Rajoy-Casandra

Al dar por finalizado ayer su apoyo al Gobierno -o declarar la ruptura total-, Mariano Rajoy evoc¨® en la memoria un remake de su tremenda intervenci¨®n el 11 de mayo de 2005, aquella, que todav¨ªa hoy se recuerda en el hemiciclo, en la que acus¨® a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero de "traicionar a los muertos" por proponer la exploraci¨®n de un final dialogado de la violencia terrorista. Si ¨¦sa fue su premisa mayor aquel d¨ªa, enunciada sin prueba de la presunta traici¨®n, ?no es m¨¢s cierto que el desenlace de ayer ha sido la cr¨®nica de una ruptura anunciada?

En su discurso inicial, Rajoy desempe?a en relaci¨®n al "proceso" (?vade retro!, esa palabreja usada por el palacio de la Moncloa en 1998 no puede ser aplicada ahora) el papel de Casandra: ETA es una banda, dijo ayer, "que no piensa disolverse". Casandra, hete aqu¨ª, ha estado oyendo durante largos meses informaciones sobre contactos de gente pr¨®xima al Gobierno con ETA, noticias sobre mesas de partidos e importantes cesiones a la banda terrorista, y ha permanecido en silencio. Y al final, cuando la prueba de cargo de esas maledicencias se ha hecho presente: ?bum! Rajoy lo explic¨® ayer de forma n¨ªtida; "No se me pod¨ªa pedir m¨¢s de lo que he hecho..." ?Y cu¨¢l es esa prueba de cargo? La anunciada reuni¨®n del partido Socialista de Euskadi con miembros de la ilegalizada Batasuna. ?sa es, seg¨²n Rajoy, la prueba de la entrega. Si en mayo de 2005, el l¨ªder del PP no necesit¨® indicio m¨¢s o menos firme -le bast¨® s¨®lo con su intuici¨®n sobre Rodr¨ªguez Zapatero- para lanzar una de las m¨¢s graves acusaciones contra un rival pol¨ªtico que se conozca, implicando aviesamente a las v¨ªctimas en la contienda, un a?o m¨¢s tarde se ha aferrado como agua de mayo, nunca mejor dicho, a Batasuna.

"No se me pod¨ªa pedir m¨¢s de lo que hecho". ?Pero, en realidad, qu¨¦ ha hecho Rajoy? ?Acaso ha mantenido la discreci¨®n que pidi¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en 1998 al iniciar sus contactos con ETA y Herri Batasuna? El PP se ha movilizado contra la pol¨ªtica antiterrorista del Gobierno en la calle, en los medios de comunicaci¨®n y ha pretendido, a su vez, activar a la justicia. ?Ante qu¨¦ presuntos hechos terroristas o delictivos ha mirado la justicia para otro lado en este a?o? ?sta es la cuesti¨®n que Rajoy lanz¨® ayer al hemiciclo. Pero no dio una respuesta. El l¨ªder del PP la emprende contra los fiscales. Bien. Pero sabe bien Rajoy que, aparte de los fiscales, los jueces tienen el suficiente poder para actuar. ?Se amoldan los jueces?, seg¨²n insin¨²a Rajoy, que defendi¨® ayer una resoluci¨®n en ese sentido. ?Se amold¨®, por tanto, el juez Fernando Grande-Marlaska cuando la noche del jueves 1 de junio resolvi¨® no a?adir nuevas medidas cautelares, como prisi¨®n, por ejemplo, a siete miembros de Batasuna? ?Pod¨ªa dictar esas medidas? S¨ª, claro que pod¨ªa hacerlo. Es cierto que no lo solicitaron los fiscales, pero s¨ª lo hicieron las acusaciones. El juez decidi¨® que no exist¨ªan los elementos necesarios.

Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero decidi¨® por anticipado, al mediod¨ªa de ayer, que solicitar¨ªa un turno para contestar a Rajoy, habida cuenta de la gravedad de la situaci¨®n. Sus treinta minutos de primera r¨¦plica, al contrario que la segunda, tuvieron la fuerza y seguridad que suele aplicar estos d¨ªas Rafa Nadal en el torneo de Roland Garros. Lo que intent¨® destruir fue una psicopat¨ªa en la que el PP, y no s¨®lo el PP, suele abrevar: la de poder hacer c¨®modamente y sin limitaciones cosas que los dem¨¢s, sus rivales, no deben ni pueden hacer. Aznar, Rajoy y Jaime Mayor Oreja hab¨ªan sido elegidos por el cielo para tener contactos con ETA, Batasuna, acercar presos, y dar se?ales de buena fe a los terroristas. Porque ellos s¨ª eran pol¨ªticos por encima de toda sospecha.