El imperio no impera
Entre los actores en segundo, pero importante plano, de la actual guerra entre Israel y Hezbol¨¢-L¨ªbano est¨¢n Estados Unidos, Ir¨¢n y Siria. EE UU no tiene Embajada ni en Damasco ni en Teher¨¢n. Y los sirios (cuyo r¨¦gimen hab¨ªa aumentado la represi¨®n interna) ven a L¨ªbano tan suyo que ni siquiera han considerado necesario tener una Embajada en Beirut, incluso despu¨¦s de la salida formal (quedan servicios secretos y otros) de su Ej¨¦rcito de L¨ªbano. No es ¨¦sta buena base para la diplomacia. Pero la diplomacia patina. En Roma, el pasado mi¨¦rcoles, mientras las fuerzas israel¨ªes segu¨ªan destruyendo el pa¨ªs vecino (y Hezbol¨¢ lanzando cohetes), los ministros presentes decidieron convocar una conferencia de donantes para reconstruirlo.
Estamos ante un nuevo fracaso de la estrategia de la Administraci¨®n de Bush. Desde un principio, decidi¨® no meter los pies en este jard¨ªn en el que a Clinton le hab¨ªan salido callos para nada. Eso s¨ª, tras el 11-S, se lanz¨®, tras sacar ?temporalmente? a los talibanes de Afganist¨¢n, a invadir Irak y crear un nuevo r¨¦gimen que deb¨ªa irradiar sobre el conjunto de la regi¨®n. Bush quer¨ªa democratizar Oriente Pr¨®ximo, aunque fuera a bombazos. Era previsible que, en el mejor de los casos, Irak se convertir¨ªa en un r¨¦gimen islamista (como Siria si cae el de Bachar el Assad). En L¨ªbano, con la revoluci¨®n de los cedros tras el asesinato de Hariri se dieron pasos positivos. Pero Hezbol¨¢, grupo islamista radical, gan¨® en las urnas entre los chi¨ªes; y entre los palestinos, Ham¨¢s. No estaba en el gui¨®n americano.
El imperio carece de medios y de voluntad para imperar, y su gesti¨®n ha provocado m¨¢s resentimientos en su contra en el mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n y en el europeo. La pol¨ªtica americana en Oriente Pr¨®ximo "es la prueba b¨¢sica de la capacidad de Estados Unidos de ejercer un liderazgo global", ha se?alado el ex consejero de Seguridad Nacional Zbigniew Brzezinski, para el cual, "si fracasa ante este reto, perder¨¢ esta capacidad".
EE UU intenta utilizar esta guerra para el redise?o del mapa geopol¨ªtico de la zona. Bush est¨¢ al frente de una Administraci¨®n que cree profundamente en las "soluciones militares" (Cheney y Rumsfeld siguen en sus puestos). Con Blair ha hablado de meter, con calzador y sin americanos, una fuerza de interposici¨®n entre Israel y L¨ªbano antes de que se haya llegado a un alto el fuego. Ser¨ªa un grave error. Habr¨ªa que despejar previamente un horizonte pol¨ªtico. Condoleezza Rice exige una "soluci¨®n duradera" (?qu¨¦ significa en Oriente Pr¨®ximo?) y rechaza un regreso al statu quo ante. Guste o no, toda la zona est¨¢ metida en una enorme turbulencia, y cambiar¨¢, no se sabe si para bien o para mal. Los imperios sol¨ªan imponer orden. Esta Administraci¨®n transformacional, al¨¦rgica al concepto de "estabilidad", genera desorden por sus acciones o inacciones.
EE UU no quiere entrometerse directamente. Hasta ahora, Washington no ha querido imponer a¨²n un alto el fuego (lo tendr¨ªa f¨¢cil con Israel: bastar¨ªa cortarle el suministro de armas). Es una fuerza negativa, m¨¢s que positiva. En esta guerra, apoya a Israel no porque est¨¦ en manos del lobby israel¨ª, sino porque comparte los fines de su m¨¢s ¨ªntimo aliado: dejar a Hezbol¨¢ -Estado dentro del Estado liban¨¦s- sin capacidad. Rice ha viajado dos veces a la zona, pero su objetivo inmediato ha sido dar tiempo a que tenga ¨¦xito una estrategia militar israel¨ª que est¨¢ fallando, aunque s¨®lo sea porque la guerra se alarga m¨¢s de lo esperado y la capacidad del Ej¨¦rcito israel¨ª est¨¢ siendo cuestionada incluso desde sus propias filas. Hay demasiados errores de c¨¢lculo.
El conflicto puede tener graves consecuencias para la situaci¨®n de Estados Unidos en Irak, pues, lo quiera o no, necesita a Ir¨¢n para la pacificaci¨®n del pa¨ªs ocupado. EE UU hab¨ªa comenzado a hablar con los iran¨ªes de Irak, como en su d¨ªa lo hizo de Afganist¨¢n. ?Qu¨¦ pasar¨¢ ahora? Como se?alan algunos medios diplom¨¢ticos europeos, tras el devastador contraataque (respuesta previsible a una provocaci¨®n esperada de Hezbol¨¢) israel¨ª contra L¨ªbano ?c¨®mo se va a convencer a Ir¨¢n de renunciar a tener el arma nuclear? aortega@elpais.es
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