"Ahora soy el padre de mi padre"
Fernando S¨¢nchez Drag¨® (Madrid, 1936) ha descubierto en una plaza cercana a su casa, por la calle del Pez, en Madrid, donde vive desde hace d¨¦cadas, una placa que lleva el nombre de Juan Pujol, un importante periodista franquista en la guerra y en la posguerra, que fue quien se?al¨® como "peligroso marxista" a su padre, el periodista Fernando S¨¢nchez Monreal, ejecutado por los fascistas en septiembre de 1936. Ahora, Drag¨® quiere, en alg¨²n momento, acaso con nocturnidad, sustituir esa placa por la del nombre de su padre.
El descubrimiento se ha producido ahora, poco tiempo despu¨¦s de que S¨¢nchez Drag¨® publicara Muertes paralelas (Planeta), el libro con el que gan¨® el Premio Fernando Lara de novela, y en el que narra su pesquisa para comprobar qu¨¦ pas¨® con su padre, qui¨¦nes lo mataron y por qu¨¦. A¨²n le queda verificar en qu¨¦ fosa com¨²n fue enterrado. Pero est¨¢ a punto.
"?T¨² est¨¢s aqu¨ª porque eres un resentido porque matamos a tu padre!', me grit¨® el comisario Conesa en las revueltas de 1956"
"Cre¨ªa que a mi padre lo hab¨ªan matado los republicanos. En mi ni?ez los malos eran los republicanos, y los buenos, los franquistas"
Pregunta. ?Por qu¨¦ escribi¨® este libro?
Respuesta. Por motivos morales, por motivos familiares y existenciales, y por motivos literarios. ?ste es un libro de 50 a?os de gestaci¨®n, 12 de investigaci¨®n y 2 de escritura.
P. ?Cu¨¢l fue el chispazo?
R. En 1956, cuando estoy detenido en Sol, con M¨²gica, con Tamames, con Pradera, con Ruiz Gallard¨®n padre, con Dionisio Ridruejo. Me viene a ver el comisario Conesa y me grita que estoy en la revuelta estudiantil porque soy un resentido. ?Un resentido?, pregunt¨¦, y entonces fue cuando me dijo que ellos fueron los que hab¨ªan matado a mi padre. Lo supe all¨ª; nadie me hab¨ªa explicado qui¨¦n mat¨® a mi padre.
P. ?No se lo dijeron en casa?
R. Una familia era de derechas, la de mi madre, y la otra era de izquierdas, la de mi padre. Me pas¨¦ toda mi infancia yendo de una Espa?a a la otra. Pero en ninguna de las dos se hablaba de la guerra.
P. ?A qu¨¦ atribuye ese silencio?
R. Era un pacto. Y sigue. Se produce por una oleada de verg¨¹enza nacional ante las salvajadas que se perpetraron, y de las cuales, v¨ªctimas o verdugos, no hay ninguna familia exenta.
P. ?Qu¨¦ sinti¨® cuando Conesa le llam¨® resentido?
R. Un pu?etazo en el alma. Yo cre¨ªa que a mi padre lo hab¨ªan matado los republicanos. En mi ni?ez oficialmente los malos eran los republicanos y los buenos eran los franquistas... Luego ya nadie me habl¨® de eso, y segu¨ª con esa impresi¨®n, que lo han matado los republicanos. As¨ª que cuando Conesa me llama resentido yo no entiendo nada.
P. ?C¨®mo se lo explic¨®?
R. "?T¨² est¨¢s aqu¨ª porque eres un resentido, un ni?ato de mierda! ?Para hacer revoluciones hay que tener pelos rizados en los cojoooones! ?Y t¨² est¨¢s aqu¨ª porque eres un resentido porque matamos a tu padre!". Eso dijo, as¨ª, gritando. Me hab¨ªan enga?ado; y ten¨ªa que averiguar qui¨¦n soy yo, y qui¨¦n fue mi padre.
P. ?C¨®mo lo empez¨® a investigar?
R. Hice intentonas a lo largo de estos 50 a?os, incluso trat¨¦ de averiguar con mi madre, grab¨¢ndole confesiones... Pero eran intentonas frustradas. Era un libro de madurez, por no decir de ancianidad.
P. Expresa arrepentimiento por no haberlo hecho antes...
R. Hay arrepentimiento porque al hacerlo tan tarde fue muy dif¨ªcil: muchos testigos hab¨ªan muerto, todos los papeles estaban perdidos. Pero esa misma dificultad fue convirti¨¦ndose en un acicate. Cuando de veras me pongo a investigar es en 1994, cuando se me aparece en la Feria del Libro de Madrid Manuel Gurrea, hijo de un maestro republicano, que pas¨® la ¨²ltima noche con mi padre. Me fui a verle. Ah¨ª me di cuenta de que ten¨ªa que escribir el libro. Y tir¨¦ del hilo.
P. ?Qu¨¦ le impresion¨® m¨¢s de lo que descubri¨®?
R. Que mi padre era, en una familia socialista moderada, un hombre de derechas, del partido de Maura. El partido menos poderoso. As¨ª que a mi padre, que era el ¨²nico de su familia que era de derechas, lo mata la derecha. Y otra sorpresa que me he llevado es que, si a Jos¨¦ Antonio le quitas el tufillo patriotero y el fundamentalismo cristiano que ten¨ªa, desde una ¨®ptica actual es un hombre de izquierdas...
P. ?De verdad cree que Jos¨¦ Antonio era un hombre de izquierdas?
R. L¨¦ete el testamento de Jos¨¦ Antonio y lo ver¨¢s. Propone la retirada inmediata del Ej¨¦rcito a los cuarteles, cese de las hostilidades, amnist¨ªa y un Gobierno en el que est¨¢n Casares Quiroga, Indalecio Prieto, Gregorio Mara?¨®n, Ortega y Gasset...
P. ?Se acab¨® la Espa?a cainita?
R. ?Qu¨¦ se va a acabar! Es un rasgo de car¨¢cter nacional, que est¨¢ ah¨ª, anquilosado. T¨² llamas a un fontanero, ve el destrozo que hay, se lleva las manos a la cabeza y acusa al fontanero que vino antes... ?sa es la guerra civil, y ¨¦se es el car¨¢cter de los espa?oles. De aquellos que cortan el bacalao a lo largo de la historia. ?sa es la Espa?a de mala entra?a. La otra Espa?a es silenciosa.
P. Dec¨ªa que de chico le hablaban de los republicanos como "los malos". ?Hoy qu¨¦ le parecen?
R. Mi padre no era republicano ni nada. La Rep¨²blica dur¨® dos d¨ªas. Sufri¨® sucesivos embates, desde la derecha y desde la izquierda, que intentaban conculcar la legalidad republicana, y no hubo nunca en Espa?a un orden legal republicano... No tengo buena opini¨®n ni de la Rep¨²blica espa?ola ni de lo que pas¨® entonces.
P. ?Qu¨¦ sentimiento le produce que su padre no se salvara?
R. Lo lamento, claro. Pero la verdad es que yo no echo de menos a mi padre. Mi madre segu¨ªa enamorada de mi padre. Y yo dorm¨ªa con ella, claro que castamente. Yo no lo echaba de menos, y es porque yo soy mi padre. Siempre quise ser lo que era mi padre, director de cuatro agencias de prensa, el ciudadano Kane del periodismo de aquella ¨¦poca..., el periodista m¨¢s brillante...
P. ?De veras es usted su padre?
R. Ahora soy el padre de mi padre, porque mi padre muri¨® a los 26 a?os.
P. ?Y qu¨¦ tal le cae?
R. Me cae de puta madre. Ahora soy el mejor amigo de mi padre. Lo llevo aqu¨ª, en el hombro, como el papagayo de los piratas, y todos los d¨ªas charlo un rato con ¨¦l.
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