Santa Rita, Rita, Rita

Admira la poca fe que los partidos pol¨ªticos tienen en la democracia, demostrada tantas veces a lo largo de la historia de ¨¦sta, la m¨¢s grave de todas -por parte del Partido Popular- a ra¨ªz de las ¨²ltimas elecciones generales, cuyo resultado no han dejado de cuestionar desde entonces. "Presidente por accidente", gritaban sus militantes en la ¨²ltima manifestaci¨®n a favor, presuntamente, de las v¨ªctimas de ETA.
El caso m¨¢s esperp¨¦ntico es, sin embargo, la pretensi¨®n que el Partido Popular y el Partido Socialista, al alim¨®n, est¨¢n tratando de consensuar en Valladolid con el fin, dicen ellos, de blindar con una cl¨¢usula el nuevo Estatuto de autonom¨ªa de Castilla y Le¨®n contra lo que definen como "posibles intentos segregacionistas de alguna parte del territorio" y que no es m¨¢s, traducido al "castellanoleon¨¦s", que la creciente reivindicaci¨®n de Le¨®n de tener lo que todas las regiones hist¨®ricas tuvieron, salvo ella: una autonom¨ªa propia.
Si ya en su momento se la negaron, legitimando luego la actual uni¨®n perge?ada en una noche por Mart¨ªn Villa, por UCD, y por Peces-Barba, por el PSOE, con un "refer¨¦ndum municipal" digno de la mejor democracia org¨¢nica franquista (s¨®lo votaban los concejales), lo de ahora raya en el surrealismo, o, mejor, en aquella frase infantil que todos hemos dicho alguna vez intentando afianzar nuestra propiedad sobre algo que no nos pertenec¨ªa: "Santa Rita, Rita, Rita, lo que se da no se quita".
?Esto es la democracia.
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