Una manifestaci¨®n y una comisi¨®n parlamentaria

Supongo que la convocatoria de una manifestaci¨®n, mientras se inician las actividades de la comisi¨®n parlamentaria de investigaci¨®n del accidente del metro, soporta muy diferentes lecturas. Nosotros la hemos convocado para exigir un transporte p¨²blico seguro y unos servicios p¨²blicos de calidad, frente a su permanente deterioro reiteradamente denunciado. Exigimos transparencia porque "toda acci¨®n referida a los derechos de los otros que no soporta ser publicada es injusta" y, porque tal cosa referida a las v¨ªctimas y sus familiares no s¨®lo ser¨ªa algo injusto, sino un nuevo agravio y un insulto.

El pasado 3 de julio 43 personas perdieron la vida en un accidente en la l¨ªnea 1 de Metrovalencia. Pasado el tiempo del impacto por la p¨¦rdida de tantas vidas humanas, creemos que es el tiempo de las responsabilidades. Exigirlas es un derecho y un deber. No porque se trate de un servicio gestionado por una empresa p¨²blica FGV, sino porque es un servicio p¨²blico esencial, independientemente de la forma en que se provee y, en consecuencia, porque afecta a un inter¨¦s ciudadano fundamental. Por esto, justamente cuando se trata de demandar y asumir responsabilidades pol¨ªticas, debemos insistir en ello. No s¨®lo sobre las causas directas que motivaron el accidente, sino sobre estas otras din¨¢micas que conciernen a una ciudadan¨ªa activa que no quiere participar en la banalizaci¨®n de la prevenci¨®n, ni tampoco de la pol¨ªtica.

Desde aquella primera declaraci¨®n de "se ha producido un accidente fortuito", con la que el conseller portavoz iniciaba una primera declaraci¨®n oficial sobre el accidente, ha habido no pocas muestras de esta trivializaci¨®n.

Es cierto que fortuito es lo que ocurre casualmente, de forma inopinada, sin premeditaci¨®n, ni prevenci¨®n. Pero esto es justamente lo que reclamamos: dado que es dif¨ªcil eliminar totalmente el peligro en el transporte, deben proveerse todos los medios posibles, para que la probabilidad del riesgo sea m¨ªnima (cosa que en este caso sospechamos que no se hizo). Y puesto que el da?o ya no es evitable, el m¨¢ximo esfuerzo debe dirigirse a hacer que esto s¨®lo muy dif¨ªcilmente pueda volver a ocurrir.

Para que la prevenci¨®n sea seria y consecuente la primera actitud es evitar la "naturalizaci¨®n del riesgo"; es decir, hay que resistirse a la tendencia a interpretar que, puesto que cualquier sistema de seguridad es siempre algo incierto ante situaciones futuras, se act¨²e en funci¨®n de lo que m¨¢s o menos se puede hacer o para "cumplir el expediente", o que se haga "algo" que pueda servir de justificaci¨®n a posteriori, aunque en el fondo permanezca el convencimiento de que "no hay nada que hacer" porque los accidentes son "inevitables".

Nosotros, en cambio, creemos que son evitables y trabajamos para reducir su probabilidad. Por eso queremos que se profundice en el conocimiento de las causas de ¨¦ste, para evitar que las responsabilidades se externalicen generaliz¨¢ndolas, se asignen a quien ya no puede defenderse o se lancen quejas fatalistas al empedrado. Es preciso, pues, que se asuman responsabilidades, porque si no, no se rectificar¨¢n comportamientos.

La comisi¨®n parlamentaria de investigaci¨®n no debe nacer de forma vergonzante en las Cortes Valencianas, sino como reflejo de que se asume que el mayor autogobierno significa mayor responsabilidad, para evitar la tendencia a la burocratizaci¨®n de la pol¨ªtica y que la desafecci¨®n se extienda, porque los pol¨ªticos van limitando su responsabilidad y act¨²an como t¨¦cnicos de la gesti¨®n p¨²blica o apologetas de partido. Hasta ahora la gesti¨®n pol¨ªtica relacionada con el caso ha sido, cuanto menos, deprimente. Reiteradamente desde CC OO hemos formulado la demanda de un transporte p¨²blico, seguro y sostenible, as¨ª como pol¨ªticas p¨²blicas que marquen prioridades sociales, frente a pr¨¢cticas fomentadas desde la mercantilizaci¨®n y el consumo, que generan un incremento desorbitado de los desplazamientos por medios individualizados. Estos tienen un creciente impacto sobre el territorio y contribuyen al descuido de los medios colectivos de transporte.

Nosotros no delegamos nuestro compromiso sociopol¨ªtico, antes al contrario y pese a quien pese, queremos participar en las decisiones p¨²blicas. Tanto en las presupuestarias, como en las opciones y aplicaciones tecnol¨®gicas, o en su evaluaci¨®n social. Tampoco renunciamos a la educaci¨®n c¨ªvica sobre el uso del transporte o la provisi¨®n de los servicios, y no dejaremos de exigir una ordenaci¨®n de actividades en el territorio, racional y acorde con la promoci¨®n de la calidad de vida.

Los gobiernos deben proveer unos servicios p¨²blicos de calidad bien dotados presupuestariamente. Ahora es el momento de abordar ese compromiso con la vista puesta en el 2007, cuando se elaboran las fichas que deben garantizarlos y mantenerlos, ajust¨¢ndolos a las nuevas necesidades sociales.

"Si la corrupci¨®n nace del desinter¨¦s ciudadano", solicitar ese inter¨¦s, expresarlo en la ciudad, aunque sea participando en una manifestaci¨®n, debe ser una seria advertencia, contra la banalizaci¨®n de las responsabilidades p¨²blicas. Responsabilidades que hacemos nuestras tambi¨¦n por la dignidad de las v¨ªctimas con nuestro compromiso.

Joan Sifre Mart¨ªnez es secretario general de Comisiones Obreras del Pa¨ªs Valenciano.