Pensar en medio de la pol¨ªtica
Nos encontramos ante un libro singular: una reflexi¨®n escrita por alguien que, al mismo tiempo, ha ejercido una concreta responsabilidad pol¨ªtica. Me gustar¨ªa destacar inicialmente este aspecto porque no es habitual. No se trata de un libro de un acad¨¦mico ni tampoco de esas t¨ªpicas memorias de pol¨ªtico en las que se demuestra que uno siempre tuvo raz¨®n. Joschka Fischer se ha caracterizado por ser un pol¨ªtico que piensa, no s¨®lo adem¨¢s de hacer pol¨ªtica sino en medio de la pol¨ªtica, alguien para quien la tarea pol¨ªtica no solamente ha de ser compatible con un ejercicio paralelo de la reflexi¨®n, sino que es imposible llevarla a cabo bien sin una actitud reflexiva. Y ¨¦sta me parece ser una de las principales aportaciones de toda su trayectoria pol¨ªtica, de lo que este libro es una muestra entre otras: la convicci¨®n de que hacer pol¨ªtica hoy requiere pensar m¨¢s y moverse menos.
EL RETORNO DE LA HISTORIA. La renovaci¨®n de Occidente
Joschka Fischer
Traducci¨®n de Gonzalo Garc¨ªa, Francesc Fern¨¢ndez
y Carlos Gancedo
Espasa. Madrid, 2006
328 p¨¢ginas. 22,90 euros
Hay que haber comprendido bien la naturaleza de los problemas que tenemos antes de lanzarse a solucionarlos. Porque detr¨¢s de muchas malas pol¨ªticas no hay otra cosa que conceptos equivocados. Por eso la pol¨ªtica est¨¢ hoy especialmente obligada a introducir espacios de reflexi¨®n. De entrada, no parece ¨¦sta una actitud propia de la mayor parte de los actores pol¨ªticos, dominados por una agitaci¨®n superficial y especialmente sometidos a la dictadura de lo inmediato. Pero en el fondo todos sabemos que con el activismo no se combate la perplejidad, s¨®lo se disimula. Nunca vamos tan r¨¢pidos como cuando no sabemos ad¨®nde vamos. Por eso una de las tareas de toda cr¨ªtica pol¨ªtica es criticar esa falsa movilidad, desenmascarar aquellas formas de seudoactividad cuya aceleraci¨®n y firmeza se deben precisamente a que no se tiene ni idea de lo que pasa. Puede que en otras ¨¦pocas pensar fuera una p¨¦rdida de tiempo; en la nuestra -cuando no podemos contar con la estabilidad de marcos y conceptos, ni confiar c¨®modamente en las pr¨¢cticas acreditadas- pensar es un ahorro de tiempo, un modo radical de actuar sobre la realidad.
El retorno de la historia es precisamente un libro que documenta todo un proceso de reflexi¨®n llevada a cabo en medio de una actividad pol¨ªtica especialmente intensa. Uno tiene la impresi¨®n de que Joschka Fischer es un pol¨ªtico que ha estado siempre aprendiendo, que se ha preguntado continuamente si su concepci¨®n de la realidad y los instrumentos que ten¨ªa a su disposici¨®n para actuar sobre ella eran aptos y estaban a la altura de las nuevas circunstancias. Y me atrever¨ªa a concretar ese aprendizaje en tres aspectos.
En primer lugar, una nueva
manera de pensar y practicar la radicalidad en pol¨ªtica, que no tiene por qu¨¦ ser lo contrario del principio de realidad. ?Por qu¨¦ va a ser una postura pol¨ªtica tanto m¨¢s radical y transformadora cuando m¨¢s desconoce de qu¨¦ va la cosa? Por eso cabe decir que la mejor utop¨ªa comienza por una buena descripci¨®n de la realidad. Una de las cosas que pueden aprenderse de Hegel es que proporciona m¨¢s satisfacciones aprender de la realidad que adoctrinarla. Pero la realidad no es lo f¨¢ctico ni se reduce a lo actualmente posible. Tambi¨¦n pertenecen a la realidad sus posibilidades y sus imposibilidades provisionales, su indeterminaci¨®n y apertura. Una buena descripci¨®n de la realidad puede ser una de las mejores transformaciones que cabe llevar a cabo de esa realidad y, en cualquier caso, el comienzo adecuado para toda pol¨ªtica que pretenda abrir nuevos espacios o ensayar configuraciones in¨¦ditas. En este sentido, su cr¨ªtica a la tesis acerca del fin de la historia equivale a una declaraci¨®n de que el futuro todav¨ªa puede sorprendernos. La pol¨ªtica es civilizar el futuro, frente a su monopolizaci¨®n ideol¨®gica o a la inercia institucional, que tratan de reducir el futuro a una mera continuaci¨®n del presente.
El segundo de esos ¨¢mbitos de innovaci¨®n que se encuentran en este libro de Joschka Fischer es su concepci¨®n de Europa como un ideal cuya fuerza innovadora tal vez no acabemos de ponderar adecuadamente, quiz¨¢s una de las pocas utop¨ªas pol¨ªticas concretas en las que valga la pena comprometerse. En su c¨¦lebre discurso del a?o 2000 en la Universidad Humboldt de Berl¨ªn, Fischer apelaba a tomar nota del agotamiento del "m¨¦todo Monnet" y a renovar la ambici¨®n federalista de los fundadores, lo que supon¨ªa pasar de un enfoque de integraci¨®n funcionalista al objetivo de configurar una comunidad pol¨ªtica, algo que seg¨²n nuestra tradici¨®n democr¨¢tica exig¨ªa un proceso constitucional. La actual crisis de este proyecto pone de manifiesto las dificultades que tenemos de pensar una comunidad pol¨ªtica plurinacional, de imaginar algo nuevo y distinto de los esquemas con los que hemos dise?ado los Estados nacionales.
El tercer grupo de reflexio-
nes que en este libro ocupa un lugar central es el orden internacional y los nuevos conflictos. Como pol¨ªtico audaz, Joschka Fischer ha contribuido a revisar como pocos algunos de los lugares comunes que nos resultaban m¨¢s c¨®modos y paralizantes, y a entender verdaderamente qu¨¦ est¨¢ pasando en el mundo, cu¨¢l es la naturaleza de las nuevas guerras y c¨®mo hemos de pensar la seguridad en este nuevo contexto. Su postura respecto del conflicto de Kosovo o su idea de que la seguridad no es un asunto que haya de ser monopolizado por los cl¨¢sicos guardianes del orden le valieron en su momento algunas cr¨ªticas, pero el tiempo ha mostrado que aquellos aciertos eran consecuencias de una reflexi¨®n profunda sobre las nuevas realidades. Quien haya seguido su trayectoria y quien lea estas p¨¢ginas acabar¨¢ teniendo la sospecha de que Joschka Fischer va a darnos todav¨ªa mucho que pensar.
Traducci¨®n de News Clips.
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