Aaron Spelling, productor de televisi¨®n
A ¨¦l se deben series como 'Dinast¨ªa' o 'Los ?ngeles de Charlie'
El productor de algunas de las series m¨¢s legendarias del imaginario televisivo para varias generaciones, Aaron Spelling, falleci¨® anteayer en su mansi¨®n de Los ?ngeles a los 83 a?os. A Spelling se le deben cuatro d¨¦cadas de televisi¨®n plasmadas en producciones de toda ¨ªndole, como Los hombres de Harrelson, Los ¨¢ngeles de Charlie, Dinast¨ªa, Sensaci¨®n de vivir y Melrose Place. Por regla general, siempre fue denostado por los cr¨ªticos, pero sus series le valieron el fervor popular de millones de espectadores de todo el mundo.
Spelling naci¨® el 22 de abril de 1923 en Dallas, Tejas, como cuarto hijo de una familia formada por una madre polaca y un padre ruso de apellido Spurling, que fue transformado en Spelling al llegar a Estados Unidos. Aaron creci¨® en un entorno en el que era menospreciado por sus ra¨ªces jud¨ªas y se gradu¨® en Filosof¨ªa y Letras en la Universidad Metodista de su ciudad natal. Sin embargo, su atracci¨®n por el mundo del espect¨¢culo despert¨® pronto y, tras probar suerte en el terreno de la interpretaci¨®n (lleg¨® a actuar en series como I Love Lucy y Dragnet), encamin¨® sus pasos hacia la escritura de guiones, hasta que logr¨® vender uno de ellos, en 1955, para Jane Wyman presents the fireside theatre, el show de la por entonces popular actriz. En los ¨²ltimos a?os de la d¨¦cada de los cincuenta, Spelling ya trabajaba como guionista habitual en series de la talla de Wagon train o El show de Dick Powell.
Asentado laboralmente, Aaron Spelling se vuelca en el medio televisivo durante los siguientes 40 a?os; a lo largo de su carrera llegar¨ªa a producir m¨¢s de 200 series y su actividad como productor se desat¨® por completo en la d¨¦cada de los setenta: Spelling lanzaba sin cesar serie tras serie, todas ellas con un ¨¦xito arrollador; cualquier g¨¦nero le era propicio, y es que caminaba, por regla general, un paso por delante del resto de productores, siempre atento a las posibles demandas del p¨²blico: abord¨® el territorio policiaco con la muy conflictiva, en su momento, Los hombres de Harrelson, a la que aportaba un duro tratamiento de la violencia, inhabitual en televisi¨®n; el modelo lo acrecent¨® en otra serie legendaria como Starsky y Hutch; cuando intuy¨® que el star system femenino pod¨ªa crear nuevos h¨¢bitos televisivos, lanz¨® al estrellato a las actrices de Los ¨¢ngeles de Charlie; y si la audiencia reclamaba productos rom¨¢nticos y sensibles, que pudieran ser consumidos por toda la familia, Spelling se sacaba de la manga un bombazo como Vacaciones en el mar. Y entretanto, combinados con estas producciones, alternaba decenas de telefilmes en un fren¨¦tico y estajanovista ritmo de trabajo. Fueron los a?os en los que llev¨® a la cumbre a la cadena televisiva ABC, los a?os en los que los bromistas explicaban estas siglas como "Aaron Broadcasting Company". Cabe rese?ar que Spelling posee un lugar en el Libro Guinness de los R¨¦cords, gracias a sus m¨¢s de 3.000 horas producidas para televisi¨®n.
Es en esa d¨¦cada cuando forma su propia compa?¨ªa, Aaron Spelling Productions, y se une a Leonard Goldberg en la Spelling-Goldberg Productions. En 1986 se convierte en Spelling Entertainment, Inc. Los a?os ochenta y noventa traen consigo nuevos ¨¦xitos. Incansable, crea m¨¢s mitos televisivos como Dinast¨ªa, Los Colby, Sensaci¨®n de vivir, Melrose Place... La lista ser¨ªa interminable, y en todas ellas el avispado productor aprovechar¨ªa rostros con tir¨®n popular que llegaban del cine, como John Forsythe y Linda Evans, o directamente crear¨ªa sus propias estrellas medi¨¢ticas, como es el caso de los adolescentes de Sensaci¨®n de vivir, entre los que figuraba su propia hija, Tori Spelling. Denostado por la cr¨ªtica de manera constante (el New Yorker lo lleg¨® a tachar de "mercader barato", a lo que ¨¦l respondi¨® que sus series eran "caramelos para la mente"), el respaldo popular siempre lo llen¨® de orgullo y sus trabajos lograban millones de seguidores en todo el planeta. Incluso en alguna ocasi¨®n lleg¨® a disfrutar de cierta benevolencia cr¨ªtica, como en el caso del telefilme En el filo de la duda (1993), dirigido por Roger Spottiswoode, en el que Spelling ejerc¨ªa de productor ejecutivo y que se acercaba al drama de los enfermos de sida.
Trabajador hasta el final de su existencia, queda como uno de sus ¨²ltimos ¨¦xitos la serie Embrujadas y deja en estado de preproducci¨®n un ¨²ltimo telefilme, Split decisi¨®n, dirigido por Simon West.
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