Viajes inciertos

La emigraci¨®n m¨¢s bien entendida como un estado mental que como un fen¨®meno imprescindible para entender el mundo en el que vivimos es el punto de partida elegido por los responsables de la 29? edici¨®n de la Bienal de Pontevedra, encabezados por la comisaria argentina Victoria Noorthoorn. Buena parte de la treintena de artistas seleccionados han realizado piezas especiales para este evento y algunos de ellos se han convertido en inmigrantes ocasionales para realizar en sentido inverso el viaje que sus antepasados europeos hicieron una vez. Creadores de Argentina, Chile, Uruguay y Galicia participan en una muestra que es sobre todo un magn¨ªfico escaparate de las ¨²ltimas generaciones de artistas procedentes del Cono Sur, una regi¨®n muy alejada de los centros de poder del arte y que tiene menos presencia en los circuitos internacionales que la que merecen la calidad de sus propuestas. La presencia gallega se justifica por la existencia de lazos hist¨®ricos con los pa¨ªses suramericanos a trav¨¦s, precisamente, de los emigrantes.

Sin embargo, ser¨ªa un grave error considerar a esta bienal como una simple exposici¨®n tem¨¢tica sobre la emigraci¨®n. En la mayor parte de las obras seleccionadas los artistas han tomado esta referencia como el marco general en el que iban a exponer sus trabajos, sin condicionar de forma alguna sus posibilidades de expresi¨®n. Hay quien ha aprovechado la oportunidad para indagar en sus propias ra¨ªces y realizar piezas relacionadas con la peripecia migratoria de sus familiares. Es el caso de la argentina Ana Gallardo, que realiz¨® un documental en Granada para poder mostrar a su t¨ªo los lugares que dej¨® atr¨¢s hace m¨¢s de medio siglo, o de la chilena Nury Gonz¨¢lez, que recuerda en una instalaci¨®n la partida de su madre y de su abuela desde Espa?a hacia Chile.

Pese a que la mayor¨ªa de los

artistas invitados a la bienal han nacido en las ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo XX, tambi¨¦n est¨¢n presentes nombres que han ocupado un lugar destacado en el panorama del arte contempor¨¢neo de sus pa¨ªses respectivos. Es el caso del argentino Roberto Jacoby y del uruguayo Luis Camnitzer. De este ¨²ltimo se exhibe una de las piezas que merece destacarse por su contenido metaf¨®rico y la relaci¨®n con la tem¨¢tica de la exposici¨®n. Se trata de una ra¨ªz de ¨¢rbol que se prolonga imaginariamente a trav¨¦s de miles de l¨¢pices negros. De esta forma se hace referencia a las posibilidades de prolongaci¨®n incompleta que tiene la ra¨ªz ya que sus ramificaciones se van debilitando al sufrir el cambio de ambiente. Por su parte, Jacoby plantea al p¨²blico una experiencia sensorial con un viaje imaginario a trav¨¦s del mundo de lo oscuro que as¨ª deviene en espacio de conocimiento y fantas¨ªa.

La mirada po¨¦tica es m¨¢s que evidente en la obra de la artista argentina de origen chino Aili Chen. Propone una instalaci¨®n formada por figuras de ni?as moldeadas en cer¨¢mica blanca que contribuyen a generar un paisaje de ensue?o y que despiden una acentuada sensaci¨®n de fragilidad. Sin duda en ellas est¨¢ reflejado el recuerdo de las dificultades que la propia artista tuvo que afrontar cuando abandon¨® su pa¨ªs a una edad temprana para desembarcar en un mundo nuevo y desconocido. Su obra entronca directamente con otra de las propuestas presentes en la bienal, la performance de la uruguaya Cecilia Vignolo.

La idea del retorno, tan familiar para el emigrante, es el n¨²cleo central de las propuestas de los chilenos Pablo Chiuminatto y Josefina Guilisasti y del argentino Patricio Larrambebere. Este ¨²ltimo recurre al artificio de asumir la personalidad de cinco presuntos artistas procedentes de la localidad bonaerense de Pontevedra que presentan sus obras en la exposici¨®n de la ciudad gallega hom¨®nima. Su compatriota Judi Werthein tambi¨¦n juega con el concepto del retorno en el espectacular evento que abri¨® la bienal y que consisti¨® en la aparici¨®n de una Virgen de rasgos ind¨ªgenas sobre las aguas del r¨ªo L¨¦rez que ba?a Pontevedra.

Entre las obras que ponen de manifiesto las contradicciones del fen¨®meno migratorio en nuestros d¨ªas se encuentra la instalaci¨®n en DVD del gallego Diego Santom¨¦. En el montaje asistimos a un crucero tur¨ªstico en el que los antiguos emigrantes europeos se han convertido ahora en turistas embarcados en un viaje sin sentido, con la compa?¨ªa como sirvientes de inmigrantes africanos y suramericanos. La necesidad de recuperar la memoria y no olvidar nuestros or¨ªgenes tambi¨¦n aparece en la instalaci¨®n del chileno Bernardo Oyarz¨²n, que trata de llamar la atenci¨®n sobre el desgaste f¨ªsico sufrido por su padre en su pa¨ªs por su condici¨®n social de ind¨ªgena y de paso nos recuerda que uno tambi¨¦n puede convertirse en emigrante sin haber salido de su casa.

La necesidad de recordar es

algo que subyace en el gigantesco mural con estructura de c¨®mic realizado por otro artista chileno, Mario Navarro, que alude en esta obra de apariencia intrascendente al drama de los desaparecidos durante la dictadura en el pa¨ªs andino. Navarro considera que los desaparecidos son zombis que no han muerto del todo porque siguen viviendo en la mente de los vivos. La conclusi¨®n final es que todos somos en el fondo emigrantes que hemos emprendido un camino con final incierto y que para afrontarlo con ¨¦xito debemos aprender de las lecciones del pasado.