Las grandes fortunas se lanzan al brillo del arte
El coleccionismo de obras maestras est¨¢ m¨¢s activo que nunca. Las ventas baten r¨¦cords en un clima de euforia y bonanza econ¨®mica
El gran coleccionismo est¨¢ m¨¢s activo que nunca y no hay mejor relumbr¨®n para el dinero que mostrar la fortuna de la mano del mejor arte. Pero, ?a qu¨¦ obedece esta entrada masiva del dinero en el deslumbrante mundo del arte? ?Es m¨¢s seguro que invertir en Bolsa? ?Qui¨¦n decide el precio de una obra? ?Es, como ocurri¨® a finales de los ochenta, refugio de fondos de dudosa procedencia? No parece que se est¨¦n viviendo momentos oscuros. As¨ª lo creen al menos los expertos consultados en torno a los grandes centros donde m¨¢s intensamente se desarrolla este mercado: Londres y Nueva York.
Hace apenas dos semanas, el mercado del arte se conmocionaba con una espectacular noticia: Picasso era vencido por Gustav Klimt. El retrato de Adele Bloch-Bauer, pintado por el artista austriaco en 1907, hab¨ªa sido vendido por 135 millones de d¨®lares (cerca de 107 millones de euros). El comprador era Ronald S. Lauder, magnate de la famosa firma de cosm¨¦ticos, propietario de numerosas obras de Klimt, que estaba encaprichado con esta obra desde que la conoci¨®. La vendedora fue Maria Altmann, de 90 a?os, sobrina de la mujer retratada.
Las obras restituidas de los fondos confiscados por los nazis est¨¢n animando el mercado
Hay artistas de todas las partes del mundo trabajando, exponiendo y vendiendo
El trono que ahora ocupa Klimt era de Pablo Picasso. Lo hab¨ªa conseguido con un retrato de Dora Maar, adjudicado en Sotheby's por 74,6 millones de euros el pasado 3 de mayo. Las siguientes estrellas de este multimillonario firmamento son Van Gogh, Renoir y Rubens. Por este orden.
Las dos principales casas de subastas, Christie's y Sotheby's, acaban de cerrar su temporada londinense con recaudaciones superiores a las registradas en 1989, a?o cumbre del sector. Despuntaron en Londres los grandes nombres del siglo XX y las obras maestras que rara vez se ofrecen en venta p¨²blica. Entre ellos, Amadeo Modigliani, cuyo Retrato de Jeanne H¨¦buterne (con sombrero) se subast¨® en Sotheby's por 23,7 millones de euros, incluidas tasas comerciales, casi el doble del m¨ªnimo estimado por los expertos de la firma.
En Christie's, un lienzo de Egon Schiele, Los girasoles marchitos (Oto?o-verano II), que se cre¨ªa perdido tras ser confiscado por los nazis, triplic¨® su valor estimado al venderse el pasado 20 de junio por 17,2 millones de euros. "Se pagaron precios altos por obras de exquisita calidad", confirma Jussi Pylkk?nen, presidente en Europa de Christie's. "Hay un gran apetito por obras de calidad poco vistas en el mercado. El arte virgen atrae al comprador", corrobora H¨¦l¨¨ne Marie Montgomery, directora en Espa?a de Sotheby's.
"Las obras restituidas de los fondos confiscados por los nazis, que no se hab¨ªan visto en d¨¦cadas, est¨¢n animando el mercado, pero sin llegar a distorsionarlo", apunta Anders Petterson, director de la empresa de investigaci¨®n del mercado de arte ArtTactic.
El car¨¢cter selectivo del sector se confirma a la vista de que nombres como Francis Bacon o David Hockney no cubrieron las expectativas de salida.
ArtTactic calcula que el 75% de los lotes de arte contempor¨¢neo de ambas casas de subastas se vendieron por debajo de su valor estimado. "Es un signo saludable de que el mercado no quiere digerirlo todo. Sigue siendo un mercado selectivo y las estimaciones agresivas no siempre aportan buenos resultados", comenta Petterson. "S¨ª", a?ade Montgomery, "la clave est¨¢ en mantener las estimaciones en niveles conservadores. No podemos dejarnos llevar por la euforia de los r¨¦cords cosechados esta temporada porque corremos el peligro de desalentar al comprador con estimaciones altas. La competencia alimenta la subasta".
El pasado mes de junio, el mercado super¨® las cotas de los a?os ochenta del siglo pasado. Christie's contabiliz¨® 206 millones de euros y 14 marcas mundiales, entre ellas por un hierro de Eduardo Chillida, en sus sesiones de arte moderno, impresionista y contempor¨¢neo. Sotheby's, con una recaudaci¨®n global de 221 millones de euros, rompi¨® 13 importantes r¨¦cords en Londres.
Unos y otros coinciden en sus proyecciones optimistas del futuro. "El mercado est¨¢ boyante y los precios son sostenibles pues hay un gran apetito entre los viejos y nuevos coleccionistas", afirma Montgomery. "Reina la confianza, lo cual estimula a los propietarios a sacar a subasta sus joyas art¨ªsticas. Reconocen que es el momento de vender. Son los due?os de las obras maestras quienes est¨¢n alimentando el mercado", afirma Pylkk?nen. "S¨ª", corrobora el director de ArtTactic, "los coleccionistas establecidos aprovechan la fortaleza del mercado para vender obras interesantes. Esperamos ver m¨¢s".
La debilidad del d¨®lar frente a la libra esterlina ha empujado a los estadounidenses a vender sus piezas maestras en Londres. Entre ellos, la prensa especializada ha mencionado a los coleccionistas Marvin Schein, Marvin y Janet Fishman, Nelson Blitz, la familia Booth de Detroit y el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Chicago. "Pero, tambi¨¦n, m¨¢s y m¨¢s compradores est¨¢n entrando en las subastas frustrados por el creciente control de las galer¨ªas comerciales, que les restringen el acceso a las obras de sus artistas", advierte Petterson. Entre los compradores identificados en Londres se cita a Helly Nahmed, quien se hizo con un t¨ªpico dispensador de medicina de Hirst, y Jeffrey Deitch, que bati¨® el r¨¦cord de Bridget Riley con su puja de 1,6 millones de euros por Untitled (Diagonal curve).
En el ¨²ltimo sondeo entre unos 150 agentes del sector, publicado en ArtTactic.com, se observa una robusta confianza en el futuro a corto plazo del mercado de arte contempor¨¢neo. "El riesgo m¨¢s fuerte lo presenta la econom¨ªa global, no factores internos fruto de la especulaci¨®n que provocaron la crisis de 1990", advierte Petterson. "Una ca¨ªda de la econom¨ªa global puede ralentizar el mercado de arte, corregirlo en ciertos aspectos, sin hundirlo necesariamente en una crisis", defiende por su parte Amanda Sharp, directora de la feria de arte contempor¨¢neo Frieze, que celebra el pr¨®ximo oto?o su cuarta edici¨®n en Londres.
Nadie habla de crisis ni de nubarrones, sino de diversificaci¨®n, expansi¨®n y crecimiento. La ca¨ªda en picado de los precios en 1990 se atribuye a la salida de los inversores japoneses, motor del auge que el mercado experiment¨® en los a?os previos. El sector no volvi¨® a reactivarse hasta mediados de los noventa y viene creciendo desde 2001, en los ¨²ltimos a?os a un ritmo m¨¢s acelerado. "La situaci¨®n es muy distinta actualmente. La clientela ha aumentado en n¨²mero y en procedencia geogr¨¢fica. Antes, adem¨¢s, se tend¨ªa a comprar con pr¨¦stamos mientras que hoy el dinero est¨¢ en manos de coleccionistas e inversores privados. Es un mercado mucho m¨¢s seguro y no hay se?ales negativas en el horizonte", argumenta el presidente en Europa de Christie's.
En Nueva York, el otro gran escenario junto a Londres de todo este exclusivo mercado, el panorama es de euforia total.
Roberta Smith, la cr¨ªtica de arte de The New York Times, la m¨¢s respetada, temida y admirada del sector, asegura que se trata de un momento sin precedentes hist¨®ricos. "La escalada puede asustar pero refleja la realidad de un mundo m¨¢s amplio, todo se ha expandido. Lo que es extraordinario es que la diversidad del mundo del arte tampoco tiene precedentes. Hay artistas de todas las partes del mundo trabajando, exponiendo y vendiendo. Cuando yo comenc¨¦ a escribir sobre arte hace 30 a?os en Nueva York casi todo eran hombres de raza blanca".
La excelente salud del mercado del arte, estimulada por una econom¨ªa boyante, tambi¨¦n salpica, o m¨¢s bien inunda las galer¨ªas, que no ve¨ªan llover tantos millones para sus artistas desde los a?os ochenta. Y no parece un fen¨®meno pasajero. Desde que comenz¨® la recuperaci¨®n econ¨®mica que sigui¨® a la crisis provocada por los atentados del 11-S, tanto las galer¨ªas como las casas de subastas, que tambi¨¦n funcionan como intermediarios en el sector privado (y con mucho ¨¦xito), han registrado un aumento en sus ventas espectacular. "No me puedo quejar. A mis artistas cada vez les va mejor, cada vez tengo m¨¢s coleccionistas, mucha gente relativamente joven, con dinero, banqueros de Wall Street pero tambi¨¦n chinos, indios, rusos... Y es significativo tambi¨¦n el inter¨¦s de los museos por comprar arte vivo", asegura Jack Shainman, un galerista con una experiencia de 20 a?os en el sector.
Shainman dirige un espacio que lleva su nombre en el barrio de Chelsea, donde se concentran la mayor¨ªa de las cerca de 500 galer¨ªas que hay en Nueva York. En una ciudad donde la competitividad es tan exacerbada, el flujo de dinero de los ¨²ltimos a?os ha sido particularmente beneficioso para los j¨®venes y es f¨¢cil encontrarse con artistas reci¨¦n salidos de las grandes universidades que con veintipocos a?os consiguen una exposici¨®n individual, algo impensable hace 10 a?os. "Pero eso est¨¢ creando demasiada presi¨®n entre los j¨®venes. Les hace perder la perspectiva. Parece que lo importante ya no es hacer arte sino hacer dinero, que si no consigues vender por un mill¨®n de d¨®lares ya no vales y eso no es sano", denuncia Elena del Rivero, una espa?ola con una s¨®lida trayectoria internacional que contempla la actual situaci¨®n del mercado "desde la barrera".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.