Palabras que se evaporan
Ant¨®nio Lobo Antunes (Lisboa, 1942) es uno de los mayores poetas de la literatura contempor¨¢nea. Aunque su carrera la haya hecho como novelista -y tambi¨¦n, vaya esto por delante, sea uno de los escas¨ªsimos grandes de la novela actual-, en su obra hay tal densidad po¨¦tica, ese amor a la palabra reci¨¦n nacida y ese dejarse fecundar por la imagen y el ritmo que emanan de ella, que la sensaci¨®n que queda despu¨¦s de leerla se parece mucho a esa especie de estupor inici¨¢tico que siempre produce un buen poema. Esta cualidad la comparte con Paradiso, La muerte de Virgilio, La b¨²squeda del santo grial o El Kalevala, libros en los que se siente respirar al lenguaje a medida que ¨¦ste se cuenta en voz alta una historia, y en los que el relato no se construye seg¨²n modelos arquitect¨®nicos sino biol¨®gicos -el revoloteo de la mariposa, el rizoma, el zigzag de los card¨²menes, el descenso de la lava-, algo a lo que aspira la mejor poes¨ªa. En las entrevistas Lobo Antunes afirma de manera reiterada que le hubiera gustado ser poeta porque entonces no habr¨ªa perdido el tiempo escribiendo novelas, lo cual no deja de sonar extra?o: en Esplendor de Portugal, Buenas tardes a las cosas de ah¨ª abajo, En el culo del mundo, Exhortaci¨®n a los cocodrilos, Yo he de amar a una piedra o Fado alejandrino hay tanta poes¨ªa que uno sale de su inmersi¨®n en ellos tambale¨¢ndose como de un sue?o, de una visi¨®n o de una enfermedad.
FADO ALEJANDRINO
Ant¨®nio Lobo Antunes
Traducci¨®n de Mario Merlino
Mondadori. Barcelona, 2006
648 p¨¢ginas. 23 euros
Fado alejandrino, el quinto libro de Ant¨®nio Lobo Antunes, que ahora se reedita en Espa?a con nueva traducci¨®n, fue el primero que obtuvo un gran ¨¦xito de cr¨ªtica, el que lanz¨® a su autor al escenario internacional. En ¨¦l cuatro militares de distinta graduaci¨®n y clase social se re¨²nen, despu¨¦s de muchos a?os, en un burdel para recordar, mientras se emborrachan, su participaci¨®n en la guerra de Mozambique, repasar sus peripecias personales desde entonces y contarnos c¨®mo les ha afectado la evoluci¨®n de Portugal, que, adem¨¢s del cruel proceso de descolonizaci¨®n de sus posesiones en ?frica, viviera en abril de 1974 la Revoluci¨®n de los Claveles contra la dictadura de Caetano. Sobre este fondo, estructurado en tres partes -antes, durante y despu¨¦s de la Revoluci¨®n-, Lobo Antunes construye una novela coral en la que las voces de los protagonistas se van amalgamando, o devorando mutuamente, hasta escucharse como una ¨²nica voz, como un ¨²nico murmullo: el amargo inconsciente colectivo de varias generaciones portuguesas desmenuzadas por la guerra, el fascismo y el posterior desencanto con la democracia. La desilusi¨®n de unas existencias truncadas y la tristeza por una revoluci¨®n que prometi¨® m¨¢s de lo que dio, tema tambi¨¦n de Manual de inquisidores, dando un manotazo al puzle bien encajado de la realidad y de la historia: el desorden de piezas -tiempos verbales, personas del verbo, cronolog¨ªa de los hechos- como cr¨ªtica a la verdad oficial y como propuesta de un orden m¨¢s justo no impuesto desde arriba, desde las instituciones, sino desde abajo, desde los individuos. Y todo ello sin resquicio para la esperanza, sin connivencia con la posibilidad de un futuro mejor porque ¨¦ste siempre acaba echando sus ra¨ªces en el pasado tenebroso. (En esto se diferencia de En el culo del mundo, novela que es en tantas cosas antecedente de Fado alejandrino, donde el horror de la guerra de Angola experimentado por el protagonista conf¨ªa en poder cauterizarse con el amor o por lo menos con la comunicaci¨®n).
Con Fado alejandrino pasa como con muchos de los otros libros de Lobo Antunes: a medida que uno avanza por ellos le queda la sensaci¨®n de que las palabras se evaporan, de que se van condensando a causa de un calor que ponen a medias el texto y el lector. Palabras que se fugan a su origen despu¨¦s de iluminarnos, palabras que desaparecen para dejarnos dormidos entre las s¨¢banas de las p¨¢ginas blancas. ?No es esto poes¨ªa, la raz¨®n de ser de cualquier poema?
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