Petr¨®leo e inflaci¨®n
El precio del barril de petr¨®leo en los mercados internacionales marc¨® la semana pasada su m¨¢ximo hist¨®rico. Los contratos sobre el brent, el crudo del mar del Norte que sirve de referencia en Europa, llegaron a cruzarse a 77,64 d¨®lares. Tras las subidas del 34% en 2004 y del 46% en 2005, el petr¨®leo se ha encarecido casi un 30% en lo que va de a?o, un ascenso en parte amortiguado por la revalorizaci¨®n del euro.
El ¨²ltimo m¨¢ximo ha quedado aparejado al cierre del mayor campo petrol¨ªfero de Estados Unidos, el de la bah¨ªa de Prudhoe, en Alaska, a ra¨ªz de las filtraciones descubiertas en el principal oleoducto de la zona. Pero ese detonante reciente es anecd¨®tico al lado de las causas m¨¢s estructurales y profundas que explican que el precio se haya triplicado en s¨®lo cinco a?os.
La inestabilidad en Oriente Pr¨®ximo es uno de los factores clave. La invasi¨®n de Irak no s¨®lo ha supuesto una prima de riesgo, sino que directamente ha restado producci¨®n al mercado. La guerra de L¨ªbano y la situaci¨®n en Ir¨¢n, m¨¢s las tensiones con otros productores como Venezuela y algunas antiguas rep¨²blicas sovi¨¦ticas, completan un panorama geopol¨ªtico dif¨ªcilmente empeorable por el lado de la oferta. Por el de la demanda, el fuerte crecimiento de algunas econom¨ªas emergentes y la falta de diversificaci¨®n energ¨¦tica de las m¨¢s desarrolladas conforman una creciente adicci¨®n al petr¨®leo -como el propio George Bush la denomin¨®- imposible de superar a corto plazo.
Para Espa?a la situaci¨®n es de particular gravedad, dada su gran dependencia de los combustibles f¨®siles y del abastecimiento exterior. El encarecimiento de la factura petrol¨ªfera representa lo que los economistas denominan un choque de oferta, que no s¨®lo nos empobrece, sino que puede generar otros desequilibrios. El principal de ellos es la inflaci¨®n, que en Espa?a se ha situado de nuevo en el 4% interanual, seg¨²n los datos de julio publicados la semana pasada. Adem¨¢s del impacto en los combustibles y el transporte, la subida del petr¨®leo genera una segunda vuelta de efectos inflacionistas en la medida en que los sectores directamente afectados tratan de trasladar a los dem¨¢s la subida. Para el conjunto de la econom¨ªa espa?ola ¨¦se es un movimiento condenado al fracaso de antemano. La diversificaci¨®n energ¨¦tica, el uso de energ¨ªas renovables y, muy especialmente, el ahorro por parte de los consumidores son las ¨²nicas recetas posibles para aminorar el impacto de la escalada del crudo sobre nuestra econom¨ªa.
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