7-J: un a?o m¨¢s tarde, ?qu¨¦ ha cambiado?
Hace un a?o, entre las 9 y las 10 de la ma?ana del 7 de julio de 2005, cuatro terroristas suicidas detonaron sus bombas mort¨ªferas en la abarrotada red de transportes de Londres. Cincuenta y dos personas perdieron la vida. M¨¢s de 770 resultaron heridas. Hubo v¨ªctimas blancas y no blancas, brit¨¢nicas y no brit¨¢nicas, de todas las religiones y de ninguna. Fue un acto cruel, cometido en plena hora punta, pensado para causar el m¨¢ximo trastorno y el m¨¢ximo da?o f¨ªsico posibles.
En muchos aspectos, los terroristas fracasaron. Pero no hay duda que causaron impacto.
Sin embargo, fue un impacto con el que quiz¨¢ no hab¨ªan contado. En todo el Reino Unido, musulmanes de todas las denominaciones se unieron bajo una misma bandera: "No en nuestro nombre". En todo el Reino Unido y en todo el mundo, condenamos aquella atrocidad y nos comprometimos, todos unidos, a garantizar que los extremistas no nos arrebatar¨ªan su libertad. Un a?o despu¨¦s, los londinenses siguen utilizando el transporte p¨²blico. Los turistas siguen acudiendo en masa a la capital brit¨¢nica. Sigue habiendo mezquitas al lado de iglesias, templos y sinagogas. Los teatros, clubes y restaurantes de Londres siguen llenos de gente decidida a disfrutar de su libertad. Y en las calles de Gran Breta?a, personas de distintas religiones y opiniones siguen hablando entre s¨ª, compartiendo ideales y construyendo amistades.
Mucho antes del 7 de julio de 2005, nuestro Gobierno ya hablaba con y escuchaba a la comunidad musulmana en Gran Breta?a, del mismo modo que lo hacemos con otras comunidades religiosas y ¨¦tnicas que constituyen nuestro pa¨ªs. Los musulmanes son parte integrante de Gran Breta?a y de nuestro modo de vida desde hace siglos. Ya en 1940, el Gobierno brit¨¢nico don¨® 100.000 libras (equivalentes a unos 3,5 millones de libras actuales, alrededor de 5 millones de euros) para la construcci¨®n de la primera mezquita en Londres, como agradecimiento a los muchos miles de musulmanes que hab¨ªan luchado por Gran Breta?a en la Primera Guerra Mundial. Los centros educativos m¨¢s prestigiosos del Reino Unido, las universidades de Oxford y Cambridge, disponen de c¨¢tedras de estudios ¨¢rabes desde el siglo XVII.
Hoy en d¨ªa, los musulmanes brit¨¢nicos ascienden a casi 2 millones. Son pares en la C¨¢mara de los Lores y diputados en la C¨¢mara de los Comunes. Hay m¨¢s de 200 que son consejeros locales, incluidos varios en mi ciudad, Derby, donde uno de nuestros m¨¢s veteranos consejeros musulmanes ha sido alcalde, el primer ciudadano. Desde sus contribuciones como abogados, m¨¦dicos y l¨ªderes empresariales, hasta el cargo de decano en un college de Cambridge, los musulmanes son un hilo importante en el tejido social que hace brit¨¢nica a Gran Breta?a. Y esa aportaci¨®n no va a hacer sino incrementarse: el Gobierno brit¨¢nico ha estado y est¨¢ decidido a garantizar que los musulmanes y otras minor¨ªas sigan desempe?ando un papel activo en nuestra vida nacional.
Nuestro Gobierno se compromete tambi¨¦n a combatir el extremismo, el desempleo y el fracaso escolar. Hacemos todo lo posible para fomentar un debate m¨¢s profundo entre los musulmanes brit¨¢nicos y los especialistas m¨¢s influyentes con el fin de refutar el dogma de los extremistas. Los ministros y altos cargos del Gobierno se re¨²nen constantemente con comunidades musulmanas de toda Gran Breta?a para conocer de primera mano algunos de los problemas que afrontan los j¨®venes musulmanes y tratar de abordarlos. Ha habido un extenso debate a medida que, como era de esperar, han surgido interrogantes sobre nuestra pol¨ªtica exterior, sobre todo en relaci¨®n con el mundo musulm¨¢n.
Las situaciones de Irak y Afganist¨¢n son, sin duda, un motivo de preocupaci¨®n entre otros muchos, tanto para el mundo musulm¨¢n como fuera de ¨¦l. Ser¨ªa catastr¨®fico para las perspectivas de paz en ambas regiones que fracasaran los esfuerzos que se llevan a cabo en la actualidad. Nuestro reciente despliegue de tropas en la provincia afgana de Helmand est¨¢ sirviendo para llevar estabilidad a aquel pa¨ªs tan acosado, y para que el pueblo afgano pueda pensar en un futuro pac¨ªfico y optimista por primera vez en muchos decenios. Mi colega el ministro de Desarrollo Internacional, Hilary Benn, acaba de anunciar la asignaci¨®n de 30 millones m¨¢s de libras a la provincia, con el fin de ayudar a proveer de servicios esenciales, infraestructuras y pr¨¦stamos a los campesinos para facilitar la producci¨®n de cultivos legales.
En Irak, nos satisface la formaci¨®n de un nuevo Gobierno iraqu¨ª elegido y observamos con esperanza c¨®mo empiezan a gobernarse a s¨ª mismos y a construir una naci¨®n que sea democr¨¢tica y est¨¦ libre de tiran¨ªa. En los dos pa¨ªses luchamos junto con las autoridades nacionales elegidas contra un enemigo que prefiere un modo de vida represivo y violento. No vamos a dejar que triunfe.
En Oriente Pr¨®ximo, a pesar de las dificultades, seguimos presionando para que el conflicto tenga un final pac¨ªfico. Insistiremos, junto con todos nuestros socios internacionales, en trabajar para establecer un Estado palestino estable y seguro, al lado de un Israel estable y seguro.
Hemos tenido que darnos cuenta de que, m¨¢s que nunca, vivimos en un mundo interdependiente. El primer ministro, Tony Blair, dijo hace poco: "La interdependencia -el hecho de que una crisis en un sitio se convierta en crisis en todas partes- pone en rid¨ªculo nuestras concepciones tradicionales del inter¨¦s nacional". Esa interdependencia nos empuja a todos a tener una mayor cooperaci¨®n. Pero esta uni¨®n tiene que estar basada en valores verdaderamente comunes. No s¨®lo en parar a los terroristas y su ideolog¨ªa perversa, sino tambi¨¦n en luchar contra la pobreza, las violaciones de los derechos humanos y las injusticias visibles en todo nuestro mundo, que crean el caldo de cultivo que tan despiadadamente explotan los extremistas de hoy.
Las diferencias sobre pol¨ªtica exterior son uno de los muchos factores que los extremistas manipulan para justificar los atentados terroristas cometidos en Londres en julio del a?o pasado. ?se es el motivo por el que nuestra reacci¨®n era importante y por el que todo el mundo la observ¨® con tanta atenci¨®n. Un a?o despu¨¦s, ?ha cambiado algo? S¨ª, nuestro compromiso con los valores que m¨¢s nos importan -libertad, tolerancia y justicia- es a¨²n m¨¢s fuerte y profundo, igual que nuestras relaciones con los pa¨ªses de todo el mundo isl¨¢mico que respetan esos ideales comunes.
Margaret Beckett es ministra de Exteriores brit¨¢nica. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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