"Los que creamos el 'pop art' odi¨¢bamos el mundo del consumo"
Samuel Keller, director de la feria de Basilea, presenta con orgullo evidente a James Rosenquist como "una aut¨¦ntica leyenda viviente". Nacido en Dakota del Norte en 1933, es uno de los fundadores del pop art y uno de sus ¨²ltimos representantes en activo. Compa?ero de Andy Warhol, Roy Lichtestein, Frank Stella, Rothko o Pollock, James Rosenquist comenz¨® su carrera como pintor de paneles publicitarios y obtuvo reconocimiento mundial en 1965 gracias a la inmensa tela F-111. Realiz¨® su primera retrospectiva en el Museo Whitney de Arte Americano en 1972. Desde entonces, homenajes y antol¨®gicas se sucedieron desde la Galer¨ªa Tretyakov de Mosc¨² hasta el Guggenheim de Berl¨ªn pasando por diversas exposiciones en Espa?a, pa¨ªs al que se siente especialmente unido. "Mi sue?o de infancia era poder recorrer Espa?a en moto", confiesa el artista que en 2002 recibi¨® en Valladolid el Premio Internacional de las Artes de la Fundaci¨®n Crist¨®bal Gabarr¨®n. Rosenquist viaj¨® a Basilea para presentar un inmenso mural de 40 - 8 metros realizado en homenaje a la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos.
"Dentro de 50 a?os me gustar¨ªa poder volver a la tierra para ver si todav¨ªa existo..."
"Picasso hac¨ªa cuadros din¨¢micos, lo que yo quer¨ªa conseguir. Es el ideal de todo artista visual"
"Nueva York es una ciudad de mezclas donde, en realidad, nada se mezcla"
Pregunta. ?Puede explicar la obra que ha expuesto en Basilea?
Respuesta. El Gobierno de Estados Unidos me envi¨® a Par¨ªs en la primavera de 1998. La tela fue pensada originariamente para el palacio Chaillot de Par¨ªs, pero finalmente no pudo ser instalada all¨ª por problemas t¨¦cnicos. Nunca nadie pudo ver este cuadro hasta ahora, pues ha estado en un dep¨®sito durante ocho a?os. Samuel Keller vio una reproducci¨®n y se empe?¨® en presentarlo al p¨²blico.
P. Hablemos de sus or¨ªgenes.
R. Mi padre trabajaba en l¨ªneas a¨¦reas, pero sus planes de triunfar en la industria tur¨ªstica se frustraron cuando en 1941 los japoneses tuvieron la ocurrencia de bombardear Pearl Harbour. Mis padres siempre me estimularon a la aventura y a buscar mi independencia. De ni?o viv¨ªa sin electricidad ni agua corriente, y deb¨ªa inventar mis propios juegos y entretenimientos. Supongo que ese est¨ªmulo a la imaginaci¨®n influy¨® mucho en mi trabajo posterior. Tengo una hija de 16 a?os: Lilly. A su edad yo conduc¨ªa tractores y fumaba puros. Sin duda, los tiempos han cambiado mucho.
P. ?Y c¨®mo llega al arte?
R. Un buen d¨ªa mi madre me dijo: "Jim, est¨¢s siempre dibujando. Igual esto te puede dar dinero, ?no?". Y as¨ª es como respond¨ª a un anuncio para pintar murales de publicidad de gasolina. Entonces conoc¨ª al hombre m¨¢s influyente de mi vida: Cameron Boothe, un artista que hab¨ªa estudiado en Viena con Hans Hoffman. ?l me influy¨® para que intentara la aventura de ir a Nueva York y estudiara arte.
P. Parece tener una relaci¨®n muy especial con esa ciudad.
R. Yo me mor¨ªa de hambre al comienzo y para vivir me vi obligado a ser ch¨®fer de una familia adinerada. Mis amigos jud¨ªos dec¨ªan: "?Qu¨¦ es Nueva York?". La respuesta era: "Pon a los ricos a un lado, a los pobres al otro y al conflicto en el medio". Nueva York es una ciudad de mezclas donde, en realidad, nada se mezcla. Es la ciudad de las oportunidades... si tienes suerte. Yo tuve la suerte de contar con una serie de encuentros afortunados.
P. Y llegamos as¨ª al nacimiento del pop art.
R. S¨ª. La idea del pop art me vino a la mente mientras pintaba una serie de inmensos murales de publicidad de whisky.
P. Todos los textos de historia del arte coinciden en considerar su cuadro de 1965 F-111 como el hito fundacional de su carrera.
R. F-111 fue una pieza fundamental, pero mientras la hac¨ªa yo no era consciente de ello. En esa ¨¦poca, yo estaba muy interesado en la visi¨®n perif¨¦rica. Me interesaban los colores y formas que aparecen en los laterales sin que seamos conscientes. Ese avi¨®n era tambi¨¦n una met¨¢fora de Am¨¦rica, pues esa poderosa industria permit¨ªa a los obreros tener casa, dos coches y enviar a sus hijos a la universidad. Pero al mismo tiempo nos sumergi¨® en la locura de la carrera armament¨ªstica con la URSS. En su momento pagaron 50.000 d¨®lares por ella. Poco despu¨¦s fue vendida por 5 millones de d¨®lares al Museo de Arte Moderno de Nueva York, donde a¨²n sigue. Muchos lo consideran un cuadro antibelicista, y no est¨¢n muy equivocados.
P. A usted no parece gustarle mucho la etiqueta de "artista pop" y que se le junte con representantes de esa corriente art¨ªstica.
R. No mucho. Nos llamaron pop art o expresionismo abstracto, pero en realidad ¨¦ramos todos distintos y con visiones muy diferentes. La gente quiere siempre identificar una energ¨ªa con una imagen. Pero lo ¨²nico que ten¨ªamos en com¨²n era que todos ven¨ªamos de la ilustraci¨®n comercial: dise?adores, publicistas, dibujantes de c¨®mics y dem¨¢s. ?ramos un grupo de gente que cuestionaba el mundo contempor¨¢neo. Algunos creen que est¨¢bamos obsesionados por el consumismo pero, en realidad, odi¨¢bamos ese mundo.
P. ?C¨®mo se lleva con los ordenadores y las nuevas tecnolog¨ªas?
R. No uso m¨¢quinas ni ordenadores. Yo admiraba a mi amigo Douglas Turnbull, decorador de 2001, una odisea del espacio, de Stanley Kubrick, pues logr¨® crear esos fant¨¢sticos efectos de manera manual, artesanal. Esa gente realmente inventaba, y no dejaba que las m¨¢quinas hicieran todo el trabajo. Pero no soy enemigo de los ordenadores. Pueden ser una herramienta genial, en particular para los arquitectos, como demuestra Frank Gehry.
P. Usted ha dicho: "A menudo la gente cree que los artistas desarrollamos nuestro trabajo de acuerdo con la historia del arte, pero en general los creadores desarrollan su propia historia del arte".
R. Los artistas est¨¢n antes que ella. Mire a las pinturas rupestres. Son maravillosas, pero esa gente no era consciente de estar iniciando nada. Para m¨ª, el arte es agrandar los l¨ªmites para ver lo que nadie vio antes.
P. ?Qui¨¦nes fueron sus principales influencias art¨ªsticas?
R. Mi madre y mi t¨ªa (risas). Yo sab¨ªa dibujar, pero no componer. Me interes¨¦ por el renacimiento, Rubens y luego por Picasso, Juan Gris y los cubistas. Picasso hac¨ªa cuadros din¨¢micos, lo mismo que yo quer¨ªa conseguir. El dinamismo es el ideal de todo artista visual.
P. ?Qu¨¦ relaci¨®n tiene con Espa?a?
R. Siempre he estado interesado por Espa?a, donde mi trabajo ha sido bien recibido. Incluso conoc¨ª a Dal¨ª, que era un ser incre¨ªble. Un esp¨ªritu superior. Por cierto, durante una exposici¨®n en Valencia, un amigo me prest¨® una vieja moto y pude finalmente hacer realidad mi sue?o: recorrer los naranjales y los caminos de Espa?a.
P. Usted es un artista comprometido pol¨ªticamente.
R. Me involucro en la pol¨ªtica porque si no haces nada, la realidad se te echa encima. Intento incorporar esa energ¨ªa a mi trabajo. Soy un hijo de la gran depresi¨®n de 1929 y he sido un dem¨®crata desde que mi madre me llev¨® a conocer a Franklin D. Roosevelt, en 1936. Era un personaje formidable, hasta el punto de que en su presencia no te dabas cuenta de que era paral¨ªtico.
P. ?Y c¨®mo ve usted a la actual Administraci¨®n de la Casa Blanca?
R. No me gusta criticar a mi pa¨ªs cuando estoy en Europa. Me gusta criticarlo desde dentro. Pero adoro Estados Unidos. En su momento logramos sacar a Nixon, y creo que podremos tambi¨¦n parar al actual inquilino del Sal¨®n Oval.
P. ?Cu¨¢l cree que ser¨¢ su lugar en la historia del arte? ?C¨®mo le gustar¨ªa ser recordado?
R. Confieso que me da mucha curiosidad imaginar si dentro de 50 a?os mi obra seguir¨¢ estando en alguna parte (risas). Me gustar¨ªa poder volver a la Tierra para ver si todav¨ªa existo...

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