Madera para un sue?o de escalas, maletas y ata¨²des
S¨®lo son escaleras para saltar el muro fronterizo de Melilla. Han sido reunidas con tes¨®n por el artista madrile?o Fernando Claver¨ªa. Pero al exhibirlas apoyadas sobre un muro negro o cruzadas sobre el suelo, la sencillez de sus nudos, el orden simple de sus pelda?os sujetos con trapos rojos, tela vaquera y esparadrapo, pierden su elementalidad y se convierten en s¨ªmbolos. S¨ªmbolos de ilusi¨®n; preludios, tambi¨¦n, de muerte.
Son apenas 17 de los centenares de escalas de unos 3,5 metros de altura empleadas para saltar el muro que entonces, hace apenas unos meses, no estaba a¨²n cercado por un foso hondo y, en vez de seis metros, ten¨ªa s¨®lo tres. Fueron construidas a mano, con madera de chopo o de pita de los bosques de Nador, cerca de la frontera de Melilla, por miles de j¨®venes de tez oscura -atletas a la fuerza- como Josu¨¦ Dijir¨¦, llegado de Mal¨ª, o de los bosques de Camer¨²n, como David Kepraogo, dispuestos para el salto hacia un mundo anhelado que percib¨ªan tan distinto del suyo.
El color de la madera de las escalas del bosque de Nador se asemeja mucho al del caj¨®n en el que fue depositado el cuerpo de Hassan Tour¨¦, ahogado en aguas del Estrecho, en 1996, no lejos de Melilla, en su intento de alcanzar en patera la costa malague?a. Una tempestad ech¨® d¨ªas despu¨¦s su cuerpo a la costa.
Madera de iguales ¨¢rboles parece haber sido la que reviste una maleta como la expuesta en el C¨ªrculo de Bellas Artes, como la comprada por Juan Cabrera en un colmado de Las Palmas en el a?o 1949. Con ella embarc¨® en un velero "ilegal" en ruta hacia Venezuela. Despu¨¦s de una traves¨ªa en la que la brisa y el salitre le quemaron el rostro, Cabrera, con otros 74 emigrantes canarios, vio saltar en pedazos su ilusi¨®n al ser apresado por la Guardia Civil venezolana, esposado y tratado como un maleante.
El ni?o ecuatoriano Domingo Cepeda, de cinco a?os, con un l¨¢piz de madera de pita, escribe a su madre, Sonia Beatriz, emigrada en Madrid y a la que no ha visto casi desde nunca: "No vayas a quedarte sin comer para enviarme cositas".
"La pobreza es el hilo conductor de toda la emigraci¨®n, la espa?ola, la africana y la americana", dice Ant¨®n Sarac¨ªbar.
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