No hay edad para lo fant¨¢stico

LA LITERATURA fant¨¢stica, maravillosa y de ciencia-ficci¨®n tiene unos componentes comunes que causan asombro y perplejidad en el lector. No obstante, no son de f¨¢cil definici¨®n, ya que la mayor¨ªa de los autores que cultivan estos g¨¦neros suelen mezclar sus diversos elementos. A pesar de ello, trataremos de explicar, superficialmente, las diferencias entre literatura fant¨¢stica y maravillosa, que son los g¨¦neros que nos ocupan.

Supongamos que, por un momento, sucede algo que parece imposible y que vulnera nuestro mundo; las reglas del juego, por as¨ª decirlo. Eso es, en l¨ªneas generales, la literatura fant¨¢stica: lo extranatural irrumpiendo, de manera escandalosa, en lo racional. En cambio, cuando el elemento sobrenatural no causa perplejidad, se acepta como tal, nos encontramos ante la literatura maravillosa. Pensemos en un hada, en los encantamientos, en la magia... todo eso es algo que podemos llegar a aceptar, es un fen¨®meno maravilloso. No obstante, si estos elementos vienen a perturbar un orden preestablecido, a conmocionar la estabilidad, a romper la coherencia, nos encontramos ante lo fant¨¢stico. Para que se produzca lo fant¨¢stico tiene que sobrevenir un elemento sobrenatural o sobrehumano, por decirlo as¨ª, que nos haga d¨¦biles, que nos lleve a abandonar, por unos momentos, la placidez de nuestro mundo regido por normas y leyes muy bien establecidas e, incluso, c¨®modas.

A menudo se cree que la literatura maravillosa o fant¨¢stica va destinada a lectores infantiles o, como mucho, juveniles porque maneja elementos poco racionales que err¨®neamente se piensa que s¨®lo pueden interesar a esa edad. Y nada m¨¢s lejos de la realidad. Los escritores que cultivan este g¨¦nero no piensan en un determinado p¨²blico, en absoluto, porque la literatura maravillosa y fant¨¢stica trasciende sus propios l¨ªmites y permite a todo tipo de lector llegar a otros mundos alejados de ¨¦ste y que, sin embargo, contienen unos valores que nos pueden interesar porque son universales. No existe la literatura con edad. Existe la buena o la mala literatura. Lo dem¨¢s son etiquetas y descalificaciones que alguien se ha inventado; pero tan buena literatura puede escribir un autor que publica con frecuencia en colecciones infantiles o juveniles como otro que lo hace en colecciones adultas.

Habitualmente cuando se habla de literatura fant¨¢stica o maravillosa se tiende a pensar en Tolkien o en Harry Potter como si no hubiera nada m¨¢s all¨¢, cuando en espa?ol se escriben y publican un buen n¨²mero de obras, desde hace tiempo, que nada tienen que ver con la potterman¨ªa puesto que lo maravilloso es tan antiguo como el mundo. Nadie lo ha inventado. Ya estaba ah¨ª.