Navegando por ¨ªnsulas extra?as
Harold Bloom sostuvo que todos los poetas rom¨¢nticos se embarcaban tarde o temprano en la composici¨®n de un poema inici¨¢tico -quest romance- con el que pretend¨ªan aclarar el objetivo de su poes¨ªa, cu¨¢l era el rumbo adecuado para alcanzarlo y, sobre todo, con qu¨¦ padre po¨¦tico tendr¨ªan que luchar en el camino. Adolfo Garc¨ªa Ortega (Valladolid, 1958), despu¨¦s de mostrar su versatilidad (ha cultivado la novela policiaca y la coral, la poes¨ªa y el relato corto), ha escrito el relato de un historiador, Oliver Griffin, que lleg¨® a emprender un viaje inici¨¢tico. Aut¨®mata, su ¨²ltima novela, posee adem¨¢s todos los rasgos de una novela posmoderna cl¨¢sica.
En primer lugar por la hibridez de g¨¦neros literarios. Si Aut¨®mata puede considerarse un viaje inici¨¢tico, tambi¨¦n es la historia de un gran encuentro, el que hace coincidir al narrador -de quien no sabemos el nombre- con Oliver Griffin en Funchal, la capital de Madeira. Y tambi¨¦n es la historia de todos los peque?os encuentros que se suceder¨¢n a partir de entonces, cuando el narrador y Oliver Griffin vayan coincidiendo en la isla durante varios d¨ªas. Griffin los aprovechar¨¢ para contar al narrador c¨®mo, a?os atr¨¢s, emprendi¨® viaje desde Madeira a una isla de la Patagonia. Aut¨®mata tambi¨¦n encierra el retrato de un gran contador de historias, Oliver Griffin, y el de un gran escuchador y transcriptor de ellas, el narrador.
AUT?MATA
Adolfo Garc¨ªa Ortega
Bruguera. Barcelona, 2006
478 p¨¢ginas. 17 euros
El viaje de Griffin, a su vez,
contiene casi todos los elementos de la cl¨¢sica novela de aventuras, desde la Odisea hasta Moby Dick: el capit¨¢n loco, muerte de un marino, la gran tormenta. Griffin poco a poco nos va desvelando la imagen que tiene de s¨ª mismo, y que es una no-imagen puesto que vive obsesionado con su invisibilidad. En este sentido, Aut¨®mata es una novela confesional, ya que al final, y aunque s¨®lo sea por la constancia con que Griffin se aferra a su relato, tal vez para combatir el vac¨ªo, sabremos m¨¢s de Griffin de lo que ¨¦l ser¨ªa capaz de reconocer en s¨ª mismo. As¨ª que, adem¨¢s de la historia de un viajero, ¨¦sta es la historia de un hombre sin historia y sin atributos.
Para terminar, y por se?alar s¨®lo los g¨¦neros m¨¢s relevantes, est¨¢ el componente hist¨®rico y familiar. Griffin decide viajar a isla Desolaci¨®n siguiendo el rastro de un aut¨®mata con el que se fotografiaron sus abuelos a principios de la d¨¦cada de 1920 en Punta Arenas. La existencia de este aut¨®mata y de esta isla dar¨¢ lugar a relatos de trasfondo hist¨®rico: la expedici¨®n mar¨ªtima de Sarmiento de Gamboa; las veleidades astrol¨®gicas y alqu¨ªmicas de Felipe II; el encargo del aut¨®mata al mago praguense Melvicio.
No cabe duda de que Aut¨®-
mata es una de las novelasposmodernas mejor urdidas de los ¨²ltimos a?os, y no s¨®lo por la maestr¨ªa con que Garc¨ªa Ortega ha hibridado g¨¦neros literarios. Tambi¨¦n lo es por el retrato que hace del sujeto posmoderno, de la condici¨®n de individualismo extremo a que parecemos estar abocados. Esto se advierte en la carencia que impide a Griffin convertirse en un h¨¦roe de novela de aventuras o en un poeta rom¨¢ntico: no tiene antagonista, aqu¨ª no hay ni Circe ni Moby Dick ni padre po¨¦tico. Si ¨¦ste fuera el aut¨®mata, su viaje en pos de visibilidad, su lucha por obtener algo de alguien estar¨ªa conminada al fracaso desde el primer momento. Esta fatalidad del solitario, que domina en la narrativa estadounidense contempor¨¢nea, podr¨ªa esquivarse con menos hierro y algo m¨¢s de humor. Al fin y al cabo, como dijo John Donne, la soledad no existe en estado puro: ning¨²n hombre es una isla (No man is an island) por extra?a que sea la ¨ªnsula. Pero en ese caso, esta novela indispensable rayar¨ªa en la perfecci¨®n.
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