Dios, abstinencia y punk rock
Los cristianos 'renacidos' de EE UU atraen a muchos j¨®venes de la mano de las guitarras el¨¦ctricas y las tribus urbanas
Los j¨®venes con ganas de marcha y aspecto hippie llegan estos d¨ªas en tromba al sur de Chicago, donde entre hoy y el d¨ªa 8 se celebra el Cornerstone Music Festival.
Ser¨¢n m¨¢s de 30.000 y las guitarras no dejar¨¢n de sonar. Pero lo que trae a tantos chicos a estas id¨ªlicas praderas es sobre todo la palabra del Se?or en escenarios bautizados con nombres como El pueblo de Jes¨²s, en los que Dios habla a trav¨¦s de grupos de folk, pop, rock e incluso hardcore o punk, como Headnoise o Flatfoot56.
Los asistentes no son cat¨®licos, sino cristianos renacidos, el nombre con el que se autodefinen los protestantes de las ramas evang¨¦lica, fundamentalista y pentecostal, que en Estados Unidos superan los 70 millones de personas y cuyo feligr¨¦s m¨¢s c¨¦lebre es George W. Bush. El festival, que se celebra desde 1984, es cada vez m¨¢s masivo.
M¨¢s de 30.000 personas acudir¨¢n al festival musical y religioso que empieza hoy en Chicago
Parece una contradicci¨®n: punk y cristianismo, la palabra de Dios cantada por imitadores sonoros de bandas nihilistas adictas a todo tipo de excesos como The Clash y Sex Pistols. Pero en EE UU es una realidad cada vez m¨¢s extendida: hay j¨®venes que han cambiado el viejo dicho de "sexo, drogas y rock and roll" por "Dios, abstinencia y mucho punk-rock". M¨²sica, cine, televisi¨®n, videojuegos y hasta citas online expresamente para cristianos como las que ofrece Bigchurch.com, con medio mill¨®n de miembros, son las herramientas con las que se expresa una nueva generaci¨®n de cristianos renacidos que no est¨¢n dispuestos simplemente a repetir los esquemas de muchos de sus mayores y a quienes las formas que envuelven el mensaje ultraconservador que se lanza desde las 200.000 iglesias evangelistas repartidas por Estados Unidos ya no les llega. Ellos tratan de adaptar la palabra de Cristo al siglo XXI, aunque eso signifique te?irse el pelo de violeta, llevar las u?as y los labios pintados de negro y tatuarse crucifijos.
Como Brit, de 20 a?os, una siniestra de Tennessee, que asegura que Dios "entr¨® en su coraz¨®n" a los 13 a?os y que a los 15 abraz¨® la m¨²sica dark, aunque sus inclinaciones religiosas la llevaran a buscar en la industria musical cristiana el mensaje de Cristo, a quien le dedica varias horas semanales en la Iglesia del Underground de Nueva York. Cada lunes su novio, Austin Insanity, oficia misa en este peque?o local del East Village, el barrio donde anta?o los punks se ahogaban en alcohol y se besaban entre porro y porro. Pero Austin no bebe, no fuma y cree que hay que llegar virgen al matrimonio. Tiene la cabeza rapada, una decena de tatuajes repartidos por su cuerpo, pantalones ajustados y botas Doc Martens, imprescindibles en el uniforme punk. Con 24 a?os y pese a las apariencias, es oficialmente pastor, ordenado por la Nation of the Underground Church. Mientras alimentaba en Dallas (Texas) su pasi¨®n por Cristo, que le lleg¨® de improviso cuando Dios "entr¨®" en ¨¦l, (una frase que suelen utilizar todos los cristianos renacidos para describir su primer encuentro con Dios), tambi¨¦n crec¨ªa su amor hacia el hardcore, algo que sus amigos punks seculares no entend¨ªan, y que confund¨ªa a sus conocidos cristianos. "Pero descubr¨ª que no estaba solo", explica.
En la Iglesia God's Place International, en Arlington (Texas), encontr¨® gente con sus mismos gustos musicales y quiz¨¢s a¨²n m¨¢s importante, pol¨ªticos. "Entre los cristianos del sur, si no votas republicano te miran mal. Pero Bush y los suyos representan al sector m¨¢s hip¨®crita del cristianismo. Nos han llevado a la guerra tergiversando el mensaje de Cristo s¨®lo para llenar sus bolsillos. Hay un gran sector del mundo cristiano que se ha alejado del verdadero mensaje de las escrituras. Nosotros queremos volver a los or¨ªgenes", explica Austin. Por eso en su serm¨®n del lunes este pelirrojo se centra en la explotaci¨®n laboral.
Todo su radicalismo pol¨ªtico se derrumba sin embargo cuando se menciona el tema del aborto o del matrimonio gay. "Estamos en contra", admite. "Pero se est¨¢n utilizando esos temas para desviar la atenci¨®n de los problemas importantes. Creo que los cristianos no deber¨ªan estar tan preocupados por eso cuando el mundo est¨¢ en llamas. En el fondo, no es realista pensar que se puede prohibir el aborto, pero si yo tuviera que votar no podr¨ªa votar a favor. Y en cuanto a los gays, mejor que vivan casados que en pecado total, supongo, aunque lo ideal es que se arrepientan". Austin considera la homosexualidad un pecado, pero afirma que, al contrario de los cristianos de derechas, ¨¦l y los cerca de 2.000 feligreses de la Naci¨®n del Underground no juzgan a nadie. "Todos somos pecadores y nosotros no vamos apuntando con el dedo por ah¨ª".
Las quejas de Austin son similares a las de otros de su generaci¨®n y algunos, como el pastor Dan Kimball, han entendido que hay que llegar a ellos por nuevas v¨ªas. En su libro The emerging church, ganador del premio Christianity Today Book Award de 2004, Kimball introduc¨ªa un nuevo concepto, el cristianismo vintage: recuperar la parte m¨¢s espiritual del mensaje de Cristo y dejar de lado la iglesia y la burocracia si se quiere tocar el alma de los j¨®venes.
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