Crianza
El proceso electoral de las C¨¢maras de Comercio ha llegado a su fin con la elecci¨®n de Javier G¨®mez Navarro para presidir el Consejo Superior de Espa?a con sede en Madrid. La elecci¨®n ha tenido un claro ganador que ha recibido el respaldo de la amplia mayor¨ªa del pleno. Las C¨¢maras, a lo largo de los meses transcurridos de 2006, han procedido a la elecci¨®n de los 88 presidentes de C¨¢mara, de los titulares de los consejos auton¨®micos junto con sus correspondientes plenos y comit¨¦s ejecutivos.
Han ido sucedi¨¦ndose los acontecimientos en una convocatoria que acaba siendo compleja, pero en la que se respeta la legalidad de forma escrupulosa. Su presidente, G¨®mez Navarro ha insistido, en la ceremonia de toma de posesi¨®n, en que los males de la econom¨ªa espa?ola se resumen en su baja competitividad y en los peligros que supone la ruptura de la unidad de mercado, a partir de la interpretaci¨®n que se hace desde las reformas de los estatutos de autonom¨ªa. La competitividad debe preocuparnos siempre y ese indefinible marco de la unidad de mercado en la Espa?a universal es dif¨ªcil de concretar
Los hosteleros de Gandia alertan del mal inicio de la campa?a tur¨ªstica
El reconfirmado presidente de las C¨¢maras de Comercio espa?olas m¨¢s bien debe preocuparse de las asechanzas que c¨ªclicamente se plantean contra la esencia misma de las C¨¢maras y su propia naturaleza. ?Qu¨¦ tendr¨¢n las C¨¢maras que tanto molestan a quienes no las logran dominar? Las C¨¢maras y los dirigentes de las C¨¢maras son contemplados y denostados por quienes no son capaces de llegar a sus ¨®rganos de gobierno con naturalidad.
Cien a?os de historia es un periodo lo suficientemente dilatado para que en el transcurso de esos a?os, que son los que tienen con creces las C¨¢maras, se hayan producido circunstancias de todo tipo. Unas gloriosas y otras en la l¨ªnea del ir quemando etapas que ahora se nos muestran como reparadoras.
Las C¨¢maras de comercio espa?olas han vivido una etapa de crecimiento y consolidaci¨®n, sobre todo a partir del descalabro que recibieron sus enemigos con la sentencia (1996) del Tribunal Constitucional que confirm¨® su existencia, su condici¨®n de corporaciones privadas que se rigen por el derecho p¨²blico y tienen conferidas competencias de las administraciones para su buen funcionamiento.
A¨²n as¨ª los dirigentes de las C¨¢maras deben ocuparse de su futuro. A lo largo de los ¨²ltimos diez a?os, las C¨¢maras han evolucionado y han tenido la suerte de que no se han producido considerables altibajos. Las C¨¢maras son entidades con solera que acaban siendo un referente. Han sido pieza clave para resolver y avanzar en un proceso que no ha sido f¨¢cil. Durante muchos a?os se ha trabajado con el objetivo de concretar un perfil moderno y actual para las C¨¢maras. Estas instituciones vivieron en permanente amenaza por parte del sindicato vertical con la pretensi¨®n de absorberlas y, sobre todo, hacerlas desaparecer para siempre. Con la liquidaci¨®n del r¨¦gimen franquista este peligro se alej¨® moment¨¢neamente. Despu¨¦s renaci¨® la presi¨®n contraria a las C¨¢maras, ejercida por la c¨²pula de la CEOE que ha querido ver en estas corporaciones una competencia para su protagonismo en determinados servicios, en sus relaciones con las administraciones, con las esferas pol¨ªticas y muy principalmente en el campo institucional. Las C¨¢maras vivieron su primavera con el empuje ejercido por la C¨¢mara de Comercio de Valencia en la d¨¦cada de los 90 y actualmente en la Comunidad Valenciana se vive en una etapa de sinton¨ªa entre las C¨¢maras y las organizaciones empresariales, cuya imagen de colaboraci¨®n y sincronizaci¨®n no coincide exactamente en el resto de Espa?a.
La elecci¨®n del actual presidente del Consejo de C¨¢maras de Espa?a, Javier G¨®mez Navarro, de declarada afiliaci¨®n socialista, ha recrudecido las resistencias que han cristalizado en la C¨¢mara de Madrid, donde ha resultado elegido para la presidencia el titular de la Confederaci¨®n Empresarial de Madrid (CEIM). Veremos qu¨¦ ocurre, cuando hist¨®ricamente los personajes que llegan a las C¨¢maras desde las patronales, acaban siendo eminentemente camerales y se desentienden de sus or¨ªgenes.
Las C¨¢maras existen en Espa?a desde 1886. Son 120 a?os de servicio ininterrumpido a los intereses empresariales y consecuentemente a la sociedad. A lo largo de su dilatada historia las C¨¢maras de Comercio han pasado mucho, pero no han pasado por todo. Han tenido ¨¦pocas brillantes y otras en las que bastante se hac¨ªa con sobrevivir.
Las C¨¢maras a menudo han sido combatidas, amenazadas y puestas en tela de juicio. No hay indicios de que estas asechanzas vayan a desaparecer e incluso podr¨ªan arreciar. No ser¨ªa sensato que permanecieran ancladas en el pasado, sino que deben vivir en un permanente proceso de modernizaci¨®n para mejorar su eficiencia. Es la mejor forma de protegerse y garantizar su futuro. El porvenir de las C¨¢maras arranca de su pasado y de su trayectoria. Ser eficaces es su mejor argumento y el bagaje de su historia justifica su honorabilidad, sin menoscabo de otros atributos que las avalan frente a las veleidades de los pol¨ªticos.
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