La necesidad de abrir el debate social sobre el puerto de Valencia
Es falso que la necesidad de satisfacer el incremento de los tr¨¢ficos portuarios est¨¦ obligada a morir en la ampliaci¨®n del puerto de Valencia. Para dar servicio a esos tr¨¢ficos, la autoridad portuaria dispone de una alternativa que representa mucho m¨¢s que un simple premio de consolaci¨®n: la ampliaci¨®n de Sagunto. Tal vez es un absurdo prejuicio m¨ªo, pero pienso que la existencia de alternativas nos obliga siempre a deliberar. Deliberar es, en el sentido t¨¦cnico aristot¨¦lico, aplicar la raz¨®n hacia lo futuro y posible, hacia lo que no est¨¢ conminado por necesidad a ser de una sola manera.
Que la opci¨®n de Sagunto es un digno contendiente dial¨¦ctico a la ampliaci¨®n portuaria en la ciudad de Valencia, es una evidencia que a estas alturas no se puede negar. Seguramente habr¨¢ qui¨¦nes piensen que la deliberaci¨®n no debe estar al servicio de los asuntos colectivos y que existen maneras m¨¢s eficaces de servir a la sociedad. Sean qui¨¦nes fueren, los representantes de esta actitud se encuentran obligados a rectificar.
La existencia de alternativas es una justificaci¨®n en s¨ª misma suficiente para desencadenar los mecanismos de la discusi¨®n p¨²blica. Pero en este caso ni siquiera es la ¨²nica. Est¨¢ a¨²n por desentra?ar hasta qu¨¦ punto el inter¨¦s de nuestra econom¨ªa regional est¨¢ perfectamente armonizado con el crecimiento del sistema portuario. Existe una cierta inclinaci¨®n a pensar que la econom¨ªa de un territorio crece proporcionalmente al crecimiento del puerto que le presta servicio. En t¨¦rminos generales la afirmaci¨®n es verdadera, pero tiene que ser matizada en ciertos sentidos.
Nadie duda de que el aumento del tr¨¢fico portuario beneficia en t¨¦rminos absolutos a las autoridades portuarias, que ven incrementadas sus expectativas en lo que al cobro de tasas se refiere. No hay que olvidar que durante el ejercicio 2005 la tasa de la mercanc¨ªa, del buque, de la ocupaci¨®n privativa y la de servicios generales, supusieron m¨¢s del 79 por ciento del negocio de todo el sistema portuario de titularidad estatal. A mayor tr¨¢fico, mayor beneficio. As¨ª es que con independencia del tipo de mercanc¨ªas, la procedencia de ellas y su destino final en el territorio de acogida, el incremento del tr¨¢fico portuario es siempre una buena noticia para el puerto que gestiona ese incremento. En cambio, el beneficio para las empresas ubicadas en el hinterland portuario no est¨¢ tan un¨ªvocamente ligado al aumento del tr¨¢fico portuario. Un dato: mientras que el 59 por cien de las exportaciones se realizan en Espa?a por v¨ªa mar¨ªtima, el 82 por cien de las importaciones se realizan por esta misma v¨ªa. Otro: el comercio oce¨¢nico con China ha aumentado un 88,8 por cien de 2004 a 2005.
Es una ingenuidad pretender que el contenido de cada uno de los m¨¢s de 2.000.000 de contenedores que se han movilizado en el puerto de Valencia trae buenas noticias para la econom¨ªa valenciana. Es preciso analizar el impacto que tiene el incremento del tr¨¢fico pero no desde el punto de vista estricto del inter¨¦s de la autoridad portuaria, para la que cada contenedor representa un logro y un beneficio econ¨®mico, sino desde la dimensi¨®n integral de la econom¨ªa local, para la cual un aumento del tr¨¢fico no representa un beneficio en t¨¦rminos absolutos. El inter¨¦s del puerto y el de la econom¨ªa regional pueden separase en alg¨²n punto de la curva de beneficios de la autoridad portuaria. Y si no existe una unidad definitiva de inter¨¦s entre el puerto y la econom¨ªa local, ?es l¨®gico que la Autoridad Portuaria lidere unilateralmente las posiciones en torno al futuro de sus ampliaciones?.
La tercera justificaci¨®n para un amplio debate social -y no es desde luego la menos importante- es que la ampliaci¨®n proyectada se materializa en confrontaci¨®n con las playas urbanas, uno de los bordes m¨¢s sensibles y preciados del tejido de la ciudad de Valencia, tejido, que al igual que el del puerto, tambi¨¦n es un organismo vivo con activos, potencialidades, intereses y expectativas. Mientras las infraestructuras del puerto se ampl¨ªan, los lugares de esparcimiento urbano se minimizan. Al mismo tiempo que las potencialidades econ¨®micas del puerto mejoran, el turismo local se resiente de un modo que, sin playas urbanas, puede ser definitivo. Si no es el puerto qui¨¦n asume los impactos de la ampliaci¨®n sino la ciudad con la que coexiste ?puede quedar la ciudad excluida de un di¨¢logo sobre el futuro del puerto?
En conclusi¨®n ?es preciso rescatar de la opacidad esta discusi¨®n fundamental y entregar el debate a la sociedad?. Evidente, rotunda y definitivamente: s¨ª.
Carlos Gonz¨¢lez Trivi?o es Secretario de Estudios y Programas PSPV-PSOE Valencia Ciudad
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