Miguel D¨ªaz, 'Ang¨¢', valioso y prol¨ªfico percusionista cubano

"Hace unos meses se hab¨ªa instalado en una mas¨ªa y se le ve¨ªa feliz. Andaba trajinando sacos de cemento porque quer¨ªa montar un escenario para divertirse con los m¨²sicos de paso por all¨ª", cuenta la que ha sido su representante ?ngels Mas. El funeral de Ang¨¢ tuvo lugar en Sant Sadurn¨ª d'Anoia ayer por la tarde.

Miguel Aurelio D¨ªaz Zayas, nacido el 15 de junio de 1961 en San Juan y Mart¨ªnez, municipio de la tabaquera y rumbera provincia occidental de Pinar del R¨ªo, estudi¨® en la prestigiosa Escuela Nacional de Arte en La Habana.

Siempre pens¨® que los dioses estaban de su parte: nada m¨¢s llegar le ofrecieron incorporarse al grupo al que todos quer¨ªan pertenecer. Ese d¨ªa necesitaban a alguien que tocara la tumbadora y el puesto fue para ¨¦l. Form¨® parte de Opus 13 durante casi diez a?os y, en 1987, entrar¨ªa en Irakere, la banda dirigida por Chucho Vald¨¦s.

Aunque en su familia siempre hubo descargas musicales, a su madre no le hac¨ªa gracia que practicara con cualquier objeto porque no quedaba en la casa una cazuela sin agujeros. Ang¨¢ recordaba que los domingos todo el mundo se reun¨ªa en el parque a echar una rumba. El que primero le puso las manos sobre unas congas fue Titino, un rumbero que todav¨ªa vive en San Juan.

El a?o pasado public¨® en el sello World Circuit Echu Mingua -su nombre de santo en la religi¨®n yoruba-, un disco en el que se invoca a los esp¨ªritus para que bajen a la tierra a disfrutar de una fiesta. Lo ilustr¨® el pintor Manuel Mendive. Ang¨¢ so?aba con un d¨²o entre percusi¨®n y pintura.

En las transgresoras versiones de cl¨¢sicos del jazz como A Love Supreme, de Coltrane, y Round Midnight, de Monk -en el que usa siete congas para dibujar la melod¨ªa y la armon¨ªa- participaron el griot malin¨¦s Baba Sissoko, el DJ franc¨¦s Dee Nasty o Rub¨¦n Gonz¨¢lez -se escucha por ¨²ltima vez su piano-. Su disco le deb¨ªa mucho al laboratorio dise?ado por Cacha¨ªto en 2001: "Siempre lo pens¨¦ como una continuaci¨®n del suyo, con la m¨²sica cubana tradicional como base, pero con otra f¨®rmula".

No se pon¨ªa l¨ªmites. Y le preocupaban m¨¢s el sentimiento y el sabor que la destreza t¨¦cnica. El inquieto Ang¨¢ trabaj¨® con el saxofonista Steve Coleman y el trompetista Roy Hargrove, y era un habitual en grabaciones y giras de Danilo P¨¦rez, Omar Sosa, David S¨¢nchez... Su rastro puede seguirse en discos de Afro-Cuban All Stars, Orishas, Omara Portuondo... y t¨ªtulos premiados con el Grammy como Buenos hermanos, de Ibrahim Ferrer, o Mambo sinuendo, de Ry Cooder y Manuel Galv¨¢n. Organiz¨® talleres en la Universidad de Stanford, en los que los alumnos quedaban subyugados por sus variaciones para cinco congas -"las veo como un piano", dec¨ªa-, algo que hizo antes en Cuba El Ni?o Alfonso. Y en su v¨ªdeo Ang¨¢ Man¨ªa explica con todo detalle c¨®mo desarrollar patrones r¨ªtmicos y construir solos explosivos.

Ang¨¢ D¨ªaz Fussion se llamaba uno de esos proyectos de mestizaje -como el hipbao, seg¨²n su definici¨®n, una irresistible compota de tumbao y hip-hop- a los que era tan aficionado. A principios de agosto present¨® en la sala Jamboree de Barcelona Ang¨¢ fusi¨®n Brasil-MPB-Jazz cubano, junto a su hermano menor El Indio D¨ªaz -que fue cantante de la orquesta Arab¨¦ y que le hab¨ªa precedido como vecino de Barcelona-. Ang¨¢ consideraba a Tata G¨¹ines, con el que grab¨® Pasaporte y que le ense?¨® a escuchar a congueros como Mongo Santamar¨ªa, Patato Vald¨¦s o Armando Peraza, su maestro espiritual. El percusionista cubano est¨¢ ya en el Olimpo con los grandes.