El silencio de Londres
A mediod¨ªa en punto de ayer, el Reino Unido observ¨® durante dos minutos un silencio estruendoso. La vida se paraliz¨® en todo el pa¨ªs para recordar a los muertos causados por la explosi¨®n de cuatro bombas el 7 de julio de 2005, una de ellas en un autob¨²s y las restantes en el metro de la capital brit¨¢nica. Un poco antes, la ministra de Cultura, Tessa Jowell, y el alcalde de Londres, el laborista Ken Linvingston, depositaban una ofrenda floral en la estaci¨®n de King's Cross, donde aquel d¨ªa se hab¨ªan reunido los cuatro criminales para su m¨²ltiple canallada. Los cuatro murieron hace un a?o junto a 52 v¨ªctimas inocentes.
Las ceremonias de remembranza, deliberadamente contenidas, han sido ocasi¨®n para que el jefe de Scotland Yard subrayara la realidad de una amenaza de la que nadie est¨¢ a salvo, y que tanto puede proceder del exterior como del interior. Como en el caso del atentado de Madrid, los cuatro kamikazes del islamismo fan¨¢tico resid¨ªan en el pa¨ªs, procedentes de la inmigraci¨®n. Y para herir a la opini¨®n brit¨¢nica en un d¨ªa tan se?alado, la cadena de televisi¨®n ¨¢rabe Al Jazira quiso difundir un v¨ªdeo que, supuestamente, muestra a uno de los terroristas leyendo su testamento de muerte. Pero la treta ha sido in¨²til porque las autoridades no han permitido su difusi¨®n. En la grabaci¨®n, de otro lado, aparece el lugarteniente de Osama bin Laden, conectando as¨ª de alguna manera el atentado con la organizaci¨®n Al Qaeda.
A un a?o de aquella barbarie, la comunidad musulmana del Reino Unido vive en la inquietud; las posibilidades de empleo se han recortado; y es dif¨ªcil que pueda librarse en un futuro pr¨®ximo del estigma de la sospecha. Pero no hay nada peor para combatir al fanatismo criminal que la culpabilizaci¨®n de una comunidad, desterr¨¢ndola a un gueto tanto psicol¨®gico como f¨ªsico. El pueblo brit¨¢nico no tiene por qu¨¦ olvidar lo que sufri¨® aquel d¨ªa. Pero si caemos en la trampa de creer que el Islam europeo es nuestro enemigo, acabaremos haciendo que lo sea.
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