Castro y Cuba
La trayectoria de estos 40 a?os largos de revoluci¨®n en Cuba dan para casi todo con sus luces y sombras, pero siempre mediatizados por la omnipresente figura de Fidel Castro. En honor a la verdad, la revoluci¨®n cubana ha conseguido unos logros innegables y beneficiosos para el pueblo, pero, como ocurre frecuentemente, logros asentados en una tiran¨ªa personal, con la consiguiente represi¨®n de disidentes, ejecuciones sumarias (sobre todo en los primeros a?os), depuraciones internas personificadas en el encarcelamiento de Huber Matos (el primer hijo de la revoluci¨®n en ser devorado por ella), internamiento de homosexuales y enfermos de sida en "campos de trabajo".
Tampoco hay que disculpar la constante labor de asedio de los EE UU aprovechando el m¨ªnimo pretexto para intervenir o desestabilizar la isla en un largo ya historial de intentos de asesinato a Castro, bloqueos econ¨®micos, sabotajes industriales, frustradas invasiones, actos terroristas (explosi¨®n de la fragata La Coubre el 4 de marzo de 1960) que dudo que est¨¦n en la agenda a realizar de un pa¨ªs "democr¨¢tico".
Son los cubanos los que tienen la clave para realizar sus propios cambios y reformas democratizando el sistema desde dentro. Con este apartamiento de Fidel del poder para algunos ya hace menos fr¨ªo en La Habana.- Carlos A. Font Gavira. Los Palacios (Sevilla).
Despu¨¦s de casi 50 a?os en el poder, Fidel Castro da una tregua a su dictadura y a su pueblo. Su fr¨¢gil salud ha obligado al jefe de Estado cubano a dejar el poder en manos de su hermano, al menos temporalmente. Esto no debe ser en s¨ª motivo de alegr¨ªa. Lo que de verdad ser¨ªa motivo de alegr¨ªa es que de una vez por todas Cuba caminara hacia la democracia y que el Gobierno liberara a todos los prisioneros de conciencia injustamente encarcelados; y que los propios cubanos protagonicen los impostergables cambios que Cuba necesita.
Por todo ello, los espa?oles debemos, ahora m¨¢s que nunca y con m¨¢s ilusi¨®n, prestar nuestro apoyo a los familiares de los dem¨®cratas cubanos y a los defensores de los derechos humanos, para que sepan que no est¨¢n solos en la lucha por la democracia.
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