C¨®mplices con el nazismo
Condena a los ferrocarriles franceses por el traslado de dos jud¨ªos en 1944
La compa?¨ªa nacional de ferrocarril francesa, la SNCF, fue condenada el pasado martes, junto con el Estado franc¨¦s, por su participaci¨®n en el env¨ªo de dos hombres jud¨ªos al campo de tr¨¢nsito de Drancy (periferia de Par¨ªs) en 1944. Es la primera vez que en Francia, pa¨ªs que colabor¨® con la Alemania nazi entre 1940 y 1944, se condena a una empresa p¨²blica y a la administraci¨®n por su papel en la persecuci¨®n de los jud¨ªos. El tribunal administrativo de Toulouse ha condenado a la SNFC y al Estado a pagar 62.000 euros a las v¨ªctimas por el perjuicio de su traslado de Toulouse a Par¨ªs en trenes para ganado y su encarcelamiento posterior en Drancy.
Alain Lipietz, europarlamentario verde, es hijo de uno de los dos demandantes. "Es una victoria para mi familia", comenta por tel¨¦fono. Su padre hoy difunto, George Lipietz, denunci¨® en noviembre de 2001 al Estado y la SNCF. "Hoy por primera vez, la justicia administrativa condena al Estado como tal", dice Alain Lipietz.
La compa?¨ªa precisa que los deportados fueron detenidos por la Gestapo y no por polic¨ªas franceses
Compara la sentencia con la condena de Maurice Papon, delegado del Gobierno franc¨¦s en Burdeos durante la ocupaci¨®n alemana, que en 1998 fue reconocido culpable de complicidad de crimen contra la humanidad. "Cuando se juzg¨® a Papon, se explic¨® lo malo que hab¨ªa sido; con este juicio, ya no se trata de distinguir los buenos y los malos, sino de sancionar a una organizaci¨®n, a una m¨¢quina que practic¨® el crimen de papel. Tiene un gran alcance simb¨®lico".
La sentencia tambi¨¦n puede tener consecuencias jur¨ªdicas inmediatas. Se calcula que 67.000 personas pasaron por Drancy, la gran mayor¨ªa de ellas antes de ser deportadas a Auschwitz -George Lipietz en cambio lleg¨® suficientemente tarde a Drancy para no ser deportado al campo de exterminio nazi-. El diputado europeo cuenta que varios abogados de v¨ªctimas de la II Guerra Mundial le han confiado que pensaban seguir su ejemplo. Pero la posibilidad de emprender acciones judiciales contra la empresa de ferrocarriles tiene fecha de caducidad. Chantal Cutajar, profesora de Derecho en la Universidad Robert Schuman de Estrasburgo, explica que en el caso de la SNCF existe un plazo de 10 a?os antes de que haya prescripci¨®n. El punto de partida de este periodo es la fecha a la cual se tuvo conocimiento de la posible responsabilidad de la empresa. El tribunal ha tomado en cuenta un informe, La SNCF bajo la ocupaci¨®n alemana, redactado a petici¨®n de la compa?¨ªa y publicado en septiembre de 1996. Quedan pues tres meses antes de que acabe el plazo de 10 a?os. En cuanto al Estado, se acab¨® el 6 de abril de 2005 la posibilidad de denunciarlo, afirma Cutajar.
La SNCF, que acaba de apelar la sentencia, conf¨ªa en ganar la revisi¨®n del proceso. Su abogado, Yves Baudelot, considera la decisi¨®n "totalmente injustificada" ya que, seg¨²n argumenta, la empresa p¨²blica estaba "bajo las instrucciones de los alemanes". Recuerda que el propio Serge Klarsfeld -abogado jud¨ªo que llev¨® a los tribunales al nazi Klauss Barbie y desempe?¨® un papel importante en el proceso a Maurice Papon-, calific¨® la decisi¨®n de "aberrante".
Su hijo y tambi¨¦n abogado Arno Klarsfeld est¨¢ defendiendo la compa?¨ªa ferroviaria en un caso similar en Estados Unidos. Arno Klarsfeld explica que la SNCF "no era una empresa privada sino que pertenec¨ªa al Estado", y que no recibi¨® una retribuci¨®n por el transporte de los jud¨ªos, "sino meras compensaciones". Argumenta que los demandantes fueron arrestados por agentes de la Gestapo, y no por polic¨ªas franceses. Los magistrados entendieron, al contrario, que la SNCF ten¨ªa cierta autonom¨ªa ya que fue capaz de "resistir a las exigencias de las autoridades alemanas siempre que estaban en juego sus intereses econ¨®micos fundamentales".
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