Alemania afina en los penaltis
Argentina supera al anfitri¨®n de punta a punta, pero paga la decisi¨®n de P¨¦kerman de no utilizar a Messi
![Santiago Segurola](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe505581b-3596-4161-bc77-1816c8c68bf7.png?auth=d22627484165dfcb062103e8d1fdebeb92a54c13220f4fd6553111e786e168fa&width=100&height=100&smart=true)
La personalidad es un valor crucial del f¨²tbol. En ocasiones vale m¨¢s que todas las artes del juego. ?ste fue uno de esos partidos donde prevaleci¨® el car¨¢cter de un equipo. Fue una hermosa lecci¨®n de Argentina en medio de las m¨¢ximas dificultades. Sus jugadores honraron la gran tradici¨®n de un pa¨ªs que ha alumbrado a algunos de los mejores jugadores de la historia. Es posible que ninguno de los actuales alcance la estatura de los mitos -Messi no tuvo la oportunidad de disputar un minuto-, pero todos fueron argentinos hasta la m¨¦dula, con todo lo que significa en el f¨²tbol. Nada les intimid¨® en Berl¨ªn, donde el inflamado ambiente del estadio se transform¨® primero en aprensi¨®n y luego en miedo. Argentina super¨® a Alemania de punta a punta, pero el f¨²tbol es un asunto caprichoso. Los m¨¦ritos quedaron aparcados por la realidad. Gan¨® Alemania en la rueda de los penaltis, despu¨¦s de penar durante todo el encuentro frente a un rival que jug¨® mejor, se organiz¨® con m¨¢s sensatez y tuvo la victoria a su alcance. Con m¨¢s esfuerzo que estilo, con m¨¢s desgarro que otra cosa, los alemanes empataron el encuentro a ¨²ltima hora, un cabezazo de Klose con car¨¢cter de noticia. La defensa argentina se impuso antes y despu¨¦s en todas las acciones. Pero concedi¨® esa oportunidad, que tuvo las peores consecuencias. Alemania se agarr¨® al gol sin m¨¢s consideraciones. Se sinti¨® inferior y el equipo lleg¨® m¨¢s que aliviado a la rueda de penaltis. S¨®lo entonces se liber¨®. Sus agarrotados jugadores fueron implacables en los lanzamientos. Anotaron todos los tiros. S¨®lo se afinaron en ese momento, donde los argentinos sufrieron el drama de la derrota. Doble drama, porque hab¨ªan sido mejores.
RESULTADO
Alemania 1 - Argentina 1
S¨®lo un dato pes¨® sobre el desarrollo del partido y sobre la lectura que dejar¨¢ en el futuro. P¨¦kerman hizo los tres cambios antes del empate. Gast¨® todas las balas, sin posibilidad de modificar la situaci¨®n tras el gol de Klose. No entr¨® Messi, cuya ausencia en el trecho final del encuentro quedar¨¢ para siempre como un dato para la pol¨¦mica. El futbolista m¨¢s prometedor de Argentina, quiz¨¢ el m¨¢s relevante a pesar de su juventud, permaneci¨® en el banco de los suplentes. Hay razones para las conjeturas: la rapidez y velocidad de Messi eran armas a considerar frente a los fatigados defensas alemanes. El caso es m¨¢s profundo. Resulta m¨¢s f¨¢cil de explicar la presencia de Cruz que la titularidad de Crespo, jugador mediocre que no se sostiene como delantero de la selecci¨®n. Ni ayuda en el juego, ni se distingue como goleador. Parece mentira que Crespo no se discuta en un equipo donde T¨¦vez, Messi y Saviola no se han sentido titulares.
Jug¨® T¨¦vez en lugar de Saviola, titular y protagonista en los dos primeros partidos. Jug¨® Luis Gonz¨¢lez y no lo hizo Cambiasso. Es probable que P¨¦kerman salga reo por aparcar a Messi, pero merece cr¨¦dito por alinear a dos jugadores que funcionaron perfectamente. Luis Gonz¨¢lez tiene fama de pecho fr¨ªo, pero es un futbolista magn¨ªfico. Actu¨® con inteligencia y claridad en todo el encuentro, especialmente tras la retirada de Riquelme, que regres¨® a la versi¨®n que menos le conviene. Argentina reaccion¨® muy bien al abrumador ambiente. Impecable en el cap¨ªtulo defensivo, el equipo sac¨® a Alemania del partido con una abundante raci¨®n de pases. No necesit¨® profundidad, ni tampoco se distingui¨® por sus ocasiones de gol. Se impuso por inteligencia y personalidad. Con el gol de Ayala, Argentina tuvo el partido en la mano.
Alemania jug¨® con una naci¨®n sobre su espalda. Pocas veces se ha visto a un buen equipo transformado en una mediocre colecci¨®n de jugadores. El peso de la responsabilidad atac¨® a todos. No se salvaron ni los m¨¢s acreditados. Ballack y Lahm cometieron errores impensables. Klose se engras¨® las botas con aceite. Se le escaparon todos los controles. Pero no fall¨® en su ¨²nico cabezazo, la especialidad que le caracteriza. Hasta entonces, Argentina hab¨ªa manejado el partido sin excesos, pero con naturalidad. Su mejor organizaci¨®n se apreci¨® en uno de los detalles que definen a los equipos bien puestos: todos los rechaces terminaban en pies argentinos. Klose anot¨® en una de las pocas jugadas coherentes de Alemania, un gol de toda la vida. Centr¨® Ballack, desvi¨® Borowski y apareci¨® el ariete en el segundo palo. Despu¨¦s volvi¨® la angustiosa tensi¨®n que agarrot¨® a los jugadores. Argentina se levant¨® nuevamente y domin¨® el encuentro y las dos partes de la pr¨®rroga. Le falt¨® un ¨²ltimo impulso, algo de sorpresa, un punto de velocidad que no ten¨ªa Cruz y que ya no pod¨ªa a?adir T¨¦vez, excelente durante todo el partido. P¨¦kerman hab¨ªa ahogado esa posibilidad con los cambios. La posibilidad estaba en el banco y ten¨ªa nombre y apellido: Leo Messi.
![Oliver Kahn abraza a su compa?ero Jens Lehmann antes de iniciarse la tanda de penaltis.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FFLREQ6UXMSSK766OWEHT7YG2Y.jpg?auth=53be1d0b25fc14c4b65f26c6fee35c36e424238b6956116ffb36d25994119bd0&width=414)
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