica que hoy yo no me atrevo ni a so?ar".
Falta de espacios para ensayar
Decenas de chicos llegan con sus bolsas de deporte a un centro de ocio del barrio de Embajadores. All¨ª bailan, ensayan sus obras y se preparan para alcanzar sus aspiraciones art¨ªsticas. Se trata de El Horno, un espacio que a primera vista no difiere mucho de un gimnasio convencional, pero que tiene 12 salas que alquilan desde grandes productoras de cine que necesitan un lugar para reunir a los actores hasta compa?¨ªas de bailarines noveles.
"Todos los j¨®venes que pasan por aqu¨ª comentan lo dura que es esta vida. Veo c¨®mo la gente come un bocadillo en todo el d¨ªa para poder pagarse una guitarra", comenta Mercedes Herrera, coordinadora del centro desde su apertura hace 13 a?os. Los precios del alquiler oscilan entre los cinco y los 15 euros por hora.
A pesar de la existencia de centros como El Horno, muchos artistas se quejan de la escasez de lugares en los que ensayar sus piezas. El cantautor Paco Cifuentes, que a sus 30 a?os prepara para el pr¨®ximo mes de septiembre su primer disco, In¨¦dito, ve un panorama creativo "excelente" pero "nulo comercialmente". "Libertad 8 es uno de los pocos garitos de Madrid en los que se puede escuchar canci¨®n de autor", asegura. La carrera de Cifuentes est¨¢ muy ligada a este caf¨¦. Fue all¨ª donde actu¨® en Madrid por primera vez, cuando lleg¨® de su Sevilla natal en 2003, y ha participado en el disco homenaje que diversos artistas rindieron a Libertad 8.
Pleasure Fuckers, la banda de rock en la que en 1996 tocaba la estadounidense Norah Findlay hac¨ªa m¨²sica muy distinta a la de Cifuentes, pero ambos ten¨ªan el mismo problema: falta de espacios para ensayar. Findlay decidi¨® entonces abrir Rock Palace, un lugar en el que los grupos pudieran alquilar salas con varios amplificadores, una bater¨ªa y un equipo de voz. Entre sus clientes se encuentran desde artistas consagrados como Enrique Morente hasta grupos de chavales que alquilan un local durante unas horas para "hacer ruido y pasarlo bien". El hueco que Findlay cubri¨® con su empresa no se ha llenado 10 a?os m¨¢s tarde: la californiana asegura que tiene listas de espera interminables, porque es "casi imposible" encontrar locales de ensayo en la capital.
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