Reconstructora de pa¨ªses rotos por la guerra
Tamara Osorio hab¨ªa comenzado a ser una corresponsal de guerra avezada, con estancias en Oriente Pr¨®ximo y la Somalia de los se?ores de la guerra, cuando una misi¨®n de observadora electoral de la ONU en Centroam¨¦rica, a la que lleg¨® un poco por casualidad, cambi¨® su vida profesional. En vez de dedicarse a dar testimonio de la guerra iba a trabajar en la construcci¨®n de la paz en pa¨ªses asolados por conflictos b¨¦licos.
Tras estrenarse en dos estancias de observaci¨®n de la ONU, en las elecciones que pusieron fin a 12 a?os de guerra civil en El Salvador, trabaj¨® entre 1995 y 1996 en la confecci¨®n del censo electoral para las primeras elecciones de Palestina, eficazmente organizadas por la Uni¨®n Europea. Luego estuvo preparando el proceso electoral que pon¨ªa fin al conflicto en Bosnia, por cuenta de la Organizaci¨®n de Seguridad y Cooperaci¨®n Europea (OSCE).
En Guatemala fue investigadora de la ONU de los atentados a los derechos humanos, y luego la fich¨® la OIM (Organizaci¨®n Internacional de Migraciones) para la reintegraci¨®n de la guerrilla en la vida civil. Los guatemaltecos la llamaban Se?orita Enojada por su exigencia, y en ambas misiones se jug¨® la vida. Su avioneta se estrell¨® cuando intentaba aterrizar en una pista de la selva en busca de guerrilleros, y tuvo que hacer de guardaespaldas de un ser repugnante, un sicario autor de numerosos asesinatos por cuenta del Ej¨¦rcito dispuesto a vender su testimonio a la DEA (Agencia Antinarc¨®ticos de EE UU), que s¨®lo se fiaba de la Se?orita Enojada para que lo sacase del pa¨ªs.
Pero todav¨ªa no hab¨ªa sonado su hora, aunque al final ser¨ªa v¨ªctima de una misi¨®n. En 1999, la OIM la envi¨® a reconstruir Kosovo, donde se encarg¨® desde la creaci¨®n de una emisora de radio a partir, literalmente, de los cimientos, hasta de seleccionar personal para la nueva polic¨ªa. La OIM enviaba a su personal por periodos de tres meses, dadas las condiciones de vida (en el primer invierno, con 20 grados bajo cero, la mayor parte del tiempo no hab¨ªa electricidad ni agua), pero Tamara Osorio aguant¨® tres a?os. Eso le cost¨® la vida. Vivi¨® en una casa en la que se hab¨ªan empleado asbestos cancer¨ªgenos, como se descubrir¨ªa posteriormente. Los dos ¨²ltimos a?os de su vida no se pudo dedicar a los dem¨¢s, libr¨® una lucha despiadada con el c¨¢ncer que la ha matado.
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