La abogac¨ªa espa?ola, ?ad¨®nde va?
"Si cada preocupaci¨®n es una arruga, qu¨ªtate arrugas. Consulta a tu Abogado". As¨ª lo proclama nuestro Consejo General de la Abogac¨ªa Espa?ola, en su reciente campa?a de comunicaci¨®n destinada a recordar a las personas mayores sus derechos. Sin embargo, nuestros gestores parecen desconocer que hoy, es la propia cara de la Abogac¨ªa Espa?ola la que est¨¢, m¨¢s que nunca, llena de arrugas; precisamente por la preocupaci¨®n que nos produce la inquietud ante un presente, ya para muchos, y ante un futuro lleno de sombras, en lo referente a nuestra protecci¨®n social y la de nuestras familias. Y tambi¨¦n, por la preocupaci¨®n que nos embarga, cuando observamos c¨®mo nuestra profesi¨®n se desnaturaliza progresivamente, por efecto de esa mancha de aceite poderosa que constituyen los grandes despachos de abogados, y que va anegando implacablemente nuestras peque?as y ...?rom¨¢nticas?; s¨ª, por qu¨¦ no, islas de independencia.
Grandes despachos, aliados con los gestores de nuestra Mutua llevan una soterrada batalla contra la mayor¨ªa de abogados
Desde diciembre del a?o pasado hasta hoy, he tenido la oportunidad de conocer de cerca la realidad sociol¨®gica de nuestro colectivo, gracias a la confianza que muchos compa?eros/as han tenido al plantearme sus situaciones personales y familiares. Y tengo que decir que mi preocupaci¨®n es muy grande, al conocer en detalle la situaci¨®n general de grave carencia de protecci¨®n social, en que se encuentran la mayor parte de las personas que ejercemos esta profesi¨®n, parad¨®jicamente, dedicadas a la defensa de los derechos de los dem¨¢s. Los ¨®rganos rectores de la Abogac¨ªa Espa?ola; los Colegios de Abogados y los gestores de nuestra Mutualidad especialmente, se negaron a posibilitar un sistema de protecci¨®n social integral para la abogac¨ªa, concebido no en t¨¦rminos competitivos o alternativos entre la Mutualidad y el R¨¦gimen Especial de Trabajadores Aut¨®nomos (RETA); sino sobre la base de la complementariedad, empujando a la inmensa mayor¨ªa de compa?eros hacia un sistema de alternancia, que ha acabado convirti¨¦ndose en una verdadera trampa para los m¨¢s d¨¦biles (la mayor¨ªa), encaden¨¢ndolos de por vida a su trabajo para sobrevivir, ante la insuficiencia de las prestaciones privadas.
Y as¨ª hoy es patente en nuestro colectivo profesional la preocupaci¨®n, el miedo al desamparo y el desencanto, por no emplear palabras m¨¢s duras que se pueden escuchar todos los d¨ªas en cualquier pasillo o antesala judicial. Preocupaci¨®n por nuestros mayores, s¨ª, por supuesto; pero tambi¨¦n coherencia; empecemos por preocuparnos por nuestros mayores, nuestras viudas y viudos, nuestros hu¨¦rfanos e incapacitados, y trabajemos desde arriba y desde abajo para no volver a cometer errores hist¨®ricos de suma gravedad.
Pero tambi¨¦n hoy, la Abogac¨ªa Espa?ola esta sumergida en un mar de dudas e incertidumbres, ante el aluvi¨®n de disposiciones de saldo (meras disposiciones adicionales y resoluciones) que nos convierten en trabajadores dependientes o independientes, so pretexto de pactos de conveniencia. Ante esta situaci¨®n, La pregunta que muchos nos hacemos ahora es la siguiente: ?Ad¨®nde va la Abogac¨ªa Espa?ola?; ?hacia d¨®nde camina nuestra profesi¨®n, tal y como la hemos concebido y practicado la inmensa mayor¨ªa de todos nosotros, los abogados/as verdaderamente independientes? Porque las normas publicadas hace unos meses sobre creaci¨®n de la relaci¨®n laboral especial de la abogac¨ªa, no s¨®lo no son un logro para nuestro colectivo; sino que constituyen la punta del iceberg de un proceso de cambio sustancial en la propia concepci¨®n y pr¨¢ctica del ejercicio profesional de la abogac¨ªa. Un proceso en el que los grandes despachos, aliados con los gestores de nuestra Mutualidad, est¨¢n llevando una soterrada batalla contra la mayor parte de los abogados y los propios colegios profesionales, para fortalecer su hegemon¨ªa en la capacidad de autorregulaci¨®n de nuestra profesi¨®n, y al mismo tiempo, extender al R¨¦gimen General de la Seguridad Social, la alternancia RETA-Mutualidad, en un claro intento de propiciar la segregaci¨®n privatizada de un sector profesional importante del sistema p¨²blico de Seguridad Social, quiz¨¢ despu¨¦s extrapolable a otros. En esa misma l¨ªnea cabe situar el proyecto de extensi¨®n a todos los m¨¦dicos aut¨®nomos, de la posibilidad de sustituir la cotizaci¨®n al RETA, por la cotizaci¨®n a la entidad privada Mutual M¨¦dica de Catalu?a y Baleares. Un modo de Seguridad Social a la carta que puede herir de muerte el sistema p¨²blico, si el ejemplo prospera.
Y en esa din¨¢mica, las nuevas disposiciones laborales para la abogac¨ªa consagran una ruptura grav¨ªsima en nuestro colectivo profesional, trasladando al seno de nuestra profesi¨®n la l¨®gica del sistema econ¨®mico vigente. Porque con ellas se favorece la posici¨®n de los grandes despachos y con el instrumento jur¨ªdicamente inexplicable de la Relaci¨®n Especial Laboral de la Abogac¨ªa (RLEA), se extiende una presunci¨®n de laboralidad sobre cualquier relaci¨®n entre abogados que nos estrangular¨¢ econ¨®mica y profesionalmente a los m¨¢s peque?os, al no poder soportar los costes sociales y en l¨®gica consecuencia, verse impedido nuestro crecimiento y continuidad. Al mismo tiempo, con las nuevas disposiciones se condona la deuda millonaria de cotizaci¨®n de los grandes despachos y se confecciona la nueva relaci¨®n laboral especial como un traje a la medida del gran despacho, reduciendo escandalosamente (al menos por lo conocido) los derechos de quienes trabajan por cuenta ajena bajo el r¨¦gimen laboral com¨²n. En consecuencia, se cierra de hecho el acceso a la profesi¨®n para los futuros abogados/as, hasta el punto de que el debate sobre la Ley de Acceso a la profesi¨®n puede quedar en papel mojado.
Son muchos los compa?eros que ya me han comentado la imposibilidad de abrir las puertas de su despacho a j¨®venes abogados, por el temor a las consecuencias de ¨¦sta nueva regulaci¨®n; sin que quepa desconocer aqu¨ª las condiciones de verdadera explotaci¨®n en que trabajan muchos compa?eros j¨®venes, que ni tan siquiera pueden pagar la cotizaci¨®n al RETA. Ni lo uno, ni lo otro; ambos caminos llevar¨¢n a la misma frustraci¨®n y al abandono de esta profesi¨®n por muchas personas, quiz¨¢ sin un expediente magn¨ªfico, pero con cualidades para ser buenos abogados/as, y que estaban destinados a recoger el legado profesional de quienes, desde la libertad, la independencia y el compromiso con los m¨¢s d¨¦biles, hicimos de nuestro trabajo algo m¨¢s que un medio de vida.
Porque ese es el problema esencial de la Abogac¨ªa Espa?ola hoy; esto es, su propia sobrevivencia como una actividad libre, independiente y comprometida con su funci¨®n social en defensa del d¨¦bil frente al poderoso; en defensa del sistema democr¨¢tico, de las libertades y de los derechos humanos. Esa abogac¨ªa est¨¢ amenazada de muerte y se extinguir¨¢, sino lo evitamos entre todos, con los que hoy la practicamos ya con edades maduras y muy especializados. Porque no tendremos recambio generacional.
Los problemas de la Abogac¨ªa Espa?ola hoy, no son como creen algunos, su papel en relaci¨®n con la Administraci¨®n de Justicia y la Ley de Acceso a la profesi¨®n. Lo esencial ahora es definir, defender nuestro papel en relaci¨®n con la sociedad, nuestra funci¨®n social. ?Queremos una abogac¨ªa libre, independiente, comprometida y cercana al dolor, al sufrimiento y a los anhelos de las personas y grupos sociales, al tiempo que enfrentada a la injusticia y la arbitrariedad; o preferimos el modelo de una abogac¨ªa mercantilizada, dependiente y al servicio de los grandes despachos multinacionales, que s¨®lo seleccionan a los expedientes brillantes y d¨®ciles? La Ley de Acceso para nada servir¨¢, si no hay donde acceder.
Y desde luego, esta nueva situaci¨®n de ruptura profesional del colectivo de la abogac¨ªa, nos lleva necesariamente a una nueva din¨¢mica, en la que habr¨¢ que abrir nuevos caminos. En definitiva, frente a la insolidaridad impuesta por los grandes despachos, la ¨²nica posibilidad de resistencia y sobrevivencia que nos queda a los peque?os y medianos despachos de abogados es la solidaridad interprofesional. Apoyarnos para abrir v¨ªas a los j¨®venes que les permitan la independencia profesional, soportando unos y otros costes que nos posibiliten la continuidad desde la colaboraci¨®n justa y compartida, rechazando abusos y situaciones de explotaci¨®n.
Los Colegios de Abogados deben empe?arse en tomar la bandera de nuestra independencia profesional y de nuestra protecci¨®n social, sin menoscabo de los derechos de quienes trabajen por cuenta ajena bajo el r¨¦gimen laboral com¨²n. Pero sobre todo, el Consejo General de la Abogac¨ªa Espa?ola debe amparar esta lucha en defensa de nuestra funci¨®n social y contribuir a curar las heridas que provoc¨® en el pasado m¨¢s reciente y las que ahora no ha sido capaz de evitar. En ese camino, todos los compa?eros y compa?eras de buena fe debemos encontrarnos. No podemos quedarnos de brazos cruzados esta vez. Quiz¨¢ sea ahora o nunca. En todo caso, es la hora de la verdad.
Jos¨¦ Ram¨®n Ju¨¢niz Maya es abogado.
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