M¨¢s democracia
Las urnas, el mejor remedio para el terrorismo
Una tesis fundamental de la pol¨ªtica exterior de Bush es que la extensi¨®n de la democracia en Oriente Pr¨®ximo es el remedio para el terrorismo. Entonces, ?qu¨¦ hacer cuando hay una organizaci¨®n terrorista elegida democr¨¢ticamente? Ignorar la contradicci¨®n. Pretender que no existe.
En las ¨²ltimas semanas hemos asistido al hecho surrealista de que Estados Unidos ha dejado que el ej¨¦rcito israel¨ª siguiera machacando a Hezbol¨¢, y de paso matando a mujeres y ni?os inocentes, al mismo tiempo que se insist¨ªa sin cesar en que el prop¨®sito de Washington es reforzar al Gobierno leg¨ªtimo y democr¨¢tico de L¨ªbano. Mientras tanto, el jefe del Gobierno liban¨¦s, el primer ministro Fuad Siniora, se ha dedicado a pedir desesperadamente lo que Estados Unidos e Israel se niegan a darle: un alto el fuego inmediato. Y Hezbol¨¢, caracterizada por Estados Unidos y Gran Breta?a como una organizaci¨®n terrorista, forma parte importante de ese Gobierno democr¨¢ticamente elegido.
Que Ham¨¢s y Hezbol¨¢ compitieran en las urnas y obtuvieran buenos resultados no significa que haya que aceptar todo lo que representan
Las democracias liberales plenas contribuyen a la paz; la democratizaci¨®n parcial, a medias, puede incrementar el peligro de guerra
No echemos en saco roto la democratizaci¨®n por querer desechar a Bush. La idea es buena, pero necesita ejecutarse con m¨¢s cuidado y paciencia
Es decir, debemos hacer por el Gobierno democr¨¢tico de L¨ªbano todo menos lo que pide. Sabemos mejor que ellos lo que les conviene. ?Qui¨¦n ha dicho que la democracia signifique tener que dejar que decida el pueblo? Como dec¨ªa el enviado especial de L¨ªbano, Tarek Mitri, el martes por la noche en el programa de la televisi¨®n estadounidense Newshour: "No se puede apoyar a un Gobierno y, al mismo tiempo, dejar que se destruya su pa¨ªs". Por otra parte, tampoco se permite que Ham¨¢s ejerza su papel como el Gobierno de Palestina elegido democr¨¢ticamente. Los palestinos hablaron, pero se equivocaron. Seguramente estaban mal informados. Tienen que volver a pens¨¢rselo.
Evidentemente, el dilema es real. El hecho de que Ham¨¢s y Hezbol¨¢ compitieran en las elecciones y obtuvieran buenos resultados no quiere decir que haya que aceptar todo lo que representan. Son movimientos que tienen dos caras, como el IRA/Sinn Fein en la pol¨ªtica de Irlanda del Norte. Entablar relaciones con Hezbol¨¢ o Ham¨¢s en su papel de Sinn Fein no quiere decir que haya que consentir las actividades terroristas de Hezbol¨¢ y Ham¨¢s en su papel de IRA. Es posible, hasta cierto punto, luchar contra la cara terrorista y, al mismo tiempo, ayudar a la cara pol¨ªtica. De hecho, el objetivo es precisamente lograr que cada vez les sea m¨¢s interesante dedicarse a la pol¨ªtica pac¨ªfica, y, para ello, hay que hacer que sean mayores los costes de la violencia y las ventajas de la participaci¨®n. Pero esas transiciones de la pol¨ªtica de la violencia al arte del compromiso democr¨¢tico siempre son complicadas. Implican tener que negociar con terroristas, dejar que algunos cr¨ªmenes queden sin castigo y aceptar que la ret¨®rica militante de un movimiento pueda estar m¨¢s atrasada que la realidad pragm¨¢tica de su posici¨®n. Es decir, todo lo que EE UU aplic¨® en sus relaciones con el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo, al que al principio hab¨ªa calificado -con cierta raz¨®n- como "un grupo indudablemente terrorista".
De estos primeros frutos extra?os de la democratizaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo pueden extraerse dos conclusiones diametralmente opuestas. Una es que toda la estrategia de Bush de apoyar la democratizaci¨®n en el mundo ¨¢rabe e isl¨¢mico estaba equivocada desde el principio y era producto de una visi¨®n ingenua, misionera y de cowboy de la pol¨ªtica internacional. Es una fuente de desestabilizaci¨®n. Lleva al poder a terroristas y extremistas. Una cura peor que la enfermedad. As¨ª que volvamos al viejo realismo de siempre. No hay que intentar transformar esos pa¨ªses ni confiar en que se parezcan m¨¢s a nosotros, sino aceptarlos tal como son. Debemos defender nuestros intereses nacionales -seguridad, comercio, energ¨ªa- con los aliados que podamos encontrar. La estabilidad es lo primero. Es posible que el d¨¦spota local sea un hijo de puta, pero, por lo menos, es nuestro hijo de puta. O eso nos gusta pensar.
Realismo progresista
?sta es la postura habitual de gran parte de la diplomacia europea. Es la doctrina de Jacques Chirac. Lo curioso es que es asimismo la postura a la que va a parar parte de la izquierda europea, empujada en esa direcci¨®n por su oposici¨®n a la "diplomacia de transformaci¨®n" de Bush y Blair, o, sencillamente, por el reflejo de que "si Bush est¨¢ a favor, nosotros debemos estar en contra". Sin embargo, despu¨¦s de seguir de cerca el debate en Estados Unidos durante las ¨²ltimas semanas, veo que esa oposici¨®n a la estrategia de democratizaci¨®n tambi¨¦n est¨¢ cada vez m¨¢s extendida dentro de Estados Unidos.
Siempre ha existido una posici¨®n realista republicana, asociada a personajes como Henry Kissinger y Brent Scowcroft, el consejero de Seguridad Nacional del presidente Bush, padre. Despu¨¦s de Irak, y de este ¨²ltimo l¨ªo, es posible que vuelva a prevalecer en el bando republicano, mientras se aproximan las elecciones presidenciales de 2008. Y tambi¨¦n podr¨ªa extenderse en el otro bando de la pol¨ªtica estadounidense. Cuando se observa el debate sobre pol¨ªtica exterior entre los dem¨®cratas, se ve que existe una s¨®lida corriente de realismo de ese tipo, aunque ahora le a?aden el adjetivo progresista. El argumento de que Estados Unidos tiene que retirarse de este mundo venenoso, cuidar sus propios intereses econ¨®micos y buscar los aliados que pueda resulta atractivo para una parte importante del electorado dem¨®crata. Para muchos, el hecho de que el presidente actual se haya identificado hasta tal punto con la promoci¨®n de la democracia es otro motivo para mostrarse esc¨¦pticos sobre ella. Si democratizar Oriente Pr¨®ximo significa Irak, Hezbol¨¢ y Ham¨¢s, m¨¢s vale desistir.
En mi opini¨®n, ¨¦sta es exactamente la conclusi¨®n a la que no hay que llegar. A largo plazo, el desarrollo de democracias liberales es la mejor esperanza para Oriente Pr¨®ximo. Es la mejor esperanza de modernizaci¨®n, que el mundo ¨¢rabe necesita desesperadamente; la mejor posibilidad de abordar las causas fundamentales del terrorismo islamista, al menos en la medida en que se encuentran en esos pa¨ªses, y no entre los musulmanes que viven en Occidente, y de hacer que ¨¢rabes, israel¨ªes, iran¨ªes, kurdos y turcos puedan vivir juntos y sin guerra. Pero el trayecto es largo. Y sabemos, por otros casos, que el periodo de transici¨®n a una democracia puede ser una ¨¦poca peligrosa. La transici¨®n puede llegar a aumentar el peligro de violencia, sobre todo en pa¨ªses con divisiones ¨¦tnicas y religiosas y en los que se produce r¨¢pidamente la competencia entre partidos pol¨ªticos por ocupar el poder, antes de que haya dado tiempo a tener un Estado funcional, con fronteras claramente fijadas y el monopolio casi absoluto de la fuerza, el imperio de la ley, medios de comunicaci¨®n independientes y una sociedad civil fuerte. Es lo que ocurri¨® en la antigua Yugoslavia. Es lo que ha ocurrido, de distintas maneras, en Palestina, L¨ªbano e Irak. Las democracias liberales plenas contribuyen a la paz; la democratizaci¨®n parcial, a medias, puede incrementar el peligro de guerra.
Lo que los miembros de la comunidad mundial de democracias liberales establecidas tenemos que hacer es no cejar en nuestro empe?o democratizador, sino perfeccionarlo. Reconocer que s¨®lo en circunstancias excepcionales (como Alemania y Jap¨®n en la posguerra) es posible desarrollar democracias bajo una ocupaci¨®n militar, y que el prop¨®sito de construir una democracia no justifica, por s¨ª solo, la intervenci¨®n militar. Aceptar, como escrib¨ªa recientemente el disidente iran¨ª Akbar Ganji en The New York Times, que es mejor dejar que los pueblos encuentren su propio camino hacia la libertad, y que nuestro deber es apoyarles de cualquier forma que nos pidan. Aprender de las experiencias pasadas que el monopolio seguro de la violencia organizada, las fronteras controladas, el imperio de la ley y los medios independientes son tan importantes como las elecciones, y que tal vez hay que tenerlos antes. Que, en ese proceso, hay que negociar con reg¨ªmenes y personas muy desagradables, como Siria e Ir¨¢n. Y que, en este mundo sucio y complicado, los antiguos defensores e incluso practicantes de la lucha armada -los terroristas, si prefieren llamarlos as¨ª- pueden convertirse en l¨ªderes democr¨¢ticos. Como Men¨¢jem Beguin. Como Gerry Adams. Como Nelson Mandela.
As¨ª pues, no echemos en saco roto la democratizaci¨®n por querer desechar a Bush. La idea es verdaderamente buena. S¨®lo necesita ejecutarse con mucho m¨¢s cuidado y con paciencia. La conclusi¨®n que vale es extra?a pero cierta: un poco de democracia es una cosa peligrosa, as¨ª que tengamos m¨¢s.
www.timothygartonash.com Traducci¨®n de M. L. Rodr¨ªguez Tapia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Hezbol¨¢
- L¨ªbano
- Ham¨¢s
- Estados Unidos
- Territorios palestinos
- Ir¨¢n
- Guerra
- Oriente medio
- Oriente pr¨®ximo
- Conflictos fronterizos
- Geopol¨ªtica
- Conflicto ¨¢rabe-israel¨ª
- Gobierno
- Asia
- Partidos pol¨ªticos
- Administraci¨®n Estado
- Grupos terroristas
- Conflictos
- Administraci¨®n p¨²blica
- Terrorismo
- Pol¨ªtica
- Fronteras
- Pol¨ªtica exterior
- Relaciones exteriores